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Relacionado con: pluma
„… lo que ningún monarca ha podido conseguir ni por la espada ni por el fuego, lo han logrado hacer los eclesisiásticos con sólo la pluma.“
„No puede esperarse que los hombres sean trasladados del despotismo a la libertad en un lecho de plumas.“
„Sobre Pete Doherty y Tom Chaplin: «Los niñatos pijos no pueden tomar drogas, son peso pluma. Se meten una rayita pequeña y ya están en rehabilitación.“
„Jamás hubo una guerra justa, jamás hubo una guerra honrosa, por la parte de su instigador. Yo miro en lontananza un millón de años más allá, y esta norma no se alterará ni siquiera en media docena de casos. El puñadito de vociferadores (como siempre) pedirá a gritos la guerra. Al principio (con cautela y precaución) el púlpito pondrá dificultades; la gran masa, enorme y torpona, de la nación se restregará los ojos adormilados y se esforzará por descubrir el por qué tiene que haber guerra y dirá con ansiedad e indignación: -Es una cosa injusta y deshonrosa, y no hay necesidad de que la haya-. Pero el puñado vociferará con mayor fuerza todavía. En el bando contrario, unos pocos hombres bienintencionados argüirán y razonarán contra la guerra valiéndose del discurso y de la pluma, y al principio habrá quien les escuche y les aplauda; pero eso no durará mucho; los otros ahogarán su voz con sus vociferaciones y el auditorio enemigo de la guerra se irá raleando y perdiendo popularidad. Antes que pase mucho tiempo verás este hecho curioso: los oradores serán echados de las tribunas a pedradas, y la libertad de palabra se verá ahogada por unas hordas de hombres furiosos que allá en sus corazones seguirán siendo de la misma opinión que los oradores apedreados (igual que al principio), pero que no se atreven a decirlo. Y, de pronto, la nación entera (los púlpitos y todo) recoge el grito de guerra y vocifera hasta enronquecer, y lanza a las turbas contra cualquier hombre honrado que se atreva a abrir su boca; y finalmente, esa clase de bocas acaba por cerrarse. Acto continuo, los estadistas inventarán mentiras de baja estofa, arrojando la culpa sobre la nación que es agredida, y todo el mundo acogerá con alegría esas falsedades para tranquilizar la conciencia, las estudiará con mucho empeño y se negará a examinar cualquier refutación que se haga de las mismas; de esa manera se irán convenciendo poco a poco de que la guerra es justa y darán gracias a Dios por poder dormir más descansados después de este proceso de grotesco engaño de sí mismos.“
„Sed, cristianos, a moveros más formales:no seáis como pluma al viento,y no creáis que cualquier agua os lave.Tenéis el viejo y el nuevo testamento,y el pastor de la Iglesia que os guía:que ello a vuestra salvación os baste.Si mala avidez otra cosa os grita,sed hombres, y no locas ovejas,¡que el judío, de vosotros, entre vosotros, no se ría!“
„Pienso cuando maduraban los limones. En el viento de febrero que rompía los tallos de los helechos, antes que el abandono los secara; los limones maduros que llenaban con su olor el viejo patio.El viento bajaba de las montañas en las mañanas de febrero. Y las nubes se quedaban allá arriba en espera de que el tiempo bueno las hiciera bajar al valle; mientras tanto dejaban vacío el cielo azul, dejaban que la luz cayera en el juego del viento haciendo círculos sobre la tierra, removiendo el polvo y batiendo las ramas de los naranjos.Y los gorriones reían; picoteaban las hojas que el aire hacía caer, y reían; dejaban sus plumas entre las espinas de las ramas y perseguían a las mariposas y reían. Era esa época.En febrero, cuando las mañanas estaban llenas de viento, de gorriones y de luz azul. Me acuerdo.Mi madre murió entonces.Que yo debía haber gritado: que mis manos tenían que haberse hecho pedazos estrujando su desesperación. Así hubieras tú querido que fuera. ¿Pero acaso no era alegre aquella mañana? Por la puerta abierta entraba el aire, quebrando las guías de la yedra. En mis piernas comenzaba a crecer el vello entre las venas, y mis manos temblaban tibias al tocar mis senos. Los gorriones jugaban. En las lomas se mecían las espigas. Me dio lástima que ella ya no volviera a ver el juego del viento en los jazmines; que cerrara sus ojos a la luz de los días. ¿Pero por qué iba a llorar?“
