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Relacionado con: vacío
„Oh mi amor, te extraño, me dolés en la piel, en la garganta, cada vez que respiro es como si el vacío me entrara en el pecho donde ya no estás“
„¿Qué hago yo aquí? A veces se da uno cuenta, repentinamente, de que la vida es torpe y vacía, y se echa uno a reír.“
„yo misma había cavado en mi alma. Espero tener siempre claro que solo el Amor Verdadero puede competir con cualquier otro amor de este mundo. Cuando lo damos todo, no tenemos nada que perder. Y entonces desaparecen el miedo, los celos, el hastío y la rutina, y solo queda la luz de un vacío que no nos asusta, sino que nos acerca el uno al otro. Una luz que siempre cambia, y eso es lo que la hace hermosa, llena de sorpresas; no siempre las que esperamos, sino aquellas con las que podemos vivir.“
„Mi corazón, en su último suspiro, me ha dicho qué hay otros mundos además de este, en los que no me veré obligada a suplicar la compañía de un hombre que llene estos días y noches vacíos.“
„No existe una religión capaz de juntar todas las estrellas, porque si esto sucediera, el Universo se volvería un gigantesco espacio vacío.“
„En el aire transparente parecía que la imaginación se llenara de vida, escapara de las riendas de la razón, y mirar no era poder dejar de verse cayendo al vacío, mientras el cielo y las montañas cambiaban de lugar en un girar lento, mientras el rito le salía a uno de la boca como un globo ocioso, mientras el pelo y las faldas flotaban al viento.“
„Además, aquella noche era distinta. La luna lucía llena en el cielo, brillando en las alturas como un dólar de plata, y el aparcamiento delantero del 26 estaba vacío.“
„No sabía que una persona pudiera albergar tales vacíos, y me da miedo caer en él. Por favor, Dios, solo una caricia, una palabra. Aunque sea en un sueño… Amén.“
„Cuando Bast volvió a la habitación, con una vaina negra colgando de la mano, sobre la barra había un montón de botellas relucientes y Kote estaba de pie en el mostrador, ahora vacío, montado entre los dos pesados barriles de roble.Kote, que estaba colocando el tablero sobre uno de los barriles, se quedó quieto y gritó, consternado:—¡Ten cuidado, Bast! Eso que llevas en la mano es una dama, no una moza de esas con las que bailas en las fiestas de pueblo.“
„Dio un pisotón. Deseó que aquella cosa glotona tuviera diarrea durante una semana. Deseó que se cagara de arriba abajo y de abajo arriba, y que luego se cayera por una grieta y perdiera su nombre y se muriese sola y vacía y hueca en la oscuridad furiosa.“
„Otras veces se había quedado así, vacía como una cáscara de huevo. Hueca y con sensación de presión en el pecho en una oscuridad furiosa, la primera vez que le había oído tocar. Antes de que él le regalara su nuevo nombre, dulce y perfecto. Un trozo de sol que nunca la abandonaba. Era un bocado de pan. Una flor en su corazón.“
„Al final descubrí un delgado volumen, titulado El libro de los secretos, enterrado en lo más profundo de Catálogos Muertos. Era un libro extraño: estaba organizado como un bestiario, pero escrito como un abecedario para niños. Tenía ilustraciones en que aparecían seres de cuentos de hadas como ogros, troles y resinillos. Cada entrada tenía una ilustración acompañada de un poema breve e insípido.La entrada de los Chandrian era la única que no llevaba ilustración, por supuesto. En su lugar solo había una página vacía enmarcada con volutas decorativas. El poema no aportaba absolutamente nada:De un sitio a otro los Chandrian van, pero nunca dejan rastro ni sabes dónde están.Guardan sus secretos con mucho cuidado, pero nunca te arañan ni te pegan un bocado.No montan peleas ni arman jaleos.De hecho con nosotros son bastante buenos.Llegan y se van, te vuelves y se han ido, como un rayo en el cielo, como un suspiro.Pese a lo irritante que resultaba un texto tan superficial, al menos dejaba algo muy claro: para el resto de la gente, los Chandrian no eran más que cuentos de hadas infantiles. Tan irreales como los engendros o los unicornios.Yo sabía otra cosa, por supuesto. Los había visto con mis propios ojos. Había hablado con Ceniza, el de los ojos negros. Había visto a Haliax, envuelto en un manto de sombra.Continué mi infructuosa búsqueda. No me importaba lo que creyera el resto de la gente. Yo sabía la verdad, y no soy de los que se rinden fácilmente.“
