Juegos
Todos los emojis
Citas
Blog
Página de inicio
»
pecho
»
Página 2
Relacionado con: pecho
„Del modo que sea, como varón de pelo en pecho o cariñoso padre, un candidato debe ser encantador. También debe ser un animador que nunca aburra al público. Habituado a la radio y la televisión, este público exige que se lo distraiga y no cabe pedirle que se concentre o haga un prolongado esfuerzo intelectual. Todos los discursos del candidato-animador deben ser, pues, breves y tajantes. Los grandes problemas del momento deben ser zanjados en cinco minutos a lo sumo y preferiblemente (pues el público querrá pasar a algo más entretenido que la inflación o la bomba de hidrógeno) en sesenta segundos netos. La oratoria es de tal naturaleza que siempre ha habido entre políticos y clérigos la tendencia a simplificar excesivamente los asuntos complejos. Desde un púlpito o una tribuna, hasta el más concienzudo de los oradores tiene muchas dificultades para decir la verdad. Los métodos que actualmente se utilizan para colocar en el mercado a un candidato político como si fuera un desodorante garantizan de modo muy positivo el cuerpo electoral contra toda posibilidad de que escuche la verdad acerca de nada.“
„Estuve a punto de desmayarme la primera vez que vi desnudos los dos pechos de una mujer.“
„Ella no comprendía lo que te hace sentir estar lleno de un amor tan fuerte que hace tu pecho doler un amor que tan solo podias sentir, pero nunca expresar. He aprendido que mantener un amor enterrado se parece mucho a mantener contenida la ira. Te consume por dentro hasta que te dan ganas de gritar o de patear algo“
„Carterista: caballero de la mano en el pecho… de otro.“
„¡Argentinos! ¡A las cosas, a las cosas! Déjense de cuestiones previas personales, de suspicacias, de narcisismos. No presuman ustedes el brinco magnífico que dará este país el día que sus hombres se resuelvan de una vez, bravamente, a abrirse el pecho a las cosas, a ocuparse y preocuparse de ellas directamente y sin más, en vez de vivir a la defensiva, de tener trabadas y paralizadas sus potencias espirituales, que son egregias, su curiosidad, su perspicacia, su claridad mental secuestradas por los complejos de lo personal.“
„El cloroformo dilata el pecho a la primera inspiración; la segunda, inunda la boca de saliva; las extremidades hormiguean, a la tercera; a la cuarta, los labios, a la par de las ideas, se hinchan, y luego pasan cosas singulares.“
„¡Oh Muerte, capitana, ya es tiempo, el ancla alcemos!Nos hastía esta tierra, ¡oh Muerte!, ¡hay que zarpar!Si son de tinta negros cielo y mar cual los vemos,nuestros pechos, que ahondaste, sólo saben brillar.¡Vierte en nosotros el veneno que conforta!Mientras arda este fuego que en el cerebro llevo,sondeemos el abismo, Cielo, Infierno: ¿qué importa?¡Al fondo de lo Ignoto para encontrar lo nuevo!“
„Es muy fea. ¡Y sin embargo, es deliciosa!El Tiempo y el Amor la han señalado con sus garras y la han enseñado cruelmente lo que cada minuto y cada beso se llevan de juventud y de frescura.Es verdaderamente fea; es hormiga, araña, si queréis hasta esqueleto: ¡pero también es brebaje, magisterio, hechizo! En suma, es exquisita.No pudo el Tiempo romper la armonía chispeante de su andar y la elegancia indestructible de su armazón. El Amor no pudo alterar la suavidad de su hálito infantil, y el tiempo nada arrancó de su abundante crin que exhala en leonados perfumes toda la vitalidad endiablada del Mediodía francés: Nimes, Aix, Arles, Aviñón, Narbona, Tolosa, ¡ciudades benditas del sol, enamoradas y encantadoras!En vano la mordieron con buenos dientes el Tiempo y el Amor; en nada amenguaron el encanto vago, pero eterno, de su pecho de doncel.Gastada quizá, pero no fatigada, y siempre heroica, hace pensar en esos caballos de raza fina que los ojos del verdadero aficionado distinguen aunque vayan enganchados a un coche de alquiler o a un lento carromato.¡Y es, además, tan dulce y ferviente! Quiere como se quiere en otoño; diríase que la proximidad del invierno prende en su corazón un fuego nuevo, y nada de fatigoso hubo jamás en lo servil de su ternura.“
„¿Cuántas veces habré de sacudir mis cascabelesy besar tu frente ruin, triste caricatura?¿Cuántas flechas he de malgastar, oh carcaj mío,para dar en ese blanco de místico carácter?Emplearemos nuestra alma en sutiles intrigas,y demoleremos más de una pesada armadura,antes de contemplar a la gran Criatura¡cuyo infernal deseo nos llena de sollozos!Hay quienes nunca conocieron su ídolo,y a esos escultores condenados y marcados por el oprobio,que se golpean la frente y el pecho,no les queda otra esperanza, ¡extraño y sombrío Capitolio!sino que la Muerte, cerniéndose como un nuevo sol,¡haga que se abran las flores de su cerebro!“
