Juegos
Todos los emojis
Citas
Blog
Página de inicio
»
podio
»
Página 3
Relacionado con: podio
„La finalidad de la neolengua no era aumentar, sino disminuir el área del pensamiento, objetivo que podía conseguirse reduciendo el número de palabras al mínimo indispensable.“
„Los socialistas más antiguos, que habían sido formados para combatir los «privilegios de clase», daban por sentado que lo que no era hereditario no podía ser permanente. No comprendían que la continuidad de una oligarquía no tiene por qué ser física, ni se pararon a pensar que las aristocracias hereditarias han durado siempre poco tiempo, mientras que las organizaciones basadas en la adopción, como la Iglesia católica, a veces han durado cientos o miles de años.“
„En cierto sentido, la visión del mundo que tenía el Partido se imponía con éxito a gente incapaz de entenderla. Se les podía convencer de que aceptaran las más flagrantes violaciones de la realidad, porque nunca llegaban a entender del todo la enormidad de lo que se les pedía, y no estaban lo bastante interesados en los acontecimientos públicos para reparar en lo que ocurría. Su falta de comprensión les permitía conservar la cordura. Se limitaban a tragárselo todo y nunca se les indigestaba porque lo que tragaban no dejaba ningún residuo, igual que un grano de trigo puede pasar por el cuerpo de un pájaro sin ser digerido.“
„Si quedaba alguna esperanza, debía estar en los proles, porque solo en esas masas despreciadas, que constituían el ochenta y cinco por ciento de la población de Oceanía, podía generarse la fuerza necesaria para destruir al Partido. Este no podía derrocarse desde dentro. Sus enemigos, si es que los había, no tenían forma de unirse o siquiera de reconocerse mutuamente. Incluso en caso de que existiera la legendaria Hermandad —lo cual no era del todo imposible— resultaba inconcebible que sus miembros pudieran reunirse en grupos de más de dos o tres. La rebelión se limitaba a un cruce de miradas, una inflexión de la voz o, como mucho, una palabra susurrada ocasionalmente. En cambio los proles, si pudieran ser conscientes de su fuerza, no tendrían necesidad de conspirar. Bastaría con que se encabritaran como un caballo que se sacude las moscas. Si quisieran, podrían volar el Partido en pedazos a la mañana siguiente. Tarde o temprano tenía que ocurrírseles. Y sin embargo…“
„Nunca, por nada en el mundo, podía uno desear que su dolor aumentara. Del dolor solo puede desearse una cosa: que cese. No hay nada peor que el dolor físico. Ante el dolor no hay héroes.“
„Cuando se amaba a alguien, se le amaba por él mismo, y si no había nada más que darle, siempre se le podía dar amor.“
„Sentado frente a una televisión con un control de cualquier consola no hay ningún otro sitio al que puedas ir, hasta ahora sólo podías hacerlo más rápido y bonito. Lo que Nintendo propone es algo que va más allá de lo que muchos se imaginan“
„Mi madre era tan pobre que no podía atenderme. Me descuidaba.“
„Cuando volví a verlo, cuando iniciamos esta segunda amistad que espero no terminará ya nunca, dejé de pensar en toda forma de ataque. Quedó resuelto que no le hablaría jamás de Inés ni del pasado y que, en silencio, yo mantendría todo aquello viviente dentro de mí. Nada más que esto hago, casi todas las tardes, frente a Roberto y las caras familiares del café. Mi odio se conservará cálido y nuevo mientras pueda seguir viviendo y escuchando a Roberto; nadie sabe de mi venganza, pero la vivo, gozosa y enfurecida, un día y otro. Hablo con él, sonrío, fumo, tomo café. Todo el tiempo pensando en Bob, en su pureza, su fe, en la audacia de sus pasados sueños. Pensando en el Bob que amaba la música, en el Bob que planeaba ennoblecer la vida de los hombres construyendo una ciudad de enceguecedora belleza para cinco millones de habitantes, a lo largo de la costa del río; el Bob que no podía mentir nunca; el Bob que proclamaba la lucha de los jóvenes contra los viejos, el Bob dueño del futuro y del mundo. Pensando minucioso y plácido en todo eso frente al hombre de dedos sucios de tabaco llamado Roberto, que lleva una vida grotesca, trabajando en cualquier hedionda oficina, casado con una mujer a quien nombra “mi señora”; el hombre que se pasa estos largos domingos hundido en el asiento del café, examinando diarios y jugando a las carreras por teléfono.Nadie amó a