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Relacionado con: silencio
„Cuídate de los que sólo ven desorden en el ruido y paz en el silencio.“
„El papel de escritor es inseparable de difíciles deberes. Por definición no puede ponerse al servicio de quienes hacen la historia, sino al servicio de quienes la sufren. Si no lo hiciera, quedaría solo, privado hasta de su arte. Todos los ejércitos de la tiranía, con sus millones de hombres, no le arrancarán de la soledad, aunque consienta en acomodarse a su paso y, sobre todo, si en ello consiente. Pero el silencio de un prisionero desconocido, abandonado a las humillaciones, en el otro extremo del mundo, basta para sacar al escritor de su soledad, por lo menos, cada vez que logre, entre los privilegios de su libertad, no olvidar ese silencio, y trate de recogerlo y reemplazarlo para hacerlo valer mediante todos los recursos del arte.“
„Escuchael rumor escuchalas cadenas que lleva el torrenteoye, mirael terror cabalga en aras de bayonetaNos cubrieron con lazos de dolornos robaron el lenguaje de los astrosEn la negritud se volcó la imagennos rompieron los cráneosy mis cabellos bañan la simienteSe crecieron las negras raícesSerpiente verdesmeraldaformada de cristal de gritosNos negaron el silencioy nos acogotaron con sus voces•Eduardo Santos, de la Facultad de Comercio de la UNAM,, vol. XXIII, n. 1, septiembre de 1968“
„Ha llegado el día en que nuestro silencio será más elocuente que las palabras que ayer callaron las bayonetas.“
„El silencio es como una pantalla blanca que hay que llenar. Si la llenas, ya nada malo puede ocurrirte.“
„El silencio de la muerte es el peor de los silencios, porque el silencio rulfiano es un silencio aceptado y el rimbaudiano es un silencio buscado, pero el silencio de la muerte es el que corta de tajo lo que pudo ser y nunca más va a poder ser, lo que no sabremos jamás.“
„EL FANTASMA DE EDNA LIEBERMANTe visitan en la hora más oscuratodos tus amores perdidos.El camino de tierra que conducía al manicomiose despliega otra vez como los ojosde Edna Lieberman,como sólo podían sus ojoselevarse por encima de las ciudadesy brillar.Y brillan nuevamente para tilos ojos de Ednadetrás del aro de fuegoque antes era el camino de tierra,la senda que recorriste de noche,ida y vuelta,una y otra vez,buscándola o acasobuscando tu sombra.Y despiertas silenciosamentey los ojos de Ednaestán allí.Entre la luna y el aro de fuego,leyendo a sus poetas mexicanosfavoritos.¿ y a Gilberto Owen,lo has leído?,dicen tus labios sin sonido,dice tu respiracióny tu sangre que circulacomo la luz de un faro.Pero son sus ojos el faroque atraviesa tu silencio.Sus ojos que son como el librode geografía ideal:los mapas de la pesadilla pura.Y tu sangre iluminalos estantes con libros, las sillascon libros, el suelolleno de libros apilados.Pero los ojos de Ednasólo te buscan a ti.Sus ojos son el libromás buscado.Demasiado tardelo has entendido, perono importa.En el sueño vuelvesa estrechar sus manos,y ya no pides nada.“
„Todo arte es una forma de literatura, porque consiste en expresar algo. Hay dos formas de expresarlo: hablar y callarse. Las artes que no pertenecen a la literatura son la proyección de un silencio expresivo.“
„La libertad es la posibilidad de aislamiento. Eres libre si puedes alejarte de los hombre, sin que te obligue a buscarlos la necesidad de dinero, o la necesidad gregaria, o el amor, o la gloria, o la curiosidad, que no pueden encontrar alimento en el silencio y la soledad. Si te resulta imposible vivir solo, has nacido esclavo. Puedes tener toda la grandeza de espíritu, toda la grandeza del alma: eres un esclavo noble o un siervo inteligente: no eres libre.“
„La libertad es la posibilidad del aislamiento. Eres libre si puedes alejarte de los hombres, sin que te obligue a buscarlos la necesidad de dinero, o la necesidad gregaria, o el amor, o la gloria, o la curiosidad, que no puede encontrar alimento en el silencio y la soledad. Si te resulta imposible vivir solo, has nacido esclavo. Puedes tener toda la grandeza de espíritu, toda la grandeza del alma: eres un esclavo noble o un siervo inteligente: no eres libre. Y la tragedia no es cosa tuya, porque la tragedia de haber nacido así no es cosa tuya, sino solamente del Destino. Ay de ti, no obstante, si la opresión de la vida, ella misma te obliga a ser esclavo. Ay de ti si, habiendo nacido libre, capaz de bastarte y aislarte, la penuria te obliga a convivir. Ésa sí es tu tragedia y la que llevas contigo.“
