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Relacionado con: remordimiento
„Querer prohibir a la imaginación que vuelva a una idea, es lo mismo que querer prohibir al mar que vuelva a la playa. Para el marinero este fenómeno se llama marea; para el culpado se llama remordimiento.“
„El remordimiento anulaba cualquier esperanza. Era el autor de males irremediables, y vivía bajo el constante terror de que el monstruo que había creado cometiera otra nueva maldad.“
„La juventud es un disparate; la madurez, una lucha; la vejez, un remordimiento.“
„¿Y si, al fin y al cabo, hubiera justicia para todos? Para cada mendigo desatendido, cada palabra ruda, cada obligación incumplida, cada ligera… cada decisión… Porque aquello ero lo importante, ¿no? Que había que decidir. Podías tener razón o podías equivocarte, pero tenías que decidir, a sabiendas de que tal vez el acierto o la equivocación nunca llegarían a estar claros, o que incluso podías estar decidiendo entre dos tipos de equivocación, porque no había acierto alguno en ninguna parte. Y siempre, siempre, lo hacías sola. Tú eras la que estaba allí, en el límite, mirando y escuchando. Nunca había lágrimas, nunca había disculpas, nunca había remordimientos… Todas aquellas cosas te las guardabas de manera que pudieras usarlas cuando hicieran falta.“
„Y hoy que me es imposible volver a esa esquina del recuerdo a cometer el pecado no cometido, a reparar el mal no hecho, me mata el remordimiento.“
„¿Remordimiento por qué? Ustedes me han hecho lo que han querido. ¿Eso no me da los mismos derechos? Puedo hacer lo que sea que quiera, cada vez que lo quiera, y es culpa de ustedes.“
„Por eso, cada vez que Úrsula se salía de casillas con las locuras de su marido, saltaba por encima de trescientos años de casualidades y maldecía la hora en que Francis Drake asaltó a Riohacha. Era un simple recurso de desahogo, porque en verdad estaban ligados hasta la muerte por un vínculo más sólido que el amor; un común remordimiento de conciencia.“
„No hay segundas oportunidades, excepto para el remordimiento“
„En la guerra hizo fortuna y en el amor lo perdió todo. Estaba escrito que no había nacido para ser feliz y que nunca podría llegar a saborear el fruto que aquella primavera tardía había llevado a su corazón. Supo entonces que viviría el resto de sus días en el otoño perpetuo de la soledad sin más compañía ni recuerdo que el anhelo y el remordimiento, y que, cuando alguien preguntara quién había construido aquella casa y quién había vivido en ella antes de que se convirtiera en un embrujo de ruinas, las gentes que la habían conocido y sabían de su historia maldita bajarían la mirada y dirían, con voz leve y rogando que sus palabras se las llevase el viento: nadie. Pronto“
„La culpa y el remordimiento no tienen significado. Son sentimientos, emociones, no ideas.“
„El arrepentimiento es el remordimiento aceptado.“
„Todo el mundo tiene un pasado. Cosas que te apuñalan justo entre los ojos. Viejos rencores. Antiguas vergüenzas. Remordimientos que te roban el sueño y te mantienen despierto hasta que temes por tu propia cordura. Traiciones que hacen que tu alma grite tan fuerte que te preguntas porque nadie más lo oye. Al final, estamos absolutamente solos en ese infierno privado. Pero la vida no se trata de aprender a perdonar a los que te han herido u olvidar tu pasado. Trata sobre perdonarte a ti mismo por ser humano y cometer errores. Sí, las personas nos decepcionan todo el tiempo. Pero las lecciones más duras vienen cuando nos decepcionamos a nosotros mismo.“
„Si alguien se descaminara, le quedaría un remordimiento tremendo: sería un desgraciado. Hasta esas cosas que dan a la gente una relativa felicidad, en una persona que abandona su vocación se hacen amargas como la hiel, agrias como el vinagre, repugnantes como el rejalgar.“
„Y por esto conviene que las almas nobles estén siempre asociadas a sus semejantes: porque ¿quién hay tan firme que no pueda ser seducido?» (Casio)»Ni las torres de piedra, ni los muros de bronce forjado, ni la presión subterránea, ni los fuertes anillos de hierro, pueden reprimir las fuerzas del alma; Porque la vida cansada de estas barreras del mundo, jamás pierde el poder de libertarse a sí misma. Y pues se esto, sepa además todo el mundo, que de la parte de tiranía que sufro me puedo sustraer cuando quiera.» (Casio)»El abuso de la grandeza existe cuando ésta separa del poder el remordimiento; y a decir verdad de César, nunca ha sabido que sus afectos hayan vacilado más que su razón. «(Bruto)»Pero es prueba ordinaria que la humildad es para la joven ambición una escala, desde la cual el trepador vuelve el rostro; pero una vez en el más alto peldaño, da la espalda a la escala, alza la vista a las nubes y desdeña los bajos escalones por los cuales ascendió.» (Bruto)»No te lisonjees con la idea lleva en sí una sangre que pueda cambiar de su verdadera calidad, por lo que hace bullir la sangre de ls necios: quiero decir por las palabras almibaradas, las reverencias humillantes y las lisonjas bajas y rastreras «(Cesar)»Hay lágrimas para su afecto, alegría para su fortuna, honra para su valor, y muerte para su ambición.» (Bruto)“
