Juegos
Todos los emojis
Citas
Blog
Página de inicio
»
señor
»
Página 8
Relacionado con: señor
„¡No! —Húmedo dio un puñetazo en la mesa—. ¡Nunca diga eso, Toliverio! ¡Nunca! ¡Hay que correr antes que andar! ¡Volar antes que gatear! ¡Siempre seguir adelante! Usted cree que tenemos que intentar ofrecer un servicio de correos decente en la ciudad. ¡Yo creo que tenemos que intentar mandar cartas a cualquier parte del mundo! Porque si fracasamos, prefiero fracasar por todo lo alto. ¡Todo o nada, señor Ardite!“
„Señor, sabemos que no hay otro orden, solo aquel que creamos, no hay más esperanza que nosotros, no hay más piedad que nosotros, no hay justicia, solo nosotros. Todas las cosas que son, son nuestras, pero tienen que importarnos, porque, si no nos importa nada, no existimos.“
„No pierde usted el tiempo, maestre —comentó el señor Turbio.“
„Tacto y diplomacia es lo que hace falta. –Ser el troll indicado para eso –dijo Detritus. –Hiciste atravesar la pared a ese hombre la semana pasada, Detritus. –Hacerlo con tacto, señor. Pared muy fina.“
„… William, pero yo siempre he pensado que debemos avanzar hacia el futuro. -Sí, señor. Es bastante difícil avanzar hacia otro sitio.“
„Hay una carta muy educada de lord Vetinari pidiendo de parte de la ciudad si la universidad se plantearía incluir entre los nuevos matriculados, hum, un veinticinco por ciento de alumnos menos capaces, señor…—¡No podemos tolerar que una panda de verduleros y carniceros le diga a una universidad cómo tiene que llevar sus asuntos, Stibbons! —dijo con firmeza, apuntando a una bola roja—. Deles las gracias por su interés y dígales que seguiremos admitiendo a un cien por cien de completos idiotas sin remedio, como de costumbre. ¡Que entren idiotas y salgan echando chispas, ese ha sido siempre el método de la UI!“
„El segundo dato interesante sobre los ángeles, señor Mustachen, es que solo se te aparece uno en la vida.“
„Nadie controla la música, señor Rastrero, ya lo sabe. Aparece cuando la gente se harta, sin más. Nadie sabe dónde empieza. La gente mira a su alrededor y cruza la mirada con alguien, y los demás se dan cuenta. Otra gente cruza la mirada con ellos y así, muy despacio, empieza la música cuando alguien coge una cuchara y hace sonar un plato, y entonces otro da golpes en la mesa con su jarra, y las botas empiezan a aporrear el suelo, cada vez más fuerte. Es el sonido de la ira, el sonido de personas que no aguantan más. ¿Quiere enfrentarse a la música?“
„Ja. Estoy siendo estúpido. ¿Dónde está el dinero? –¿Perdón, comandante? –Eso es lo que mi viejo sargento solía decir cuando estaba confundido, señor. Descubre dónde está el dinero y ya tienes la mitad del problema resuelto.“
„Y has ido a la parte de atrás y has visto la ventana rota, ¿y entonces…? -He gritado: <<¿Hay alguien ahí?>>, señor. -¿En serio? ¿Y qué habrías hecho si una voz hubiera dicho: <>?“
„¿Me permite que le hable de los ángeles, señor Mustachen? —preguntó el patricio en tono cordial—. Conozco dos datos interesantes sobre ellos.“
„No crea que me conoce, señor Aporreadorson -gruñó Vimes-. No crea que tuve piedad de esos bastardos. No crea que fui misericordioso. Uno simplemente no mata a los indefensos. Uno simplemente no lo hace.“
„Hay formas de hacer eso, señor, formas novedosas y desagradables.“
„¿Por qué no me dijiste que se corría peligro entre los hombres? ¿Por qué no me previniste? Algunas señoras saben defenderse porque leen novelas que les hablan de estas cosas, pero yo nunca tuve ocasión de aprender de ese modo y tú no me lo enseñaste.“
