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Relacionado con: pierna
„Si tienes un gato y una pierna, tienes a un gato feliz. Si tienes un gato y dos piernas, tienes una fiesta.“
„Cada pierna es una bota, y que cada bota una patada, y cada mano un puño, y un puño una cara.“
„Hay brujas que escriben sus conjuros con runas, códigos secretos de símbolos. De acuerdo con Mona, hay brujas que escriben al revés para que el conjuro solamente pueda leerse usando un espejo. Escriben conjuros en espiral, empezando en el centro de la página y trazando una curva hacia el exterior. Algunas escriben como en las tablillas de maldiciones de la antigua Grecia, con una línea de izquierda a derecha, la siguiente de derecha a izquierda y la siguiente de izquierda a derecha. A esto lo llaman forma de boustrophedon porque imita el recorrido de un lado para otro de un buey uncido. Para imitar a una serpiente, dice Mona, algunas escriben cada línea en una dirección distinta.La única norma es que el conjuro tiene que ser enrevesado. Cuanto más oculto y más enrevesado, más poderoso es el conjuro. Para las brujas, los mismos enredos son mágicos. Dibujan o esculpen al dios mago Hefesto con las piernas retorcidas.Cuanto más enrevesado el conjuro, más va a retorcer y perjudicar a la víctima. Más la confundirá. Ocupará su atención. Se tambalearán. Perderán el equilibrio. No podrán concentrarse.Igual que el Gran Hermano con todas sus canciones y bailes.“
„Qué poco rato dura la vida eterna por el túnel de tus piernas.“
„En este reino o en una provincia de la Nueva España, yendo cierto español con sus perros a caza de venados o de conejos, un día, no hallando qué cazar, paresciole que tenían hambre los perros, y toma un muchacho chiquito a su madre e con un puñal córtale a tarazones los brazos y las piernas, dando a cada perro su parte; y después de comidos aquellos tarazones échales todo el corpecito en el suelo a todos juntos.“
„GarabatoCon un trozo de carbónCon mi gis roto y mi lápiz rojodibujar tu nombreel nombre de tu bocael signo de tus piernasen la pared de nadieEn la puerta prohibidagrabar el nombre de tu cuerpohasta que la hoja de mi navaja sangrey la piedra gritey el muro respire como un pecho…“
„Para hallar el equilibrio que buscas te tienes que convertir en esto. Debes tener los pies tan firmemente plantados en la tierra que parezca que tienes cuatro piernas en lugar de dos. De este modo podrás estar en el mundo. Pero debes dejar de mirar el mundo con la mente. Tienes que mirarlo con el corazón. Así llegarás a conocer a Dios.“
„Estuve como dos meses pensando, sintiendo que me moría, y yo cada día despertaba y decía ‘Ya hoy no la cuento’, por que no me defendí a tiempo, por que no puse una pausa a tiempo cuando todavía tenía fuerza, por que en ese momento yo me sentía ya sin fuerza, y yo me acuerdo que rezaba y decía ‘Dios mío perdóname, por favor perdóname, no me hagas irme ahorita’. Llegamos al hospital y lo único que yo recuerdo es que se me empezó a dormir todo el cuerpo, absolutamente todo el cuerpo, los brazos, las piernas, las encías, absolutamente todo. Y en ese hospital tuve el corazón 8 segundos en los cuales no se sabe que paso conmigo, pero lo primero que vi enfrente de mi fueron a mis padres, y apretando mi mano y diciendo ‘Aquí estamos’ y yo en ese momento dije ‘Estoy viva, estoy viva’ después de estar pensando tanto tiempo que me iba a morir, y a partir de ahí nació una guerrera, te lo juro, una guerrera que ese día dijo ‘Mi vida cambia hoy’.“
„El suicidio, crónica de una muerte anunciada. Morir para salir del atolladero de la existencia por tus propias piernas.“
