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„Es un error grave pedir a los novelistas que asuman compromisos públicos. Rechazo cuando me piden vincular mi trabajo, mi vida, mi pensamiento con la realidad inmediata. Puedo hablar de ella, pero nada me obliga ni a serle fiel. Yo soy un novelista de infantería, normal. En cambio, José Saramago -que es muy amigo mío y le respeto- sí tiene un compromiso político que le trasciende y lo proclama; y por ello, una obligación moral con ese compromiso.“
„Veo al novelista como a una combinación de prospector de metales y orfebre. El novelista debe descubrir el potencial, la mina de oro, del alma del hombre, debe extraer el oro y entonces crear una corona tan magnífica como su habilidad y su visión se lo permitan.“
„Aunque el amor sigue siendo el tema de los poetas y novelistas del siglo XX, está herido en su centro: la noción de persona.“
„Pero por algo soy novelista y puedo imaginar.“
„He aquí algo sobre el honor de los poetas. Yo tenía diecisiete años y unos deseos irrefrenables de ser escritor. Me preparé. Pero no me quedé quieto mientras me preparaba, pues comprendí que si así lo hacía no triunfaría jamás. Disciplina y un cierto encanto dúctil, ésas son las claves para llegar a donde uno se proponga. Disciplina: escribir cada mañana no menos de seis horas. Escribir cada mañana y corregir por las tardes y leer como un poseso por las noches. Encanto, o encanto dúctil: visitar a los escritores en sus residencias o abordarlos en las presentaciones de libros y decirles a cada uno justo aquello que quiere oír. Aquello que quiere oír desesperadamente. Y tener paciencia, pues no siempre funciona. Hay cabrones que te dan una palmadita en la espalda y luego si te he visto no me acuerdo. Hay cabrones duros y crueles y mezquinos. Pero no todos son así. Es necesario tener paciencia y buscar. Los mejores son los homosexuales, pero, ojo, es necesario saber en qué momento detenerse, es necesario saber con precisión qué es lo que no uno quiere, de lo contrario puedes acabar enculado de balde por cualquier viejo maricón de izquierda. Con las mujeres ocurre tres cuartas partes de lo mismo: las escritoras españolas que pueden echarte un cable suelen ser mayores y feas y el sacrificio a veces no vale la pena. Los mejores son los heterosexuales ya entrados en la cincuentena o en el umbral de la ancianidad. En cualquier caso: es ineludible acercarse a ellos. Es ineludible cultivar un huerto a la sombra de sus rencores y resentimientos. Por supuesto, hay que empollar sus obras completas. Hay que citarlos dos o tres veces en cada conversación. ¡Hay que citarlos sin descanso! Un consejo: no criticar nunca a los amigos del maestro. Los amigos del maestro son sagrados y una observación a destiempo puede torcer el rumbo del destino. Un consejo: es preceptivo abominar y despacharse a gusto contra los novelistas extranjeros, sobre todo si son norteamericanos, franceses o ingleses. Los escritores españoles odian a sus contemporáneos de otras lenguas y publicar una reseña negativa de uno de ellos será siempre bien recibida. Y callar y estar al acecho. Y delimitar las áreas de trabajo. Por la mañana escribir, por la tarde corregir, por las noches leer y en las horas muertas ejercer la diplomacia, el disimulo, el encanto dúctil. A los diecisiete años quería ser escritor. A los veinte publiqué mi primer libro. Ahora tengo veinticuatro y en ocasiones, cuando miro hacia atrás, algo semejante al vértigo se instala en mi cerebro. He recorrido un largo camino, he publicado cuatro libros y vivo holgadamente de la literatura (aunque si he de ser sincero, nunca necesité mucho para vivir, sólo una mesa, un ordenador y libros). Tengo una colaboración semanal con un periódico de derechas de Madrid. Ahora pontifico y suelto tacos y le enmiendo la plana (pero sin pasarme) a algunos políticos. Los jóvenes que quieren hacer una carrera como escritor ven en mí un ejemplo a seguir. Algunos dicen que soy la versión mejorada de Aurelio Baca. No lo sé. (A los dos nos duele España, aunque creo que por el momento a él le duele más que a mí). Puede que lo digan sinceramente, pero puede que lo digan para que me confíe y afloje. Si es por esto último no les voy a dar el gusto: sigo trabajando con el mismo tesón que antes, sigo produciendo, sigo cuidando con mimo mis amistades. Aún no he cumplido los treinta y el futuro se abre como una rosa, una rosa perfecta, perfumada, única. Lo que empieza como comedia acaba como marcha triunfal, ¿no?“
„Hace poco, Nélida Piñón, celebrada novelista brasileña y asesina en serie de lectores, dijo que Paulo Coelho, una especie de Barbusse y Anatole France en versión telenovela de brujos cariocas, debía ingresar en la Academia brasileña puesto que había llevado el idioma brasileño a todos los rincones del mundo. Como si el “idioma brasileño” fuera una ciencia infusa, capaz de soportar cualquier traducción, o como si los sufridos lectores del metro de Tokio supieran portugués. Además, ¿qué es eso de “idioma brasileño”? Una idea tan desmesurada como si habláramos del idioma canadiense o australiano o boliviano. Ciertamente, hay escritores bolivianos que parece que escriben en “idioma norteamericano”, pero eso se debe a que no saben escribir bien en español o castellano, pero en el fondo, bien o mal, lo que hacen es escribir en español.“
