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Relacionado con: tablero
„¿Tú me preguntas si estoy contento? Escucha: yo tengo ochenta y siete millones libras en el banco, Tengo un Rolls Royce, Tengo tres acosadores, Estoy a punto de entrar en el tablero en el Manchester City, Yo soy parte de la banda más grande del mundo, Estoy feliz con eso? No, no lo estoy! ¡Quiero más!“
„¿No se sintió nunca como uno de esos peones de ajedrez pasados, que se olvidan en un rincón del tablero y oyen apagarse a su espalda el rumor de la batalla mientras intentan mantenerse erguidos, preguntándose si queda en pie un rey al que seguir sirviendo?“
„Sin Historia no hay posibilidad de acometer el presente. No te puedes mover por el presente, no puedes actuar en él. Conocer la Historia, sus mecanismos de análisis, de comprensión, te da la sabiduría del tablero. ¿Cómo te atreves a moverte sin saber las reglas del ajedrez?“
„Vivo en un tablero donde hay manos que me mueven, grito que devuelvan lo que deben pero el mundo nos ignora, se evapora lo real y lo ficticio nos devora, adoran líderes que abrieron a Pandora“
„Hace mucho tiempo, el hombre oía extrañado el sonido de un golpeteo dentro de su pecho y no tenía idea de su origen. El cuerpo era una jaula y dentro de ella había algo que miraba, escuchaba, temía, pensaba y se extrañaba; ese algo, ese resto que quedaba al sustraerle el cuerpo, ese algo era el alma. La cara no es más que una especie de tablero de instrumentos en el que desembocan todos los mecanismos del cuerpo.“
„También el jugador es prisionero de otro tablero de negras noches y de blancos días.“
„El tablero los demora hasta el alba en su severo ámbito en que se odian dos colores.“
„Ajedrez misterioso la poesía, cuyo tablero y cuyas piezas cambian como en un sueño y sobre el cual me inclinaré después de haber muerto.“
„Cuando Bast volvió a la habitación, con una vaina negra colgando de la mano, sobre la barra había un montón de botellas relucientes y Kote estaba de pie en el mostrador, ahora vacío, montado entre los dos pesados barriles de roble.Kote, que estaba colocando el tablero sobre uno de los barriles, se quedó quieto y gritó, consternado:—¡Ten cuidado, Bast! Eso que llevas en la mano es una dama, no una moza de esas con las que bailas en las fiestas de pueblo.“