„Permanezcamos así eternamente, como la estampa de un hombre en un vitral frente a la de una mujer en otro vitral…. Entre nosotros, sombras cuyos pasos suenan fríos, son de la humanidad que pasa…. Murmullos de plegarias, secretos de (….) pasaran entre nosotros….. A veces el aire se puebla de (…..) de inciensos. Y nosotros siempre en los mismos vitrales, en los colores que el sol nos dará al tocarnos, en las líneas impuestas por la noche al caer… Los siglos no incidirán en nuestro silencio vítreo…. Fuera de nosotros pasaran civilizaciones, estallaran revueltas, se sucederán en torbellino las fiestas, pasaran, mansos, pueblos de sólida rutina… Y nosotros, oh, amor mío irreal, tendremos siempre el mismo gesto inútil, la misma existencia falsa.Hasta que un día, al cabo de varios siglos de imperios, la Iglesia se derrumbe y todo se acabe….Pero nosotros, que de todo eso nada sabemos, perduraremos sin embargo, no se en que espacio, no se cómo, no se cuánto tiempo, vitrales eternos, horas de ingenuo diseño pintado por un artista cualquiera que duerme hace mucho tiempo bajo una tumba goda donde dos ángeles congelan en sus manos de mármol la idea de la muerte.“
„El terrorismo es inmune, se nutre de los minutos de silencio multitudinarios. Sólo la resistencia individual le contraría.“
„En uno de sus poemas –Contribución a la estadística- Wislawa Szymborska enumera cuántas de cada cien personas son las dispuestas a admirar sin envidia –dieciocho-, las capaces de ser felices –como mucho, ventitantas-, las que de la vida no quieren más que cosas –cuarenta, aunque quisiera equivocarse-, las inofensivas de una en una pero salvajes en grupo –más de la mitad seguro-, las dignas de compasión –noventa y nueve- y acaba: “Las mortales: cien de cien. Cifra que por ahora no sufre ningún cambio”. Y sigue sin cambiar porque ayer la propia autora del poema acaba de confirmar la estadística con su fallecimiento.En otros muchos aspectos, por el contrario, fue la excepción que desafía lo probable y rutinario. Su poesía es reflexiva sin engolamiento ni altisonancia, de forma ligera y fondo grave, directa al sentimiento pero sin chantaje emocional. Breve y precisa, escapa a ese adjetivo alarmante que tanto satisface a los partidarios de que importe el tamaño: torrencial. Sobre todo nos hace a menudo sonreír, sin incurrir en caricaturas ni ceder a la simpleza satírica. Lo más trágico de la poesía contemporánea no es lo atroz de la vida que deplora o celebra, sino la falta de sentido del humor de los poetas. Se les nota especialmente a los que quieren ser festivos y son sólo grotescos o lúgubres (aunque los entierros también son fiestas, claro y más precisamente fiestas de guardar).De esta frecuente maldición escapa, risueña y agónica, Szymborska: ¿cómo podría uno renunciar a ella? Hija –y luego, con los años, algo así como hada madrina poética- de un país europeo que apuró el siglo XX hasta las heces y padeció dos totalitarismos sucesivos, en su caso la duradera atrocidad jugó a favor de su carácter: le dio modestia, le dio recato, le dio perspicacia y le permitió distinguir entre lo que cuenta y lo que nos cuentan. Carece de retórica enfática pero eso no disminuye su expresividad, sino que la hace más intensa por inesperada. Cuando comenzamos a leer uno de sus diáfanos poemas nos ponemos a favor del viento, para recibir la emoción de cara, pero nos llega por la tangente y no para derribarnos sino para mantenernos en pié. Confirma nuestros temores sin pretender desalentarnos: sabe por experiencia que todo puede ser política pero también nos hace experimentar que la política no lo es todo. Se mantiene fiel, aunque con ironía y hasta con sarcasmo, a la pretendida salvación por la palabra y sin embargo nunca pretende decir la última palabra: porque en ese definitivo miramiento estriba lo que nos salva.Nadie ha sabido conmemorar con menos romanticismo y con mayor eficacia el primer amor, cuya lección inolvidable se debe a no ser ya recordado…y por tanto acostumbrarnos a la muerte. Se dedicó a las palabras con delicadeza lúdica, jugando con ellas y contra ellas pero sin complacerse en hacerlas rechinar. Como todo buen poeta, fue especialmente consciente de su extrañeza y hasta detalló las tres más raras de todas, las que se niegan a sí mismas al afirmar: “Cuando pronuncio la palabra Futuro, la primera sílaba pertenece ya al pasado. / Cuando pronuncio la palabra Silencio, lo destruyo. / Cuando pronuncio la palabra Nada, creo algo que no cabe en ninguna no-existencia”.“
„El silencio del envidioso está lleno de ruidos.“
„¿Cuántos silencios existían? ¿El de un bosque, el del mar en un día plácido, el de un bebé dormido? ¿El de la desesperación final?“
„La vida es el ruido entre dos silencios.“
„Cógeme de la mano.Vamos, cógeme de la mano.Así…Gracias.Ahora ya no me importan el silencio ni la oscuridad.“
„Sois socialistas no para amar en silencio vuestras ideas ni para recrearos con su grandeza y con el espíritu de justicia que las anima, sino para llevarlas a todas partes.“
„Mi mejor arma se cargo con silencio, para disparar palabras que callaran a cada necio que quiso hacerme como él.“
„La figura moral de Judas es un misterio sordo, sin ecos, tan profundo como el silencio de los siglos y tan amargo como su triste sombra de condenado para la eternidad.“
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