„ーEscribí algo para ti, ーla corrigió con una sonrisa y comenzó a tocar.Ella escuchó emocionada; comenzó lento, sencillo, su control sobre el arco producía un sonido armónico. La melodía la lleno tan fresca y dulce como el agua, tan esperanzadora y adorable como un amanecer. Miró a sus dedos fascinada por el movimiento tan exquisito que hacia que las notas salieran del violín. El sonido se volvió mas profundo conforme el arco se movía mas rápido, el antebrazo de Jem se desplazaba hacia adelante y atrás, su delgado cuerpo parecía difuminarse con el movimiento de su hombro. Sus dedos se deslizaban cuidadosamente arriba y abajo, el tono de la música profundizó, como nubes de tormenta reuniéndose en un horizonte brillante, un río que se convertía en torrente. Las notas se estrellaban a sus pies aumentando el sonido, el cuerpo entero de Jem parecía moverse en sintonía con los sonidos que emanaban del instrumento, a pesar de que ella sabia que sus pies se encontraban firmes en el suelo. Su corazón encontró la paz con la música, los ojos de Jem estaban cerrados, las comisuras de sus labios mostraban un gesto de dolor. Una parte de ella quería correr a sus pies, rodearlo con sus brazos; la otra otra parte no quería que se detuviera la música, el hermoso sonido de él. Era como si él hubiera tomado su arco utilizándolo como un pincel para pintar, creando un lienzo en el cual su alma se muestra claramente. Cuando las ultimas notas se alzaron más y más alto, llegando a tocar el paraíso, Tessa estuvo consciente de que su rostro estaba húmedo, pero no fue hasta que la ultima nota dejo de sonar y él bajo el violín cuando se dio que estaba llorando.“
„Te ruego que recites el pasaje tal como te lo he declamado yo, con soltura y naturalidad, pues si lo haces a voz en grito, como acostumbran muchos de nuestros actores, valdría más que diera mis versos a que los voceara el pregonero.Guardate también de aserrar demasiado el aire, así con la mano.Moderación en todo, pues hasta en medio del mismo torrente, tempestad y aún podría decir to torbellino de tu pasión, debes tener y mostrar aquella templanza que hace suave y elegante la expresión.¡Oh! me hiere el alma oir desgarrar una pasión hasta convertirla en jirones y verdaderos guiñapos, hediendo los oídos de los «mosqueteros» que por lo general, son incapaces apreciar otra cosa que incomprensibles pantomimas y barullo.De buena gana mandaría azotar a ese energúmeno por exagerar el tipo de Termagante….¡¡Esto es ser más herodista que Herodes…!¡ Evitalo tú, por favor!No seas tampoco demasiado tímido; en ésto tu propia discreción debe guiarte.Que la acción corresponda a la palabra y la palabra a la acción, poniendo un especial cuidado en no traspasar los límites de la sencillez de la naturaleza, porque todo lo que a ella se opone, se aparta igualmente del propio fin del arte dramático, cuyo objeto, tanto en su origen como en los tiempos que corren, ha sido y es, presentar, por decirlo así, un espejo a la Humanidad;Mostrar a la virtud sus propios rasgos, al vicio su verdadera imgen y a cadaedad y generación su fisonomía y sello caraterístico.De donde resulta que si se carga la expresión o si esta languidece, por más que ello haga reir a los ignorantes, no podrá menos de disgustar a los discretos, cuyo dictamen, aunque se trate de un solo hombre, debe pesar más en vuestra estima que el de todo un público compuesto de los otros.¡Oh! cómicos hay a quienes he visto representar y a los que he oído elogiar, y en alto grado, que, por no decirlo en malos términos, no teniendo ni acento ni traza de cristianos, de gentiles, ni tan siquiera de hombres, se pavoneaban y vociferaban de tal modo que llegué a pensar si proponiéndose algún mal artífice de la Naturaleza formar tal casta de hombres, le resultaron unos engendros:¡Tan abominablemente imitaban la Humanidad!¡Oh! Corregidlo del todo! y no permitáis que los que hacen de graciosos ejecuten más de lo que les esté indicado, porque alguno de ellos empiezan a dar risotadas para hacer reir a unos cuantos espectadores imbéciles, aún cuando en aquel preciso momento algún punto esencial de la pieza reclame la atención.Esto es indigno, y revela en los insensatos que lo practican la más estúpida pretensión. Id a prepararos“