„Los déspotas siempre juzgaron necesario complementar la fuerza con la propaganda política o religiosa. En este sentido, la pluma es más poderosa que la espada. Pero la píldora es más poderosa que la pluma o la espada.“
„Sólo hay algo a lo que los hombres con cargos públicos, del rey al ministro, dice, temen más que la educación de sus súbditos: la pluma de los buenos escritores.“
„La pluma es la lengua de la mente.“
„La pluma es lengua del alma; cuales fueren los conceptos que en ella se engendraron, tales serán sus escritos.“
„Si alguna vez me sucede algo, busca una pluma blanca y sabrás que estoy ahí, siempre velando por ti“
„Citar es respirar literatura para no ahogarse entre los tópicos castizos y ocurrentes que le vienen a uno a la pluma cuando se empeña en esa vulgaridad suprema de «no deberle nada a nadie». Y es que, en el fondo, quien no cita no hace más que repetir pero sin saberlo ni elegirlo.“
„No hay que escribir sino en el momento en que cada vez que mojas la pluma en la tinta, un jirón de tu carne queda en el tintero.“
„Vendrán lluvias suaves y olores de la tierra,y golondrinas que girarán con brillante sonido;y ranas que cantarán de noche en los estanques y ciruelos de tembloroso blanco,y petirrojos que vestirán plumas de fuego y silbarán en los alambres de las cercas;y nadie sabrá nada de la guerra,a nadie le interesará que haya terminado.A nadie le importará, ni a los pájaros ni a los árboles, si la humanidad se destruye totalmente;y la misma primavera, al despertarse al alba apenas sabrá que hemos desaparecido.“
„«¡Oh, mentes candorosas!»Para que no se olvide el tema capital,por doquier hemos visto sin haberlo buscado,de lo excelso a lo bajo de la escala fatal,el tedioso espectáculo del inmortal pecado:»la mujer, vil esclava, estulta y orgullosa,que adorándose ríe y se adora bestial;el hombre, ávido déspota de alma licenciosa,esclavo de la esclava y afluente de albañal;»el verdugo gozoso, el mártir sollozante;el festín que sazona el alma y la perfuma;veneno del poder del tirano exultante,y el pueblo, fiel al látigo que lo humilla y abruma;»religiones que se asemejan a la nuestra,odas en pos del cielo; la pura Santidad,tal en lecho de pluma un gazmoño se muestra,buscando en el cilicio la voluptuosidad;»la Humanidad locuaz, que en su genio porfíay loca, hoy como antes, con la luz por testigo,grita a Dios, en su colérica agonía:“Oh tú, mi semejante, maestro, ¡te maldigo!”.“
„Un pollo con sólo media cabeza y sin alas, todo cubierto de m****a choca con mi bota y cuando extiendo el brazo para acariciarlo el bicho empieza a temblar bajo sus plumas. Suelta un cloqueo susurrante que parece el ronroneo de un gato. Es agradable ver algo más patético de lo que yo me siento ahora.“
„Puede que la pluma no fuera más poderosa que la espada, pero tal vez la imprenta fuera más pesada que la maquinaria de asedio. Unas“
„El atrapasueños tiene cuatro plumas que representan y protegen a Brandi, Trace, Braison y Noah“
„Doña Flora de Cisniega era una vieja que se empeñaba en permanecer joven: tenía más de cincuenta años; pero ponía en práctica todos los artificios imaginables para engañar al mundo, aparentando la mitad de aquella cifra aterradora. Decir cuánto inventaba la ciencia y el arte en armónico consorcio para conseguir tal objeto, no es empresa que corresponde a mis escasas fuerzas. Enumerar los rizos, moñas, lazos, trapos, adobos, bermellones, aguas y de mas extraños cuerpos que concurrían a la grande obra de su monumental restauración, fatigaría la más diestra fantasía: quédese esto, pues, para las plumas de los novelistas, si es que la historia, buscadora de las grandes cosas, no se apropia tan hermoso asunto. Respecto a su físico, lo más presente que tengo es el conjunto de su rostro, en que parecían haber puesto su rosicler todos los pinceles de las academias presentes y pretéritas.“
„La cascara del huevo se agrieta y aparece la pequeña cantante, con el cuerpo cubierto de plumas rojas. La sostengo entre el pulgar y el índice, tengo miedo de aplastarla y, al mismo tiempo, de que se vaya volando.“
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