„¿Qué es el hombre sin ideal? Nada, absolutamentenada: cosa viva entregada a las eventualidades de los seres extraños, y de que todo depende menos de sí misma; existencia que, como el vegetal, no puede escoger en la extensión de lo creado el lugar que más le gusta, y ha de vivir donde la casualidad quiso que brotara, sin iniciativa, sin movimiento, sin deseo ni temor de ir a alguna parte; ser ignorante de todos los caminos que llevan a mejor paraje, y para quien son iguales todos los días, y lo mismo el ayer que el mañana. El hombre sin ideal es como el mendigo cojo que puesto en medio del camino implora un día y otro la limosna del pasajero. Todos pasan, unos alegres, otros tristes, estos despacio, aquellos velozmente, y él sin aspirar a seguirlos, ocúpase tan sólo del cuarto que le niegan o del desprecio que le dan. Todos van y vienen, cuál para arriba, cuál para abajo, y él se queda siempre, pues ni tiene piernas para andar, ni tampoco deseos de ir más lejos.“
„VERSO DECORATIVOLa niña vio a la luna en el azul estanqueQue en medio de los pinos servía de pecera.(Piernas de cazadora, suelta la cabellera,Y el fino seno blanco celoso de su arranque).De un elástico salto llegó junto a la fuente,Hundió las blancas manos, tomó el disco de oro,Y al cargar junto al cuello el redondo tesoro,La cabellera negra se le tornó luciente.Y huyó bajo las selvas. Su grito de alegríaHasta los dulces nidos de las aves subía,E, iluminando el bosque perfumado, la vieron,Cargada de la luna, pasar los abedules,Y siguiendo en el aire la curva de sus tulesEjércitos de pájaros cantando la siguieron.“
„Busco entre tus piernas la fe y hundo mi sol mojado en tu piel.“
„Abre la puerta que soy el diablo, que vengo con perras. Abre, chiquilla, las piernas que vengo a clavarte semillas. Como cada día en el infierno me aburría y me fui de bar en bar.. ví a la virgen María cansada de ser virgen, metida en un portal.“
„A ti te lo digo, bellaco: no es mismo los dolores de piernas que las piernas de Dolores.“
„Quique pensó que no volvería a excitarse pero, pasado un momento en esta postura —él echado de espaldas, Marisa acuclillada sobre su cara, ofreciéndole un sexo rojizo que él lamía concienzudamente, y Chabela arrodillada entre sus piernas y con su pene en la boca—, sintió de pronto que su sexo comenzaba a endurecerse otra vez y ese delicioso cosquilleo en los testículos, síntoma seguro de la excitación. Con“
„El último chiste de Van Daan: A raíz de la clase de religión y de la historia de Adán y Eva, un niño de trece años le pregunta a su padre: —Papá, ¿me podrías decir cómo nací? —Pues… —le contesta el padre—. La cigüeña te cogió de un charco grande, te dejó en la cama de mamá y le dio un picotazo en la pierna que la hizo sangrar, y tuvo que guardar cama una semana. Para enterarse de más detalles, el niño fue a preguntarle lo mismo a su madre: —Mamá, ¿me podrías decir cómo naciste tú y cómo nací yo? La madre le contó exactamente la misma historia, tras lo cual el niño, para saberlo todo con pelos y señales, acudió igualmente al abuelo: —Abuelo, ¿me podrías decir cómo naciste tú y cómo nació tu hija? Y por tercera vez consecutiva, oyó la misma historia. Por la noche escribió en su diario: «Después de haber recabado informes muy precisos, cabe concluir que en nuestra familia no ha habido relaciones sexuales durante tres generaciones».“
„Un día, en cierto brusco movimiento, el esquife dio media vuelta y sir Patricio cayó al lago. Sabía nadar y era hombre sereno así es que, al encontrarse en el agua, sacó su pipa y pretendió llenarla de tabaco, pensando que alcanzaría la orilla nadando únicamente con las piernas.Por desgracia, había olvidado que el reúma tenía sus piernas inmovilizadas.Y lord Brums se quedó en el fondo del lago hasta que lo sacaron once días después, envuelto en líquenes y mucho más muerto de lo que conviene a un hombre que tiene cierto interés en seguir viviendo.“