„Volvía a ser de noche. En la posada Roca de Guía reinaba el silencio, un silencio triple.El primer silencio era una calma hueca y resonante, constituida por las cosas que faltaban. Si hubiera habido caballos en los establos, estos habrían piafado y mascado y lo habrían hecho pedazos. Si hubiera habido gente en la posada, aunque solo fuera un puñado de huéspedes que pasaran allí la noche, su agitada respiración y sus ronquidos habrían derretido el silencio como una cálida brisa primaveral. Si hubiera habido música… pero no, claro que no había música. De hecho, no había ninguna de esas cosas, y por eso persistía el silencio.En la posada Roca de Guía, un hombre yacía acurrucado en su mullida y aromática cama. Esperaba el sueño con los ojos abiertos en la oscuridad, inmóvil. Eso añadía un pequeño y asustado silencio al otro silencio, hueco y mayor. Componían una especie de aleación, una segunda voz.El tercer silencio no era fácil reconocerlo. Si pasabas una hora escuchando, quizá empezaras a notarlo en las gruesas paredes de piedra de la vacía taberna y en el metal, gris y mate, de la espada que colgaba detrás de la barra. Estaba en la débil luz de la vela que alumbraba una habitación del piso de arriba con sombras danzarinas. Estaba en el desorden de unas hojas arrugadas que se habían quedado encima de un escritorio. Y estaba en las manos del hombre allí sentado, ignorando deliberadamente las hojas que había escrito y que había tirado mucho tiempo atrás.El hombre tenía el pelo rojo como el fuego. Sus ojos eran oscuros y distantes, y se movía con la sutil certeza de quienes saben muchas cosas.La posada Roca de Guía era suya, y también era suyo el tercer silencio. Así debía ser, pues ese era el mayor de los tres silencios, y envolvía a los otros dos. Era profundo y ancho como el final del otoño. Era grande y pesado como una gran roca alisada por la erosión de las aguas de un río. Era un sonido paciente e impasible como el de las flores cortadas; el silencio de un hombre que espera la muerte.“
„¿Qué sucederá con este gran espacio vacío que ahora soy? ¿con qué me llenaré cuando ya no quede ni una brizna de ambición, ningún proyecto, nada de mí?“
„Miller se había negado a recurrir a los programas de rehabilitación de adicciones del hospital militar, tal como había rechazado los servicios de un psicólogo especializado en síndromes postraumáticos y ella estuvo plenamente de acuerdo en que esos eran recursos de maricas, había otros métodos más cortos y eficaces. Le vació las botellas en el lavabo, le tiró las drogas al excusado, después lo obligó a desnudarse y se llevó toda su ropa, su computadora, su teléfono y su prótesis. Se despidió de él con una señal optimista de los pulgares hacia arriba y lo dejó encerrado con llave, cojo y en pelotas. Miller debió soportar en frío la tortura de los primeros días de abstinencia, tiritando, alucinando, enloquecido de náuseas, angustia y dolor. Intentó en vano echar abajo la puerta a puñetazos y anudar las sábanas para descender por la ventana, pero estaba en un décimo piso. Golpeó la pared que lo separaba del apartamento de Maggie hasta romperse los nudillos y tanto le castañetearon los dientes. que uno se le quebró. Al tercer día cayó extenuado.“
„quería estirar las manos a través de la mesa y tocarlo, acercarse, hundir la nariz en su cuello y comprobar que todavía olía a tierra y hierbas, decirle que sin él vivía sonámbula, que nada ni nadie podía llenar el vacío terrible de su ausencia, que daría todo por volver a estar desnuda en sus brazos, nada importaba sino él.“
„Estaría bastante en lo cierto si afirmase que la así llamada filosofía de este Hegel es una colosal mistificación, que proveerá a la posteridad con una inagotable fuente de risas a costa de nuestro tiempo, que es una pseudo-filosofía que paraliza la mente, asfixia todo pensamiento real, y, mediante el más inaceptable uso del lenguaje, pone en su lugar la cháchara más vacía, sin sentido, sin pensamiento, y, como ha sido confirmado por su éxito, la que mejor consigue adormecer a la inteligencia.“
„La necesidad de sociedad, nacida del vacío y la monotonía del propio interior, empuja a los hombres los unos hacia los otros» Parerga y Paralipómena 1851“
„El hecho de que, detrás de la angustia, se encuentre de inmediato el aburrimiento, que afecta hasta a los animales más inteligentes, es consecuencia de que la vida no tiene ningún contenido verdadero y auténtico, sino que solo se mantiene en movimiento por necesidad e ilusión: y tan pronto como el movimiento se detiene, aparece toda la esterilidad y el vacío de la existencia.“
„Estaba viendo claramente el vacío. Y ni entendía aquello que una parte de ella entendía. ¿Qué haría de esa lucidez? Sabía también que aquella claridad suya se podía volver el infierno humano.“
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