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Relacionado con: pastilla
„A veces desearía tomarme una pastilla que me permitiera distraerme con la televisión y disfrutar con las cosas simples de la vida en vez de ser tan crítico y esperar auténtica calidad en lugar de porquería.“
„El se desmayó delante de mi. No fueron las pastillas, fueron los hombres de gris.“
„Por conocer a cuantos se marginan, un día me vi metido en la heroína. Aún hubo más, menuda pesadilla… crucificado a base de pastillas.“
„En mi juventud probé la mescalina y la cocaína pero enseguida me pasé a los pastillas de menta que me parecieron más estimulantes. Si las drogas producen el mismo efecto que el alcohol, no me interesan. Un borracho es evidentemente ridículo. He estado borracho algunas veces y lo recuerdo como una experiencia muy desagradable para los demás y para mí.“
„Pasamos por delante de la catedral. La niebla cubre otra vez la ciudad y todo parece una película de terror. Me imagino que Marianne está esperándome en algún rincón con un puñal, como en los tiempos en que Ginebra era una ciudad medieval, en constante lucha con los franceses. Ni el frío ni la caminata me calman. Cogemos el coche y, al llegar a casa, me voy directamente a la habitación y me trago dos pastillas de Valium, mientras mi marido le paga a la niñera y mete a los niños en la cama. Duermo diez horas seguidas. Al día siguiente, cuando me levanto para seguir la rutina matinal, empiezo a pensar que mi marido está un poco menos cariñoso. Es un cambio casi imperceptible, pero hay algo que ayer lo hizo sentirse incómodo. No sé muy bien qué hacer, nunca me había tomado dos tranquilizantes a la vez. Estoy en una especie de letargo que no se parece en nada al que“
„el sufrimiento se ha convertido en una fuente de beneficios para la industria farmacéutica. ¿Estás triste? Toma esta pastilla y tus problemas desaparecerán.“
„Todavía no se ah inventado la pastilla que pueda aliviar los síntomas de la soledad y el aislamiento que produce el final del día.“
„Los medicamentos controlan bastante los delirios. Como hoy, por ejemplo. Sé que no soy el emperador. Siemplemente sé mucho sobre el hombre que lo fue. Y sobre cómo dirigir un ejército. Y lo que pasó en 1812. Hoy sólo soy un historiador de tercera categoría. Pero mañana, no sé. Quizá fingiré tomarme la medicación que me den esta noche. Ya sabes, ponérmela bajo la lengua y escupirlas después. Hay algunos trucos que casi todo el mundo aprende en el hospital. O puede que la dosis se quede un poco corta. Eso también pasa, porque las enfermeras tienen que distribuir muchas pastillas y a veces no prestan atención como deberían a quién recibe qué. Y ya está: un delirio muy potente no necesita demasiado terreno para arraigar y florecer.“