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Relacionado con: plaza
„¿Y torturar un animal en la plaza motivo de elogio?“
„Tenía ganas de hacer algo para que ya no le quedara escapatoria. Tenía ganas de destruir brutalmente todo el pasado de sus últimos siete años. Era el vértigo. El embriagador, el insuperable deseo de caer. También podriamos llamarlo la borrachera de la debilidad. Uno se percata de su debilidad y no quiere luchar contra ella, sino entregarse.Está borracho de su debilidad, quiere ser aún más débil, quiere caer en medio de la plaza, ante los ojos de todos, quiere estar abajo y aún más abajo que abajo.“
„El único problema sería, tal vez, que la alfarería se haga a corto plazo por computadora o por internet. O por robots. Que Dios (que no existe) nos asista».“
„Mientras tanto, en plazas y calles la vida sigue e improvisa, como si la muerte fuera una invención, una mentira. Y a lo mejor lo es. Uno termina aferrándose a esa imposibilidad, sin advertir que más adentro el alma desfallece.“
„Adoctrinada por un ejercicio de siglos, le república de hombres inmortales había logrado la perfección de la tolerancia y casi del desdén. Sabía que en un plazo infinito le ocurren a todo hombre todas las cosas. Por sus pasadas o futuras virtudes, todo hombre es acreedor a toda bondad, pero también a toda traición, por sus infamias del pasado o del porvenir.“
„A Leopoldo LugonesLos rumores de la plaza quedan atrás y entro en la Biblioteca. De una manera casi física siento la gravitación de los libros, el ámbito sereno de un orden, el tiempo disecado y conservado mágicamente. A izquierda y a derecha, absortos en su lúcido sueño, se perfilan los rostros momentáneos de los lectores, a la luz de las lámparas estudiosas, como en la hipálage de Milton. Recuerdo haber recordado ya esa figura, en este lugar, y después aquel otro epíteto que también define por el contorno, el árido camello del Lunario, y después aquel hexámetro de la Eneida, que maneja y supera el mismo artificio:Ibant obscuri sola sub nocte per umbram.Estas reflexiones me dejan en la puerta de su despacho. Entro; cambiamos unas cuantas convencionales y cordiales palabras y le doy este libro. Si no me engaño, usted no me malquería, Lugones, y le hubiera gustado que le gustara algún trabajo mío. Ello no ocurrió nunca, pero esta vez usted vuelve las páginas y lee con aprobación algún verso, acaso porque en él ha reconocido su propia voz, acaso porque la práctica deficiente le importa menos que la sana teoría.En este punto se deshace mi sueño, como el agua en el agua. La vasta biblioteca que me rodea está en la calle México, no en la calle Rodríguez Peña, y usted, Lugones, se mató a principios del treinta y ocho. Mi vanidad y mi nostalgia han armado una escena imposible. Así será (me digo) pero mañana yo también habré muerto y se confundirán nuestros tiempos y la cronología se perderá en un orbe de símbolos y de algún modo será justo afirmar que yo le he traído este libro y que usted lo ha aceptado.“
„En el último salón abierto del desmantelado barrio de tolerancia un conjunto de acordeones tocaba los cantos de Rafael Escalona, el sobrino del obispo, heredero de los secretos de Francisco el Hombre. El cantinero, que tenía un brazo seco y como achicharrado por haberlo levantado contra su madre, invitó a Aureliano a tomarse una botella de aguardiente, y Aurelianolo invitó a otra. El cantinero le habló de la desgracia de su brazo. Aureliano le habló de la desgracia de su corazón, seco y como achicharrado por haberlo levantado contra su hermana. Terminaron llorando juntos y Aureliano sintió por un momento que el dolor había terminado. Pero cuando volvió a quedar solo en la última madrugada de Macondo, se abrió de brazos en la mitad de la plaza, dispuesto a despertar al mundo entero, y gritó con toda su alma: -¡Los amigos son unos hijos de puta! Cap. 20, Cien Años de Soledad“
„A la mujer de verdad se la gana uno poco a poco. Es todo cuestión de psicología, como una buena faena en la plaza.“