„Son muy pocos aquellos de entre nosotros que no se han despertado a veces antes del alba, o después de una de esas noches sin sueños que casi nos hacen amar la muerte, o de una de esas noches de horror y de alegría monstruosa, cuando se agitan en las cámaras del cerebro fantasmas más terribles que la misma realidad, rebosantes de esa vida intensa, inseparable de todo lo grotesco, que da al arte gótico su imperecedera vitalidad, puesto que ese arte bien parece pertenecer sobre todo a los espíritus atormentados por la enfermedad del ensueño. Poco a poco, dedos exangües surgen de detrás de las cortinas y parecen temblar. Adoptando fantásticas formas oscuras, sombras silenciosas se apoderan, reptando, de los rincones de la habitación para agazaparse allí. Fuera, se oye el agitarse de pájaros entre las hojas, o los ruidos que hacen los hombres al dirigirse al trabajo, o los suspiros y sollozos del viento que desciende de las montañas y vaga alrededor de la casa silenciosa, como si temiera despertar a los que duermen, aunque está obligado a sacar a toda costa al sueño de su cueva de color morado. Uno tras otro se alzan los velos de delicada gasa negra, las cosas recuperan poco a poco forma y color y vemos cómo la aurora vuelve a dar al mundo su prístino aspecto. Los lívidos espejos recuperan su imitación de la vida. Las velas apagadas siguen estando donde las dejamos, y a su lado descansa el libro a medio abrir que nos proponíamos estudiar, o la flor preparada que hemos lucido en el baile, o la carta que no nos hemos atrevido a leer o que hemos leído demasiadas veces. Nada nos parece que haya cambiado. De las sombras irreales de la noche renace la vida real que conocíamos. Hemos de continuar allí donde nos habíamos visto interrumpidos, y en ese momento nos domina una terrible sensación, la de la necesidad de continuar, enérgicamente, el mismo ciclo agotador de costumbres estereotipadas, o quizá, a veces, el loco deseo de que nuestras pupilas se abran una mañana a un mundo remodelado durante la noche para agradarnos, un mundo en el que las cosas poseerían formas y colores recién inventados, y serían distintas, o esconderían otros secretos, un mundo en el que el pasado tendría muy poco o ningún valor, o sobreviviría, en cualquier caso, sin forma consciente de obligación o de remordimiento, dado que incluso el recuerdo de una alegría tiene su amargura, y la memoria de un placer, su dolor.“
„Todos los impulsos que nos esforzamos por estrangular se multiplican en la mente y nos envenenan. Que el cuerpo peque una vez, y se habrá librado de su pecado, porque la acción es un modo de purificación. Después no queda nada, excepto el recuerdo de un placer o la voluptuosidad de un remordimiento. La única manera de librarse de la tentación es ceder ante ella. Si se resiste, el alma enferma, anhelando lo que ella misma se ha prohibido, deseando lo que sus leyes monstruosas han hecho monstruoso e ilegal. Se ha dicho que los grandes acontecimientos del mundo suceden en el cerebro. Es también en el cerebro, y sólo en el cerebro, donde se comenten los grandes pecados (p.30-31)“
„El remordimiento es como la mordedura de un perro en una piedra: una tontería.“
„En el fondo todo hombre sabe muy bien que sólo está una vez, en cuanto ejemplar único, sobre la tierra, y que ningún azar, por singular que sea, reunirá nuevamente, en una sola unidad, esa que él mismo es, un material tan asombrosamente diverso. Lo sabe, pero lo esconde, como si se tratara de un remordimiento de conciencia.“
„Desde los tiempos en que los hombres se acostumbraron a creer en la posesión de verdades absolutas, se ha derivado un profundo malestar en todas las actitudes escépticas y relativas, tomadas en relación a cualquier problema del conocimiento: se prefiere mucho más a menudo consagrarse, con los pies y manos atados, a una convicción que sea la de las personas que tienen autoridad (padres, amigos, maestros, príncipes), y se siente, al no hacerlo, una especie de remordimiento.“
„Los remordimientos enseñan a morder.“
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