„Como todos los cafés de Medellín, o de Antioquia, el Miami no es un café: es cantina. Cafés se llama a las cantinas en un país de borrachos por eufemismo, por salvarle un poco la cara maltratada a la decencia. Cierto que en la mañana, y hasta en la tarde, sirven café, pero del café se pasa a la cerveza, y de la cerveza al aguardiente, y del aguardiente a la alucinación.“

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