„Las golondrinas de Plaza de Mayo observan la gente desde el mismo árbol. Y al llegar el verano, cuando la ciudad se cubre flores, vienen y van.“
„Allá en el fondo está la muerte, pero no tenga miedo. Sujete el reloj con una mano, tomo con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo, y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan.“
„y los gatos, siempre inevitablemente los minouche morrongos miaumiau kitten kat chat cat gatto grises y blancos y negros y de albañal, dueños del tiempo y de las baldosas tibias, invariables amigos de la Maga que sabía hacerles cosquillas en la barriga y les hablaba un lenguaje entre tonto y misterioso, con citas a plazo fijo, consejos y advertencias.“
„Se podrá hablar un día entero de la decadencia de la tauromaquia, de lo mucho que hay de malo, las famosas homilías sobre la crueldad, etc., pero hay algo que queda en pie, y es la hora de la verdad, es ese momento en que toro y torero están solos y toda la plaza guarda silencio hasta el minuto perfecto del torear ceñido, y los �olé que festejan sucintamente cada cita y cada pase.“
„El amor de Cuba por el Che me hizo sentir extrañamente argentino el 2 de enero, cuando el saludo de Fidel en la plaza de la Revolución al comandante Guevara, allí donde éste, desató en 300.000 hombres una ovación que duró diez minutos.“
„La técnica consistía en citarse vagamente en un barrio a cierta hora. Les gustaba desafiar el peligro de no encontrarse, de pasar el día solos, enfurruñados en un café o en un banco de plaza, leyendo-un-libro-más.“
„Por lo demás hay que ser imbécil, hay que ser poeta, hay que estar en la luna de Valencia para perder más de cinco minutos con estas nostalgias perfectamente liquidables a corto plazo.“
„Le pareció que dulcemente una de las dos lloraba. Debía ser ella porque sintió mojadas las mejillas, y el pómulo mismo doliéndole como si tuviera allí un golpe. También el cuello, y de pronto los hombros, agobiados por fatigas incontables. Al abrir los ojos (tal vez gritaba ya) vio que se habían separado. Ahora sí gritó. De frío, porque la nieve le estaba entrando por los zapatos rotos, porque yéndose camino de la plaza iba Alina Reyes lindísima en su sastre gris, el pelo un poco suelto contra el viento, sin dar vuelta la cara y yéndose. (Lejana)“
„Quería volver a ver la plaza de Ljubljana, sentir odio y amor, desesperación y tedio, todas esas cosas sencillas y banales que forman parte de lo cotidiano y dan sabor a la existencia.“
„De noche, en mi cama, busqué a aquel a quien ama mi alma; lo busqué y no lo encontré. Me levantaré, pues, y rodearé la ciudad; por las calles y por las plazas buscaré a aquel a quien ama mi alma; lo busqué, y no lo encontré. Encontráronme“
„Corrie ten Boom, que estuvo recluida y sufriendo en un campo de concentración nazi, explicó el poder del pensamiento concentrado: «Si miras al mundo, te afligirás. Si miras tu interior, te deprimirás. Pero si miras a Cristo, ¡reposarás!».25 Tu enfoque determina tus sentimientos. El secreto de la paciencia es recordar que tu dolor es temporal, pero tu recompensa será eterna. Moisés soportó una vida de problemas «porque tenía la mirada puesta en la recompensa».26 Pablo resistió las penalidades de la misma manera. Él dijo: «Nuestros problemas presentes son bastante pequeños y no durarán mucho tiempo. ¡Sin embargo, producen para nosotros una gloria inmensamente grande que durará para siempre!».27 No cedas ante el pensamiento a corto plazo. Mantén tu mirada enfocada en el resultado final: «Si hemos de compartir su gloria, también debemos compartir su sufrimiento. Lo que sufrimos ahora no es nada comparado con la gloria que él nos dará después».28“
„Los espíritus más libres y ligeros nos anuncian, con sus corrientes, el tiempo futuro. El viento del valle y las opiniones de la plaza pública sólo nos hablan del pasado.“
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