„La mujer, entre tanto, retorciéndoseigual que una serpiente en las brasas,y amasándose los pechos por encimade las ballenas del corsédejaba deslizar de su boca de fresaestas palabras impregnadas de almizcle:—«Tengo los labios húmedos y conozco la cienciade perder en una cama la antigua conciencia.Seco todas las lágrimas en mis pechos triunfantesy hago que los viejos se rían con risas infantiles.¡Para quien me ve desnuda y sin velos, sustituyoa la luna, al sol, al cielo y a las estrellas!Cuando aprisiono a un hombre en mis temidos brazos,o cuando abandono mi busto a los mordiscos,tímida y libertina, frágil y robusta,soy, mi querido sabio, tan experta en deleitesque sobre ese colchón que se desmaya de emoción,¡los ángeles importantes se condenarían por mí!»Cuando me hubo chupado toda la médula de los huesos,y me volví hacia ella con languidezpara darle un beso de amor, ¡no vi másque un odre de flancos viscosos, rebosante de pus!En mi helado terror, cerré los ojos,y cuando volví a abrirlos a la viva claridad,a mi lado, en lugar del fuerte maniquíque parecía haber hecho provisión de sangreentrechocaban en confusión unos restos de esqueleto,que producían un grito como el de una veletao el de un cartel que, en la punta de una vara de hierro,el viento balancea en las noches de invierno.“
„Si viese usted a Atlas, el gigante que sostiene al mundo sobre sus hombros, si usted viese que él estuviese de pie, con la sangre latiendo en su pecho, con sus rodillas doblándose, con sus brazos temblando, pero todavía intentando mantener al mundo en lo alto con sus últimas fuerzas, y cuanto mayor sea su esfuerzo, mayor es el peso que el mundo carga sobre sus hombros, ¿qué le diría usted que hiciese? […] Que se rebele.“
„Puesto que no hay remedio, tengamos valor con la muerte. Abracemos esta horrible idea con pecho firme; considerémosla cara a cara. Pidámosle cuenta de lo que es; sepamos qué quiere de nosotros; volvámosla en todos sentidos; descifremos el enigma y miremos de antemano en el sepulcro.“
„Los Cuatro Jinetes cuya Cabalgada presagia el fin del mundo son conocidos como Muerte, Guerra, Hambre y Peste. Pero hasta los acontecimientos menos importantes tienen sus propios jinetes. Por ejemplo, los Cuatro Jinetes del Resfriado Común son Moquera, Congestión de Pecho, Napia y Falta de Pañuelos. Los Cuatro Jinetes cuya aparición anuncia cualquier fiesta del calendario son Tormenta, Ventolera, Aguanieve y Carril Habilitado En Sentido Contrario“
„No es fácil ser ornitólogo y cruzar un bosque cuando por todas partes el mundo grita: «¡Largo, joder, este es mi matorral! ¡Aargh, maldito ladrón de nidos! ¡Mantén relaciones sexuales conmigo, puedo inflar el pecho y ponerlo rojo!».“
„¡Dispárame en el pecho!.“
„Miré a miss Baker, preguntándome qué sería lo que conseguía. Disfrutaba mirándola. Era una chica delgada, de pechos pequeños, que andaba muy derecha, algo que acentuaba echando los hombros hacia atrás como un cadete. Los ojos, grises, irritados por el sol, me correspondieron con igual curiosidad desde una cara triste, simpática, insatisfecha. Entonces me di cuenta de que la había visto antes en alguna parte, en persona o en una foto.“
„GarabatoCon un trozo de carbónCon mi gis roto y mi lápiz rojodibujar tu nombreel nombre de tu bocael signo de tus piernasen la pared de nadieEn la puerta prohibidagrabar el nombre de tu cuerpohasta que la hoja de mi navaja sangrey la piedra gritey el muro respire como un pecho…“
„Y aquel velo era el velo de los sueños, de los dulces sueños que hacen ver la vida de color de rosa. Y con él envolvió a los cuatro hombres flacos, barbudos e impertinentes. Los cuales cesaron de estar tristes, porque penetró en su pecho la esperanza, y en su cabeza el sol alegre, con el diablillo de la vanidad, que consuela en sus profundas decepciones a los pobres artistas.“
„No es favor del Príncipe, sino pecho, el comunicarlo. Quiebran muchos el espejo porque les acuerda la fealdad. No puede ver al que le pudo ver.“
„A ella todo le salía, escogía bien las películas que iban a ver, los libros, los amigos, se manejaba con seguridad. Con ella eran buenas las conversaciones y buenas las comidas. Mucho más madura que las de su edad; llevarla a su lado, ahuecando el pecho, su pelo de lino alborotado, era una certeza equiparable a saber que la tierra gira en torno al sol.“
Anteriores
1
2
3
…
6
Siguientes