„¡Oh pues almas! Cuando Dios os va haciendo tan soberanas mercedes que os lleva por estado de soledad y recogimiento, apartándoos de vuestro trabajoso sentir, no os volváis al sentido. Dejad vuestras operaciones, que si antes os ayudaban para negar al mundo y a vosotros mismos cuando erais principiantes, ahora que os hace ya Dios merced de ser el obrero, os serán obstáculo grande y embarazo. Dios no cae en el sentido. Y de esta manera el apetito y gustos sensitivos impiden el conocimiento de las cosas altas.“

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