mujer alguna con la fuerza con que yo amo su ruindad, su definitiva manera de estar hundido en la sucia vida de los hombres. Nadie se arrobó de amor como yo lo hago ante sus fugaces sobresaltos, los proyectos sin convicción que un destruido y lejano Bob le dicta algunas veces y que sólo sirven para que mida con exactitud hasta donde está emporcado para siempre.No sé si nunca en el pasado he dado la bienvenida a Inés con tanta alegría y amor como diariamente le doy la bienvenida a Bob al tenebroso y maloliente mundo de los adultos. Es todavía un recién llegado y de vez en cuando sufre sus crisis de nostalgia. Lo he visto lloroso y borracho, insultándose y jurando el inminente regreso a los días de Bob. Puedo asegurar que entonces mi corazón desborda de amor y se hace sensible y cariñoso como el de una madre. En el fondo sé que no se irá nunca porque no tiene sitio donde ir; pero me hago delicado y paciente y trato de conformarlo. Como ese puñado de tierra natal, o esas fotografías de calles y monumentos, o las canciones que gustan traer consigo los inmigrantes, voy construyendo para él planes, creencias y mañanas distintos que tienen luz y el sabor del país de juventud de donde él llegó hace un tiempo. Y él acepta; protesta siempre para que yo redoble mis promesas, pero termina por decir que sí, acaba por muequear una sonrisa creyendo que algún día habrá de regresar al mundo de las horas de Bob y queda en paz en medio de sus treinta años, moviéndose sin disgusto ni tropiezo entre los cadáveres pavorosos de las antiguas ambiciones, las formas repulsivas de los sueños que se fueron gastando bajo la presión distraída y constante de tantos miles de pies inevitables.“
„A los quince años mi corazón estaba en el aprendizaje; A los treinta me mantuve firme; A los cuarenta no tuve más dudas; A los cincuenta conocí la voluntad del cielo; A los sesenta mi oído era obediente; A los setenta podía seguir el deseo de mi corazón sin sobrepasar los límites de lo que era correcto.“
„Amasis publicó una ley según la cual todo egipcio quedaba obligado a presentarse a su superior, en cierta fecha, y a declarar de dónde sacaba sus medios de vida; si no podía explicarlo, era condenado a muerte.“
„A Lenina le resultaba muy inquietante. En primer lugar, su manía de hacerlo todo en privado. Lo que en la práctica significaba no hacer nada en absoluto. Porque ¿qué podía hacerse en privado?“
„Una deficiencia física puede producir una especie de exceso mental. Al parecer, el proceso era reversible. Un exceso mental podía producir, en bien de sus propios fines, la voluntaria ceguera y sordera de la soledad deliberada, la impotencia artificial del ascetismo.“
„Todo parecía tan real que apenas podía imaginarme que me hubiese sucedido en otro tiempo; y, sin embargo, cada episodio acontecía no como un paso más en la lógica de las cosas, sino como algo esperado. Así es como el recuerdo gasta bromas para bien o para mal; para el placer o el dolor; para la felicidad o la aflicción. Así se explica que la vida tenga sabor agridulce y que lo que uno hiciera antaño se revista de eternidad.“
„No podía evitar experimentar ese escalofrío que nos invade al llegar el amanecer, que es, a su modo, como un cambio de marea (…) cualquiera que alguna vez, al estar cansado y, por decirlo de algún modo, atado a su sitio haya experimentado ese cambio de atmósfera puede creerlo.“
„Ese adicto al crack podía fumarse cualquier cantidad de dólares con la velocidad de un demonio.“
„Él podía ser un extranjero, pero un hombre siempre es un hombre.“
„nunca cometía la equivocación de ser demasiado educado con un hombre de la Fundación. Él podía ser un extranjero, pero un hombre siempre es un hombre.“
„El siglo XVIII fue llamado la Era de la Razón. Era una época en que los caballeros con tiempo libre se interesaban por los experimentos científicos y en que estaban de moda los experimentos con el fenómeno recientemente explorado de la electricidad. Un objeto llamado la botella de Leiden (porque fue inventado en Leiden, una ciudad de los Países Bajos) podía ser usado para acumular una gran carga de electricidad y todos los hombres de ciencia experimentaban con él.“
„Tenía unas páginas de poesía, que guardaba con indecible cariño, donde se podía leer que lo que una mano había hecho nunca podía deshacerlo.“
Anteriores
1
2
3
4
…
16
Siguientes