„Los jóvenes de hoy aman el lujo, tienen manías y desprecian la autoridad. Responden a sus padres, cruzan las piernas y tiranizan a sus maestros.“
„En cuanto al fin que nos proponen Plinio y Cicerón, la gloria, estoy muy lejos de tenerla en cuenta. La inclinación más contraria al retiro es la ambición. La gloria y el reposo no pueden alojarse en el mismo albergue. Por lo que veo, estos sólo tienen los brazos y las piernas fuera de la multitud; su alma y su intención continúan, más que nunca, atadas a ella: b | Tun’ uetule auriculis alienis colligis escas? [Entonces, viejo, ¿trabajas sólo para alimentar los oídos ajenos? ] a | Se han echado atrás solo para saltar mejor, y para, con un movimiento más fuerte, penetrar más vivamente en la muchedumbre. ¿Queréis ver cómo se quedan cortos por un pelo?Comparemos las opiniones de dos filósofos [Epicuro y Séneca], y de dos escuelas muy diferentes, uno escribiendo a Idomeneo, otro a Lucillo, amigos suyos, para apartarlos de la administración de los negocios y de las grandezas, y dirigirlos hacia la soledad. Hasta ahora has vivido —dicen— nadando y flotando; ven a morir al puerto. Has entregado el resto de tu vida a la luz, entrega esta parte a la sombra. Es imposible abandonar las tareas si no renuncias a su fruto; así pues, deshazte de toda preocupación por el nombre y por la gloria. Existe el peligro de que el brillo de tus acciones pasadas te ilumine en exceso, y te siga hasta el interior de tu guarida. Abandona, junto a los demás placeres, el que brinda la aprobación ajena; y, en cuanto a tu ciencia y capacidad, no te importe: no perderán su eficacia porque tú valgas más que ellas. Acuérdate de aquel que, cuando le preguntaron para qué se esforzaba tanto en un arte que no podía ser conocido por mucha gente, respondió: «Me basta con pocos, me basta con uno, me basta con ninguno». Tenía razón. Tú y un compañero sois teatro de sobra suficiente el uno para el otro, o tú para ti mismo. Que el pueblo sea para ti uno solo, y que uno solo sea para ti todo el pueblo. Es una ambición cobarde pretender obtener gloria de la ociosidad y del ocultamiento. Tenemos que hacer como los animales, que borran su rastro a la entrada de su guarida. No has de buscar más que el mundo hable de ti, sino cómo has de hablarte a ti mismo. Retírate en tu interior, pero primero prepárate para acogerte; sería una locura confiarte a ti mismo si no te sabes gobernar. Uno puede equivocarse tanto en la soledad como en la compañía. Hasta que no te hayas vuelto tal que no oses tropezar ante ti, y hasta que no sientas vergüenza y respeto por ti mismo, c | obuersentur species honestae animo [que se ofrezcan imágenes honestas al espíritu], a | represéntate siempre en la imaginación a Catón, Foción y Aristides, ante los cuales aun los locos ocultarían sus faltas, y establécelos como censores de todas tus intenciones. Si estas se desvían, la reverencia por ellos te devolverá al camino. Te retendrán en la vía de contentarte contigo mismo, de no tomar nada en préstamo sino de ti, de detener y fijar el alma en unos pensamientos definidos y limitados donde pueda complacerse; y, tras haber entendido los verdaderos bienes, que se gozan a medida que se entienden, de contentarse con ellos, sin ansias de prolongar la vida ni el nombre. Este es el consejo de la verdadera y genuina filosofía, no de una filosofía ostentosa y verbal, como es la de los dos primeros.“
„Mi espíritu se niega a caminar si las piernas no lo llevan.“
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