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Relacionado con: trago
„Yo soy Portela, el que se tragó la vela.“
„Si veo que el infinito me agobia echare un vistazo en uno de esos agujeros negros de esos que dicen que hasta la luz se traga.“
„Entonces la Niña de los Peines se levantó como una loca, tronchada igual que una llorona medieval, y se bebió de un trago un gran vaso de cazalla como fuego, y se sentó a cantar, sin voz, sin aliento, sin matices, con la garganta abrasada, pero… con duende. Había logrado matar todo el andamiaje de la canción, para dejar paso a un duende furioso y avasallador, amigo de los vientos cargados de arena, que hacía que los oyentes se rasgaran el traje, casi con el mismo ritmo con que se los rompen los negros antillanos del rito lucumí apelotonados ante la imagen de santa Bárbara.La Niña de los Peines tuvo que desgarrar su voz porque sabía que la estaba oyendo gente exquisita que no pedía formas sino tuétano de formas, música pura con el cuerpo sucinto para poder mantenerse en el aire. Se tuvo que empobrecer de facultades y de seguridades es decir, tuvo que alejar a su musa y quedarse desamparada, que su duende viniera y se dignara luchar a brazo partido. ¡Y cómo cantó! Su voz ya no jugaba, su voz era un chorro de sangre, digna, por su dolor y su sinceridad, de abrirse como una mano de diez dedos por los pies clavados, pero llenos de borrasca, de un Cristo de Juan de Juni.“
„Diez negritos se fueron a cenar;uno se asfixió y quedaron nueve.Nueve negritos estuvieron despiertos hasta muy tarde;uno se quedó dormido y entonces quedaron ocho.Ocho negritos viajaron por Devon;uno dijo que se quedaría allí y quedaron siete.Siete negritos cortaron leña;uno se cortó en dos y quedaron seis.Seis negritos jugaron con una colmena;una abeja picó a uno de ellos y quedaron cinco.Cinco negritos estudiaron Derecho;uno se hizo magistrado y quedaron cuatro.Cuatro negritos fueron al mar;un arenque rojo se tragó a uno y quedaron tres.Tres negritos pasearon por el zoo;un gran oso atacó a uno y quedaron dos.Dos negritos se sentaron al sol;uno de ellos se tostó y sólo quedó uno.Un negrito quedó sólo;se ahorcó y no quedó… ¡ninguno!“
„No solo de pan vive el hombre. De vez en cuando, también necesita un trago.“
„Soy el tipo que traga su sangre antes de tragarse su orgullo.“
„Tal vez su condición de viejo soldado —había peleado en Flandes y el Mediterráneo tras escapar de la escuela para alistarse como paje y tambor a los trece años— dejó impresa en él aquella manera tan suya de encajar el riesgo, los malos tragos, las incertidumbres y sinsabores de una vida bronca, difícil, con el estoicismo de quien se acostumbra a no esperar otra cosa.“
„¡Cada día se la traga mi corazón!“
„Gente que no me molestaría que muriera, esta es mi lista: cincuentones llamados ‘Skip’, tipos que paguen gel vaginal con su tarjeta de crédito Exxon, un proxeneta que conduzca un Toyota Corolla, un ginecólogo que quiere que mi esposa se tome dos o tres tragos antes de su cita, tipos con un montón de pines [botones] en sus sombreros, alguien que mencione a Jesús más de 300 veces en una conversación de 2 minutos, un dentista con sangre en su pelo, cualquier mujer cuyo pasatiempo sea amamantar animales de zoológico, un dueño de funeraria que diga ‘espero verlos de nuevo muy pronto, amigos’, chicas que se emborrachan y vomitan su desayuno, un hombre con un solo labio, un líder Boy Scout que tenga una tienda de consoladores, cualquier abogado que se refiera a la policía como los ‘federales’, una monja bizca con un látigo y una botella de ginebra, un neurocirujano que tenga tatuadas en las manos las palabras ‘nacido para perder’, parejas que tengan hijos con nombres que comiencen todos con las mismas iniciales, un hombre con una bata de hospital dirigiendo el tráfico, una mesera con una visible infección en la mano con la que sirve, gente con encías grandes y dientes pequeños, tipos que se ponen la misma ropa interior hasta que comienza a cortarse la circulación a los pies, y un tipo que tenga tanto vello en sus brazos que le cubra el reloj, de acuerdo, ya ha sido suficiente de todo esto.“
„Bendita sea la boca que da besos y no traga monedas.“
„Puedo estar muy borracho en un pub en Oxford cualquier noche de lunes y si un tipo se me acerca, me ofrece un trago y me dice que tu último disco cambio su vida. Eso realmente significa algo para mí.“
„Bobby Lashley, el hombre que se tragó un perchero.“
„No salgas de la manada, calla y traga, saben que facturas debes, saben que facturas pagas“
„… y tragó una saliva espesa y salada de lágrimas…“
