„Corazón mío -dijo. Le tomó la mano y la besó-. ¿Quién conoce tu coraje mejor que yo?“
— Cassandra Clare
„No tenía más corazón que para Sierva María, y aun así no le bastaba. Estaba convencido de que no habría océanos ni montañas, ni leyes de la tierra o el cielo, ni poder del infierno que pudieran apartarlos.“
— Gabriel García Márquez
„En aquel mundo opresivo en el que nadie era libre, Sierva María lo era: sólo ella y sólo allí.“
— Gabriel García Márquez
„El Chimborazo me tomó de la mano para ascender con orgullo los altísimos estamentos ideales, de la belleza y la verdad.“
— Luis Alberto Costales
„No hay piedad mariana que termine en María, pero sí rasgo distintivo, por María ir a Cristo y consagración de nuestra vida a María para que Ella la presente a Jesús.“
— Alberto Hurtado
„No hay piedad mariana que termine en María, pero sí rasgo distintivo, por María ir a Cristo y consagración de nuestra vida a María para que Ella la presente a Jesús.“
— María (madre de Jesús)
„oír el fragor de la luna apoyando contra su oreja la palma de una pequeña mano un poco húmeda por el amor o por una taza de té.“
— Julio Cortázar
„Tan pronto como quedó libre, Sierva María le saltó al cuello, y permanecieron abrazados sin hablar mientras ella lloraba. Él la dejó desahogarse. Luego le levantó la cara y le dijo "No más lágrimas". Y enlazó con Garcilaso.“
— Gabriel García Márquez
„Entonces, antes de entender, mi corazón se puso blanco como se ponen los cabellos.“
— Clarice Lispector
„Debes tener siempre fría la cabeza, caliente el corazón y larga la mano.“
— Confucio
„Se acercó y le alargó la mano. Hareton se puso sombrío como una nube de tormenta, apretó los puños y miró al suelo. Pero ella comprendió que aquello no era odio, sino testarudez, y, después de un instante de indecisión, se inclinó hacia él y le besó en la mejilla. Enseguida, se volvió a la ventana.“
— Emily Brontë
„¿Porque no hablas? ¿Te parecen buenas las condiciones que pone?-Sí, María. ¿Y cuáles son las tuyas en pago de tanto bien?-Una sola.-Dila.-Tú la sabes.-Sí, sí; pero hoy si debes decirla.-Que me ames siempre así, respondió, y su mano se enlazó más estrechamente con la mía.“
— Jorge Isaacs