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Relacionado con: partido
„El patrón oro tiene una tremenda virtud: la cantidad de dinero en circulación, bajo el patrón oro, es independiente de las políticas de los gobiernos y partidos políticos. Esta es su ventaja. Es una forma de protección contra gobiernos despilfarradores.“
„Todos los grupos de la Cámara, sobre todo los grandes partidos, y más aún el mayor de ellos, que es el Partido Socialista, deben exponer su opinión. Tienen el gran deber en esta hora de hablar a tiempo, con toda altitud y precisión“
„De este modo, con el liberalismo abandonado desde adentro, ya no había un Partido de la Esperanza en el mundo occidental, ni un movimiento de «izquierda» para llevar a cabo la lucha contra el Estado ni contra los restos inquebrantables del orden anterior. En este espacio, en este vacío creado por el agotamiento del liberalismo radical, se acomodó un nuevo movimiento: el socialismo. Los libertarios de hoy están acostumbrados a pensar que el socialismo es el polo opuesto del credo libertario. Pero esto es un grave error, responsable de una severa desorientación ideológica de los libertarios del mundo actual. Como hemos visto, el conservatismo fue el polo opuesto a la libertad y el socialismo, mientras que se colocaba a la «izquierda» del conservatismo, fue esencialmente un movimiento confuso que optó por la vía del medio. Fue, y sigue siendo, de la vía del medio, ya que trata de lograr fines liberales mediante el uso de medios conservadores.“
„Su antepasado Sebastián d’Anconia había salido de España varios siglos atrás, en una época en que aquél era el país más poderoso del mundo, y aquel hombre era uno de sus personajes más orgullosos. Había tenido que marcharse cuando un alto funcionario de la Inquisición le había sugerido ciertos cambios en su manera de actuar durante una cena en la corte, y Sebastián d’Anconia le había arrojado un vaso de vino a la cara. Había logrado escapar, dejando atrás su fortuna, sus fincas, su palacio de mármol y la mujer a la que amaba, y había partido hacia un nuevo mundo. Su primera propiedad en la Argentina fue una cabaña de madera a los pies de los Andes. El sol resplandecía como un faro sobre el escudo de plata de los d’Anconia, clavado sobre la puerta, mientras Sebastián d’Anconia excavaba la tierra en busca de cobre en su primera mina. Pasó varios años, pico en mano, rompiendo rocas desde el amanecer hasta la puesta del sol, con ayuda de unos cuantos aventureros, desertores del ejército español, convictos fugados e indígenas hambrientos. Quince años después de haber salido de España, Sebastián d’Anconia mandó buscar a la mujer que amaba y que lo estaba esperando. Al llegar, ella encontró el escudo de plata sobre la entrada de un palacio de mármol, en medio de un inmenso jardín, y, más lejos, las montañas estriadas por las rojas vetas del metal. La tomó en sus brazos para cruzar el umbral y a ella le pareció más joven que cuando lo había visto por última vez.“
„Después de haber estado en el club de la lucha, ver partidos de fútbol americano por televisión es como ver películas porno cuando podrías estar follando a lo grande.“
„Para el obispo, la vista de la guillotina fue un golpe terrible del cual tardó mucho tiempo en reponerse. En efecto: el patíbulo, cuando está ante nuestros ojos levantado, derecho, tiene algo que alucina. Se puede sentir cierta indiferencia hacia la pena de muerte, no pronunciarse ni en pro ni en contra, no decir ni sí ni que no mientras no se ha visto una guillotina; pero si se llega a ver una, la sacudida es violenta; es menester decidirse y tomar partido en pro o en contra de ella. Los unos admiran, como De Maistre; los otros execran, como Beccaria. La guillotina es la concreción de la ley: se llama ‘vindicta’; no es indiferente ni os permite que lo seáis tampoco. Quien llega a verla se estremece con el más misterioso de los estremecimientos. Todas las cuestiones sociales alzan sus interrogantes en torno de aquella cuchilla. El cadalso es una visión: no es un tablado ni una máquina, ni un mecanismo frío de madera, de hierro y de cuerdas. Parece que es una especie de ser que tiene no sé qué sombría iniciativa. Se diría que aquellos andamios ven, que aquella madera, aquel hierro y aquellas cuerdas tienen voluntad. En la horrible meditación en que aquella vista sume al alma, el patíbulo aparece terrible y como teniendo conciencia de lo que hace. El patíbulo es el cómplice del verdugo; devora, come carne, bebe sangre. Es una especie de monstruo fabricado por el juez y por el carpintero; un espectro que parece vivir una especie de vida espantosa, hecha con todas las muertes que ha dado.“
„Aquí el hombre se convierte en dragón. Tener hambre, tener sed es el punto de partida, ser Satanás es el punto de llegada.“
„¿Cómo puede merecer el nombre de «corresponsal» alguien que desde el mejor hotel de Cancún o de Sevilla oye hablar de la guerrilla como quien oye llover? Y, sin embargo excluido de partidos y banderas, me conmueve tu manera de no darte por vencido, de disputarle al olvido la hoguera del porvenir, de desempolvar la crin del caballo de Zapata, de matar a los que matan, de enseñarnos a vivir.“
„A ti que me has ganadocon un naipe marcado la partida,a ti que te has coladoen el coto privado de mi vida.“
„Ha jugado una partida usándonos como piezas y la ha ganado…“
„A los que Crowley no podía soportar era a ésos que se llamaban a sí mismos satánicos. No sólo por lo que hacían, sino por la manía que tenían de achacárselo todo al Infierno. Se les ocurría alguna idea vomitiva que no se le pasaría a un demonio por la cabeza ni en un millón de años, alguna atrocidad oscura y descerebrada que sólo una mente humana hecha y derecha podría concebir, y luego gritaban: «¡El Diablo me empujó a hacerlo!», y se quedaban con los jueces cuando lo cierto es que el Diablo nunca empujaba a nadie a nada. No le hacía falta. Y eso a los humanos les costaba entenderlo. El Infierno no era ningún gran depósito de mal, no más de lo que, según Crowley, el Cielo era una fuente de bien; eran sólo bandos en una gran partida cósmica de ajedrez. Y era en la mente humana donde se hallaba la verdadera fuente de la bondad verdadera y de la verdadera maldad de infarto.“
„Pero sobre todo el cariño de las maestras empleado a su tiempo con sus niñas sacará un gran partido de éstas.“
„El sexo es como una partida de póquer: si no tienes una buena pareja, más vale que tengas una buena mano.“
„Toda dictadura, sea de un hombre o de un partido, desemboca en las dos formas predilectas de la esquizofrenia: el monólogo y el mausoleo.“
„No hay vicio que no tenga cierto falso parecido con alguna virtud y de la cual no saque partido.“
„Pártase de cualquier punto. Todos son iguales. Todos llevan a un punto de partida.“
„Un partido nunca tiene razón absoluta precisamente por ser un partido.“
„El peor enemigo de la democracia es la persistencia en el seno de la sociedad de los valores disolventes del egoísmo individual o de grupo, de los prejuicios y de los dogmatismos. El principio de la solidaridad social puede no estar explicitado en la Constitución ni en la plataforma de los partidos políticos, puede no figurar en los estatutos de los sindicatos y organizaciones empresarias, pero sin su presencia efectiva en las mentes y en los comportamientos de los ciudadanos no hay sistema democrático real. La solidaridad es la argamasa del edificio social y es el lubricante de los mecanismos de interrelación entre los hombres.“
„Los italianos pierden las guerras como si fueran partidos de fútbol y los partidos de fútbol como si fuesen guerras.“
„Aún busco donde tú y yo perdimos la partida“
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