„Es una suerte poder desdeñar a alguien cuando la mayoría de nosotras se contenta con decir «¡Gracias!». Es como si lo oyera: «No, señor… valgo más que usted» o «Béseme los pies; mi cara es sólo para bocas importantes».“
„Señor, consagro a Ti mi entusiasmo, toda mi hacienda y mi vida con tal de poder realizar la obra de tu amor.“
„Yo no soy sabio ni menos virtuoso, pero, gracias a Dios, tengo la docilidad de un buen hijo de la Iglesia, de cuya obediencia no permita el Señor me aparte jamás.“
„Y yo sabía que a pesar de todas las rosas y besos y cenas en restaurantes que un hombre hacía llover sobre una mujer antes de casarse con ella, lo que secretamente deseaba para cuando la ceremonia de boda terminase era aplastarla bajo sus pies como la alfombra de la señora Willard.“
„Sabía que debía estarle agradecida a la señora Guinea, sólo que no podía sentir nada. Si la señora Guinea me hubiera dado un pasaje a Europa, o un viaje alrededor del mundo, no hubiera habido la menor diferencia para mí, porque donde quiera que estuviera sentada -en la cubierta de un barco o en la terraza de un café en París o en Bangkok- estaría sentada bajo la misma campana de cristal, agitándome en mi propio aire viciado.“
„Lo hice nuevamente.Uno de cada diez añospuedo soportarlo…una especie de milagro ambulante, mi pielbrilla como una pantalla nazi,mi pie derechoun pisapapeles,mi rostro sin forma, delgadolienzo judío.Retira la compresa,¡ah, enemigo mío!¿te doy miedo?…¿La nariz, la fosa de los ojos, toda la dentadura?El aliento agrioun día se desvanecerá.Pronto, pronto la carneque alimentó la grave sepultura me seráfamiliary yo seré una mujer sonriente,sólo tengo treinta.Y como el gato tengo nueve vidas que morir.Ésta es la Número Tres.Qué basurapara la aniquilación de cada década.Qué millón de filamentos.La multitud como maní prensadose atropella para verdesenvuelven mis manos y pies…el gran strip teaseseñoras y señoreséstas son mis manosmis rodillas.Puede que esté piel y huesos,sin embargo, soy la misma e idéntica mujer.La primera vez que ocurrió, tenía diez.Fue un accidente.La segunda vez quiseque fuera definitivo y no regresar jamás.Me mecí doblada sobre mí mismacomo una concha.Tuvieron que llamar y llamary quitarme uno a uno los gusanos como perlas viscosas.Morires un arte, como cualquier otro,yo lo hago de maravillas.Hago que se sienta como un infierno.Hago que se sienta real.Creo que podrían llamarlo un don.Es tan fácil que puedes hacerlo en una celda.Es tan fácil que puedes hacerlo y quedarte ahí, quietita.Es el teatralregreso a pleno díaal mismo lugar, a la misma cara, al mismo gritobrutal y divertido“¡Milagro!”que me deja fuera de combate.Hay un precio a pagarpara mirar las escaras, hay un precio a pagarpara auscultar mi corazón…late de veras.Y hay un precio a pagar, un precio mayorpor una palabra o un contactoo un poquito de sangreo una muestra de mi cabello o de mi ropa.Bueno, bueno, Herr Doctor.Bueno, Herr Enemigo.Soy vuestra opus,soy vuestra valiosaniña de oro puroque se funde en un chillido.Giro y ardo.No crean que no estimo su enorme preocupación.Cenizas, cenizas…Ustedes atizan y remueven.Carne, hueso, no hay nada allí…Un pan de jabón,un anillo de bodas,un empaste de oro.Herr dios, Herr Lucifertengan cuidadotengan cuidado.Sobre las cenizasme elevo con mi cabello rojoy devoro hombres como aire.“
Anteriores
1
…
7
8
9
…
15
Siguientes