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Relacionado con: señora
„Que los candidatos a obispos sean pastores cercanos a la gente, padres y hermanos, que sean amables, pacientes y misericordiosos. Que amen la pobreza, tanto la interior como libertad para el Señor como la exterior que es sencillez y austeridad de vida, que no tengan una psicología de príncipes.“
„Soy un pecador en el que el Señor ha puesto sus ojos.“
„Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo? El catecismo de la Iglesia católica lo explica de forma muy bella. Dice que no se debe marginar a estas personas por eso. Hay que integrarlas en la sociedad.“
„Antes de dar la bendición os pido un favor, que pidáis al Señor la bendición para su obispo. Hagamos en silencio esta oración vuestra por mí.“
„Nosotros podemos caminar todo lo que queramos, podemos edificar muchas cosas, pero si no proclamamos a Jesucristo, la cosa no va. Nos convertiremos en una ONG piadosa, pero no en la Iglesia, la esposa del Señor.“
„…estás en tu casa, donde eres señor della, como el rey de sus alcabalas.“
„Todo aquel que no sabe, aunque sea señor y príncipe, puede y debe entrar en el número del vulgo.“
„Las acciones que ni mudan ni alteran la verdad de la historia, no hay para que escribirlas, se han de redundar en menosprecio del señor de la historia.“
„Y quien se convierte en señor de una ciudad acostumbrada a vivir libre y no la deshace, que espere a ser deshecho por ella; ya que siempre, en caso de rebelión, se apoyará en el nombre de las libertades y en sus antiguos órdenes; cosas ambas que no se olvidan por mucho tiempo que pase y por muchos beneficios que se reciban.“
„Quiero dejar mejor demostrada la ineficacia de estos ejércitos. Los capitanes mercenarios o son hombres de mérito o no lo son; no se puede confiar en ellos si lo son porque aspirarán siempre a forjar su propia grandeza, ya tratando de someter al príncipe su señor, ya tratando de oprimir a otros al margen de los designios del príncipe; y mucho menos si no lo son, pues con toda seguridad llevarán al príncipe a la ruina Y a quien objetara que esto podría hacerlo cualquiera, mercenario o no, replicaría con lo siguiente: que un principado o una república deben tener sus milicias propias; que, en un principado. el príncipe debe dirigir las milicias en persona y hacer el oficio de capitán; y en las repúblicas, un ciudadano; y si el ciudadano nombrado no es apto, se lo debe cambiar; y si es capaz para el puesto, sujetarlo por medio de leyes. La experiencia enseña que sólo los príncipes y repúblicas armadas pueden hacer grandes progresos, y que las armas mercenarias sólo acarrean daños. Y es mas difícil que un ciudadano someta a una república que está armada con armas propias que una armada con armas extranjeras.“
„Dificultad que estriba en que los hombres cambian con gusto de señor, creyendo mejorar; y esta creencia los impulsa a tomar las armas contra él; en lo cual se engañan, pues luego la experiencia les enseña que han empeorado.“
„Soy el peor haciendo audiciones, muy, muy malo. Quiero decir, estás siendo juzgado, y yo estoy tan consciente de ello que me consume. No puedo relajarme, estoy atado en nudos, por lo que mi voz es muy tirante y tensa. Eres muy consciente de que estás actuando porque estás sentado frente a esta señora con un pedazo de papel y está leyendo con una voz carente de emoción. Es horrible. Lo odio.“
„(Hablando de los robots krikkitenses)-Bueno, creo que se encuentran muy deprimidos por algo, señor.-¿De qué diablos krikkitenses habla?-Pues (…) parece que al entrar en combate alzan las armas para disparar y de pronto piensan: «¿para qué molestarse? ¿Qué sentido tiene todo esto desde el punto de vista cósmico? Y se vuelven un poco tristes y cansados.-¿Y qué es lo que hacen, entonces?-Pues, principalmente, ecuaciones de segundo grado, señor. Tremendamente difíciles en todos los sentidos. Y luego se enfurruñan.“
„No se dan cuenta de que lo apocalíptico es de ahora, pero ya estaba en la noche de los tiempos y seguirá estando cuando nos hayamos ido. Lo apocalíptico es un señor o un sentimiento muy informal, que no merece tanto respeto.“
„Por ser usted tan joven, estimado señor, y por hallarse tan lejos aún de todo comienzo, yo querría rogarle, como mejor sepa hacerlo, que tenga paciencia frente a todo cuanto en su corazón no esté todavía resuelto. Y procure encariñarse con las preguntas mismas, como si fuesen habitaciones cerradas o libros escritos en un idioma muy extraño. No busque de momento las respuestas que necesita. No le pueden ser dadas, porque usted no sabría vivirlas aún. Viva usted ahora sus preguntas. Tal vez, sin advertirlo siquiera, llegue así a internarse poco a poco en la respuesta anhelada.“
„Dios es empleado en un mostrador, da para recibir. ¿Quién me dará un crédito, mi señor? Sólo sé sonreír.“
„Algo anda mal, señor…¿que es eso rojo, en su pantalón?“
„¿Garret? -llamó Stendahl en voz baja. Garret calló-. ¿Sabe usted por qué le hago esto? Porque quemó los libros del señor Poe sin haberlos leído. Le bastó la opinión de los demás. Si hubiera leído los libros, habría adivinado lo que yo le iba a hacer, cuando bajamos hace un momento. La ignorancia es fatal, señor Garret.“
„Quisiera recordar – dijo Ylla rompiendo el silencio y mirando a lo lejos, más allá de la figura de su marido, frío, erguido, de mirada amarilla.- ¿Qué quisieras recordar? – preguntó el señor K bebiendo un poco de vino.- Aquella canción – respondió Ylla -, aquella dulce y hermosa canción. Cerró los ojos y tarareó algo, pero no la canción. – La he olvidado y no se por qué. No quisiera olvidarla. Quisiera recordarla siempre.Movió las manos, como si el ritmo pudiera ayudarle a recordar la canción.Luego se recostó en su silla.- No puedo acordarme – dijo, y se echó a llorar.- ¿Por qué lloras? – le preguntó su marido.- No sé, no sé, no puedo contenerme. Estoy triste y no sé por qué. Lloro y no sé por qué.Lloraba con el rostro entre las manos; los hombros sacudidos por los sollozos.- Mañana te sentirás mejor – le dijo su marido.Ylla no lo miró. Miró únicamente el desierto vacío y las brillantísimas estrellas que aparecían ahora en el cielo negro, y a lo lejos se oyó el ruido creciente del viento y de las aguas frías que se agitaban en los largos canales. Cerró los ojos, estremeciéndose.- Sí – dijo -, mañana me sentiré mejor…“
„Señoras señores:Por lo común los discursos de sobremesaSon buenos pero largosEl mío será malo pero cortoCosaQue no debiera sorprender a nadie.“
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