„Pasamos por delante de la catedral. La niebla cubre otra vez la ciudad y todo parece una película de terror. Me imagino que Marianne está esperándome en algún rincón con un puñal, como en los tiempos en que Ginebra era una ciudad medieval, en constante lucha con los franceses. Ni el frío ni la caminata me calman. Cogemos el coche y, al llegar a casa, me voy directamente a la habitación y me trago dos pastillas de Valium, mientras mi marido le paga a la niñera y mete a los niños en la cama. Duermo diez horas seguidas. Al día siguiente, cuando me levanto para seguir la rutina matinal, empiezo a pensar que mi marido está un poco menos cariñoso. Es un cambio casi imperceptible, pero hay algo que ayer lo hizo sentirse incómodo. No sé muy bien qué hacer, nunca me había tomado dos tranquilizantes a la vez. Estoy en una especie de letargo que no se parece en nada al que“
„Cuatro tragos al año… sólo actúa así alguien a quien la bebida le ha pegado muy fuerte… con fuerza suficiente para hacerle sangrar.“
„El niño lo vio y acto seguido cayó en un agujero lleno de llamas de color naranja. Le pareció que procedían de un enorme montón de cabalazas: una pira funeraria de ardientes linternas de Halloween. En algún lugar había voces que gritaban: perdidas y aterradas. Después se lo tragó la oscuridad.“
„La muerte podía estar en una bolsa de cacahuetes, en un trozo de carne que se te atravesara, en el siguiente paquete de cigarrillos. Siempre te andaba rondando, de guardia en todas las estaciones de control entre lo mortal y lo eterno. Agujas infectadas, insectos venenosos, cables mal aislados, incendios forestales. Patines que lanzaban a intrépidos chiquillos a cruces muy transitados. Cada vez que te metes en la bañera para darte una ducha, Oz te acompaña: ducha para dos.Cada vez que subes a un avión, Oz lleva tu misma tarjeta de embarque. Está en el agua que bebes y en la comida que comes. «¿Quién anda ahí?», gritas en la oscuridad cuando estás solo y asustado, y es él quien te responde: Tranquilo, soy yo. Eh, ¿cómo va eso? Tienes un cáncer en el vientre, qué lata, chico, sí que lo siento. ¡Cólera! ¡Septicemia! ¡Leucemia! ¡Arteriosclerosis! ¡Trombosis coronaria! ¡Encefalitis! ¡Osteomielitis! ¡Ajajá, vamos allá!Un chorizo en un portal, con una navaja en la mano. Una llamada telefónica a medianoche. Sangre que hierve con ácido de la batería en una rampa de salida de una autopista de Carolina del Norte. Puñados de píldoras: anda, traga. Ese tono azulado de las uñas que sigue a la muerte por asfixia; en su último esfuerzo por aferrarse a la vida, el cerebro absorbe todo el oxígeno que queda en el cuerpo, incluso el de las células vivas que están debajo de las uñas.Hola, chicos, me llamo Oz el Ggande y Teggible, pero podéis llamarme Oz a secas. Al fin y al cabo, somos viejos amigos. Pasaba por aquí y he entrado un momento para traerte este pequeño infarto, este derrame cerebral, etcétera; lo siento, no puedo quedarme, tengo un parto con hemorragia y, luego, inhalación de humo tóxico en Omaha.Y la vocecita sigue gritando: «¡Te quiero, Tigger, te quiero! ¡Creo en ti, Tigger! ¡Siempre te querré y creeré en ti, y seguiré siendo niña, y el único Oz que habitará en mi corazón será ese simpático impostor de Nebraska! Te quiero…».Vamos patrullando, mi hijo y yo…, porque lo que importa no es el sexo ni la guerra, sino la noble y terrible batalla sin esperanza contra Oz, el Ggande y Teggible.“
„[…] Vete a leer, o a perseguir a la hija de algún granjero. Estoy seguro de que tienes cosas mejores que hacer que verme comer.—La verdad es que…—¡Fuera de aquí, demonio! —dijo Kote, y con la boca llena, y con un marcado acento témico, añadió—: ¡Tehus antausa eha!Bast rompió a reír e hizo un gesto obsceno con una mano.Kote tragó y cambió de idioma:—¡Aroi te denna-leyan!—¡Pero bueno! —le reprochó Bast, y la sonrisa se borró de sus labios—. ¡Eso es un insulto!—¡Por la tierra y por la piedra, abjuro de ti! —Kote metió los dedos en la jarra que tenía al lado y le lanzó unas gotas a Bast—. ¡Que pierdas todos tus encantos!—¿Con sidra? —Bast consiguió parecer divertido y enojado a la vez, mientras recogía una gota de líquido de la pechera de su camisa—. Ya puedes rezar para que esto no manche.“
„Una historia es como un fruto seco – dijo Vashet -. Un necio se la traga entera y se atraganta. Otro necio la tira creyendo que no tiene ningún valor. – Sonrió -. Pero una mujer sabia encuentra la manera de romper la cáscara y comerse el fruto que hay en el interior.“
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