„Doña Flora de Cisniega era una vieja que se empeñaba en permanecer joven: tenía más de cincuenta años; pero ponía en práctica todos los artificios imaginables para engañar al mundo, aparentando la mitad de aquella cifra aterradora. Decir cuánto inventaba la ciencia y el arte en armónico consorcio para conseguir tal objeto, no es empresa que corresponde a mis escasas fuerzas. Enumerar los rizos, moñas, lazos, trapos, adobos, bermellones, aguas y de mas extraños cuerpos que concurrían a la grande obra de su monumental restauración, fatigaría la más diestra fantasía: quédese esto, pues, para las plumas de los novelistas, si es que la historia, buscadora de las grandes cosas, no se apropia tan hermoso asunto. Respecto a su físico, lo más presente que tengo es el conjunto de su rostro, en que parecían haber puesto su rosicler todos los pinceles de las academias presentes y pretéritas.“
„Lo que entendemos por integridad, en el caso del novelista, es la convicción de que nos ofrece la verdad. Nos hace sentir que nunca habríamos creído que eso pudiera ser cierto […]. Pero consigue convencernos de que es verdad, de que ocurre. […] La naturaleza […] ha trazado un dibujo que sólo necesita verse iluminado por la llama del genio para tornarse visible. Al exponerlo a esa llama y verlo cobrar vida, exclamamos embelesados: ¡Pero si es lo que siempre he sentido y sabido y deseado! Y bullimos de entusiasmo (p. 97)“
„Pero se podría, tal vez, profundizar algo más el tema de la composición de novelas y el efecto del sexo sobre el novelista. Si uno cierra los ojos y piensa en la novela como un todo, parece una creación que repite la vida como un espejo, aunque por cierto, con simplificaciones y deformaciones innumerables. De cualquier modo, es una estructura que deja una forma en la mente, edificada a veces en cuadros, a veces como una pagoda, a veces proyectando alas y arcadas, a veces macizamente compacta y abovedada como la Catedral de Santa Sofía en Constantinopla. Esa forma, pensé, recordando ciertas novelas famosas, despierta en uno la clase de emoción apropiada. Pero esa emoción enseguida se mezcla con otras, porque la «forma» no está hecha por la relación de una piedra con otra piedra, sino por la relación de un ser humano con otro ser humano. Por eso una novela despierta en nosotros toda clase de emociones opuestas y antagónicas. La vida entra en conflicto con algo que no es la vida. De ahí la dificultad de llegar a un acuerdo sobre las novelas, y el dominio inmenso que tienen sobre nosotros nuestros prejuicios íntimos“
„La única manera de saber si el novelista triunfa o fracasa, es si gracias a su escritura, la ficción se emancipa de su creador.“
„Al traducirse en lenguaje, al ser contados, los hechos sufren una profunda modificación. El hecho real —la sangrienta batalla en la que tomé parte, el perfil gótico de la muchacha que amé— es uno, en tanto que los signos que podrían describirlo son innumerables. Al elegir unos y descartar otros, el novelista privilegia una y asesina otras mil posibilidades o versiones de aquello que describe: esto, entonces, muda de naturaleza, lo que describe se convierte en lo descrito.“
„Toda novela es un testimonio cifrado; constituye una representación del mundo, pero de un mundo al que el novelista ha añadido alguna cosa: su resentimiento, su nostalgia, su crítica.“
„Escribir novelas es un acto de rebelión contra la realidad, contra Dios, contra la creación de Dios que es la realidad. Es una tentativa de corrección, cambio o abolición de la realidad real, de su sustitución por la realidad ficticia que el novelista crea.“
„Para mí el mejor novelista vivo de la lengua española que existe hoy es Fernando Vallejo -con quien me disputo el puesto del que ha escrito el peor guión-, quien durante mucho tiempo tocó el piano en un restaurante de la Condesa y nunca ha entrado en esa República de las Letras. Nos dan casa, tenemos editorial, publicamos, pero siempre nos sentimos fuera del castillo, del feudo».“
„Los novelistas que son más inteligentes que sus obras deberían cambiar de oficio.“
„¿Debo acaso insistir en que no tengo la más mínima ambición teórica y que este libro no es sino la confesión de un «practicante»? La obra de cada novelista contiene una visión implícita de la historia de la novela, una idea de lo que es la novela: es esta idea de la novela, inherente a mis novelas, la que he procurado dejar hablar.“
„El novelista nace sobre las ruinas de su mundo lírico.“
„Como obrero que soy, tengo entendido que el realismo literario, y más aún si se trata de realismo socialista, ese realismo no consiste en dar una visión fotográfica de la vida de los trabajadores, sino en que el autor, el escritor, el novelista, el narrador, ponga de sí su ideología, es decir, que sepa volcar en el trabajador su esperanza.“
„La gente normal trae hijos al mundo; los novelistas traemos libros. Estamos condenados a dejarnos la vida en ellos aunque casi nunca lo agradezcan. Estamos condenados a morir en sus páginas y a veces hasta dispuestos a dejar que sean ellos quienes acaben por quitarnos la vida.“
„El trabajo del novelista es hacer visible lo invisible con palabras.“
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