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Relacionado con: ruido
„El ruido de mi miedo es como siempre demasiado grande y por eso no la escucho.“
„Hay cosas que no pueden olvidarse, como el ruido de los aviones o el frío en las manos.“
„Me dijo: ‘El ruido de todas las ciudades del mundo no pueden tapar el sonido de mis tacones’, y yo no supe qué coño contestar a eso.“
„El ruido es la consecuencia directa del esfuerzo de la gente por luchar contra la naturaleza de las cosas.“
„La tristeza es algo constante. Las canciones se dedican a tapar la tristeza igual que el ruido tapa el silencio. Así que cuando las canciones se acaban, vuelve la tristeza.“
„Una cosa, hasta no ser toda, es ruido, y todo, es silencio.“
„Cuando vives a dos el mundo se adapta a ese ruido, a ese ritmo, a esos perfiles, y la súbita ausencia del otro desencadena un cataclismo en el paisaje.“
„Cuídate de los que sólo ven desorden en el ruido y paz en el silencio.“
„[…] Leer tus palabras, lo que escribiste, cómo a veces te sentías sola y asustada, pero siempre eras valiente; la manera en que veías el mundo, sus colores, texturas y ruidos me hizo sentir… Me hizo saber lo que pensabas, esperabas, sentías, soñabas. Sentí que estaba soñando, pensando y sintiendo contigo. Soñé lo que tú soñabas, quise lo que tú querías, y luego me di cuenta de que lo que realmente quería era a ti.“
„Sólo el hombre, pequeño, cuyo humano latido en la tierra es un sueño, ¡Sólo el hombre hace ruido!“
„El silencio del envidioso está lleno de ruidos.“
„La vida es el ruido entre dos silencios.“
„Y así como en el teatro, en algún momento el mundo externo logra llegar aunque atenuado en forma de lejanos ruidos (un bocinazo, el grito de un vendedor de diarios, el silbato de un agente de tránsito), así también llegaban hasta su conciencia, como inquietantes susurros, pequeños hechos, algunas frases que enturbiaban y agrietaban la magia.“
„Su sabiduría recomienda hacer el menor ruido posible, vivir lo menos posible y dejarse olvidar». ‘La Nausea“
„Nieva sobre Edimburgo el 16 de abril de 1874. Un frío gélido azota la ciudad. Los viejos especulan que podría tratarse del día más frío de la historia. Diríase que el sol ha desaparecido para siempre. El viento es cortante; los copos de nieve son más ligeros que el aire.¡Blanco! ¡Blanco! ¡Blanco!Explosión sorda. No se ve más que eso. Las casas parecen locomotoras de vapor, sus chimeneas desprenden un humo grisáceo que hace crepitar el cielo de acero. Las pequeñas callejuelas de Edimburgo se metamorfosean. Las fuentes se transforman en jarrones helados que sujetan ramilletes de hielo. El viejo río se ha disfrazado de lago de azúcar glaseado y se extiende hasta el mar. Las olas resuenan como cristales rotos. La escarcha cae cubriendo de lentejuelas a los gatos. Los árboles parecen grandes hadas que visten camisón blanco, estiran sus ramas, bostezan a la luna y observan cómo derrapan los coches de caballos sobre los adoquines. El frío es tan intenso que los pájaros se congelan en pleno vuelo antes de caer estrellados contra el suelo. El sonido que emiten al fallecer es dulce, a pesar de que se trata del ruido de la muerte. Es el día más frío de la historia. Y hoy es el día de mi nacimiento. […]Fuera nieva con auténtica ferocidad. La hiedra plateada trepa hasta esconderse bajo los tejados. Las rosas translúcidas se inclinan hacia las ventanas, sonrojando las avenidas, los gatos se transforman en gárgolas, con las garras afiladas. En el río, los peces se detienen con una mueca de sorpresa. Todo el mundo está encantado por la mano de un soplador de vidrio que congela la ciudad, expirando un frío que mordisquea las orejas. En escasos segundos, los pocos valientes que salen al exterior se encuentran paralizados, como si un dios cualquiera acabara de tomarles una foto. Los transeúntes, llevados por el impulso de su trote, se deslizan por el hielo a modo de baile. Son figuras hermosas, cada una en su estilo, ángeles retorcidos con bufandas suspendidas en el aire, bailarinas de caja de música en sus compases finales, perdiendo velocidad al ritmo de su ultimísimo suspiro.Por todas partes, paseantes congelados o en proceso de estarlo se quedan atrapados. Solo los relojes siguen haciendo batir el corazón de la ciudad como si nada ocurriera.“
„Este es el segundo fragmento que pongo aquí del que se ha convertido en mi libro favorito: «La mecánica del corazón». Espero que lo disfrutéis x)»Ya no puedo estar sin su presencia; el olor de su piel, el sonido de su voz, las pequeñas maneras de representar a la muchacha más fuerte y a la más frágil del mundo. Su manía de no ponerse gafas para ver el mundo tras el cristal ahumado de su visión lastimada; su forma de protegerse. Ver sin ver de verdad y, sobre todo, sin hacerse notar.Descubro la extraña mecánica de su corazón. Funciona con un sistema de concha autoprotectora ligada a la falta de confianza que la habita. Una ausencia de autoestima peleándose con una determinación fuera de lo común. Aun no he descubierto qué engranaje tiene roto.El código de acceso a su corazón cambia todas las noches. A veces, la concha es dura como la piedra. Por mucho que pruebe con mil combinaciones en formas de caricias y palabras de apoyo, apenas consigo quedarme en las puertas de su misterio. Sin embargo, ¡Me gusta tanto hacer crujir su concha! Escuchar ese pequeño ruido que produce al desactivarse, ver los hoyuelos que se marcan en la comisura de sus labios y que parece decir «¡Sopla!». El sistema de protección volando en dulces pedazos».“
„cuando decidió no emigrar y quedarse aquí, en Lima la Horrible, convencido de que podría organizar su vida de manera que, aunque por razones de trabajo alimenticio tuviera que pasar muchas horas del día sumido en el mundanal ruido de los peruanos de clase alta, viviría de verdad en ese enclave puro, bello, elevado, hecho de cosas sublimes, que él se fabricaría como alternativa a la coyunda cotidiana.“
„Yo ya no sé dónde meterme en el planeta. Ruido y bribonería es lo que encuentro por todas partes. Y elecciones. Este planetoide del Sistema Solar se la pasa los 365 días del año ejerciendo lo que llaman la «democracia», eligiendo hampones.“
„¡Para qué más ruido afuera con el que llevábamos adentro!“
„Para quien tiene miedo, todos son ruidos.“
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