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Relacionado con: sueño
„No te rindas, aún estás a tiempode alcanzar y comenzar de nuevo,aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,liberar el lastre, retomar el vuelo.No te rindas que la vida es eso,continuar el viaje,perseguir tus sueños,destrabar el tiempo,correr los escombros y destapar el cielo.No te rindas, por favor no cedas,aunque el frío queme,aunque el miedo muerda,aunque el sol se esconda y se calle el viento,aún hay fuego en tu alma,aún hay vida en tus sueños,porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,porque lo has querido y porque te quiero.Porque existe el vino y el amor, es cierto,porque no hay heridas que no cure el tiempo,abrir las puertas, quitar los cerrojos,abandonar las murallas que te protegieron.Vivir la vida y aceptar el reto,recuperar la risa, ensayar el canto,bajar la guardia y extender las manos,desplegar las alas e intentar de nuevo,celebrar la vida y retomar los cielos,No te rindas, por favor no cedas,aunque el frío queme,aunque el miedo muerda,aunque el sol se ponga y se calle el viento,aún hay fuego en tu alma,aún hay vida en tus sueños,porque cada día es un comienzo,porque esta es la hora y el mejor momento,porque no estas sola,porque yo te quiero.“
„Un sociólogo norteamericano dijo hace más de treinta años que la propaganda era una formidable vendedora de sueños, pero resulta que yo no quiero que me vendan sueños ajenos, sino sencillamente que se cumplan los míos.“
„Pero en el espíritu, al que lo infinito dotó de alas, el sueño es más real que todas las verdades. El mundo no es; se crea cada vez que el estremecimiento de un principio atiza las ascuas de nuestra alma. El yo es un promontorio en la nada que sueña con un espectáculo de realidad.“
„Sueño a veces con un amor lejano y vaporoso como la esquizofrenia de un perfume..“
„Qué raro -decía- somos dos y somos el mismo. Pero nada es raro en los sueños.“
„Ese funcionamiento silencioso, comparable al de Dios, provoca toda suerte de conjeturas. Alguna abominablemente insinúa que hace ya siglos que no existe la Compañía y que el sacro desorden de nuestras vidas es puramente hereditario, tradicional; otra la juzga eterna y enseña que perdurará hasta la últimanoche, cuando el último dios anonade el mundo. Otra declara que la Compañía esomnipotente, pero que sólo influye en cosas minúsculas: en el grito de un pájaro, en los matices de la herrumbre y del polvo, en los entre-sueños del alba. Otra, por boca de heresiarcas enmascarados, que no ha existido nunca y no existirá. Otra, no menos vil,razona que es indiferente afirmar o negar la realidad de la tenebrosa corporación, porque Babilonia no es otra cosa que un infinito juego de azares.“
„Yo, Quijano, seré paladín. Seré mi sueño. En esa vieja casa hay una adarga antigua y una hoja de Toledo y una lanza y los libros verdaderos que a mi brazo prometen la victoria.“
„Seré todos o nadie. Seré el otroQue sin saberlo soy, el que ha miradoEse otro sueño, mi vigilia. La juzga,Resignado y sonriente.“
„Dios ha creado las noches que se armande sueños y las formas del espejopara que el hombre sienta que es reflejoy vanidad. Por eso nos alarman.“
„Comprendió que el empeño de modelar la materia incoherentey vertiginosa de que se componen los sueños es el más arduo quepuede acometer un varón“
„Ajedrez misterioso la poesía, cuyo tablero y cuyas piezas cambian como en un sueño y sobre el cual me inclinaré después de haber muerto.“
„Todo, en aquellos años, era distinto; hasta el sabor del sueño (yo, quizá, nunca fui plenamente feliz, pero es sabido que la desventura requiere paraísos perdidos.) No hay hombre que no aspire a la plentiud, es decir a la suma de experiencias de que un hombre es capaz. No hay hombre que no tema ser defraudado de alguna parte de ese patrimonio infinito.“
„Dormir, según se sabe, es el mas secreto de nuestros actos. Le dedicamos una tercera parte de nuestra vida y no lo comprendemos. Para algunos no es otra cosa que el eclipse de nuestra vigilia; para otros, un estado más complejo, que abarca a un tiempo el ayer, el ahora y el mañana; para otros, una no interrumpida serie de sueños.“
„La literatura no es otra cosa que un sueño dirigido.“
„En el sueño del hombre que soñaba, el soñado se despertó.“
„EL AMENAZADOEs el amor. Tendré que ocultarme oque huir.Crecen los muros de su cárcel, comoen un sueño atroz. Lahermosa máscara ha cambiado, perocomo siempre es la única.¿De qué me servirán mis talismanes:el ejercicio de las letras,la vaga erudición, el aprendizaje delas palabras que usó eláspero Norte para cantar sus maresy sus espadas, la serenaamistad, las galerías de la Biblioteca,las cosas comunes, loshábitos, el joven amor de mi madre,la sombra militar de mismuertos, la noche intemporal, elsabor del sueño?Estar contigo o no estar contigo es lamedida de mi tiempo.Ya el cántaro se quiebra sobre lafuente, ya el hombre selevanta a la voz del ave, ya se hanoscurecido los que miranpor las ventanas, pero la sombra noha traído la paz.Es, ya lo sé, el amor: la ansiedad y elalivio de oír tu voz,la espera y la memoria, el horror devivir en lo sucesivo.Es el amor con sus mitología, consus pequeñas magias inútiles.Hay una esquina por la que no meatrevo a pasar.Ya los ejércitos me cercan, lashordas.(Esta habitación es irreal; ella no laha visto.)El nombre de una mujer me delata.Me duele una mujer en todo elcuerpo.“
„La muerte (o su alusión) hace preciosos y patéticos a los hombres. Estos conmueven por su condición de fantasmas; cada acto que ejecutan puede ser último; no hay rostro que no esté por desdibujarse como el rostro de un sueño. Todo entre los mortales tiene el valor de lo irrecuperable y de lo azaroso.“
„Viví hechizado, encarcelado en un cuerpoy en la humildad de un alma.Conocí la memoria,esa moneda que no es nunca la misma.Conocí la esperanza y el temor,esos dos rostros del incierto futuro.Conocí la vigilia, el sueño, los sueños,la ignorancia, la carne,los torpes laberintos de la razón.“
„Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.¿Qué dios detrás de Dios la trama empiezade polvo y tiempo y sueño y agonías?“
„A Leopoldo LugonesLos rumores de la plaza quedan atrás y entro en la Biblioteca. De una manera casi física siento la gravitación de los libros, el ámbito sereno de un orden, el tiempo disecado y conservado mágicamente. A izquierda y a derecha, absortos en su lúcido sueño, se perfilan los rostros momentáneos de los lectores, a la luz de las lámparas estudiosas, como en la hipálage de Milton. Recuerdo haber recordado ya esa figura, en este lugar, y después aquel otro epíteto que también define por el contorno, el árido camello del Lunario, y después aquel hexámetro de la Eneida, que maneja y supera el mismo artificio:Ibant obscuri sola sub nocte per umbram.Estas reflexiones me dejan en la puerta de su despacho. Entro; cambiamos unas cuantas convencionales y cordiales palabras y le doy este libro. Si no me engaño, usted no me malquería, Lugones, y le hubiera gustado que le gustara algún trabajo mío. Ello no ocurrió nunca, pero esta vez usted vuelve las páginas y lee con aprobación algún verso, acaso porque en él ha reconocido su propia voz, acaso porque la práctica deficiente le importa menos que la sana teoría.En este punto se deshace mi sueño, como el agua en el agua. La vasta biblioteca que me rodea está en la calle México, no en la calle Rodríguez Peña, y usted, Lugones, se mató a principios del treinta y ocho. Mi vanidad y mi nostalgia han armado una escena imposible. Así será (me digo) pero mañana yo también habré muerto y se confundirán nuestros tiempos y la cronología se perderá en un orbe de símbolos y de algún modo será justo afirmar que yo le he traído este libro y que usted lo ha aceptado.“
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