Página de inicio » Quote » Amaia Montero » „De un sauce llorón una almendra se cayó“ „De un sauce llorón una almendra se cayó“ — Amaia Montero Tags:almendra Citas relacionadas „Desnudar almendras con los dedos, enjaular a un grillo solo por llorar“ — Amaia Montero „la friccionaba con aceite de almendras dulces para evitar las estrías en la piel del vientre“ — Isabel Allende „Era inevitable: el olor de las almendras amargas le recordaba siempre el destino de los amores contrariados.“ — Gabriel García Márquez „la veía transfigurada en la reverberación de las dos de la tarde bajo la llovizna de azahares de los almendros, donde siempre era abril en cualquier tiempo del año.“ — Gabriel García Márquez „Era inevitável: o cheiro das amêndoas amargas lhe lembrava sempre o destino dos amores contrariados.""Era inevitable el olor de las almendras amargas le recordaba siempre el destino de los amores contrariados.“ — Gabriel García Márquez „Cuando aquí se casan, intercambian anillos, pagan arras, reciben puñados de arroz en la cabeza, ignorantes de la simbólica milenaria de sus propios gestos. Buscan el haba en la torta de Epifanía, llevan almendras al bautismo, cubren un abeto de luces y guirnaldas, sin saber qué es el haba, ni la almendra, ni el árbol que enjoyaron. Los hombres de acá ponen su orgullo en conservar tradiciones de origen olvidado, reducidas, la más de las veces, al automatismo de un reflejo colectivo - a recoger objetos de un uso desconocido, cubiertos de inscripciones que dejaron de hablar hace cuarenta siglos.“ — Alejo Carpentier „Duplicó sus cuidados, la friccionaba con aceite de almendras dulces para evitar las estrías en la piel del vientre, le ponía miel de abejas en los pezones para que no se le agrietaran, le daba de comer cáscara molida de huevo para que tuviera buena leche y no se le picaran los dientes y le rezaba oraciones de Belén para el buen parto.“ — Isabel Allende „Lo único cierto era que se llevaron todo: el dinero, las brisas de diciembre, el cuchillo del pan, el trueno de las tres de la tarde, el aroma de los jazmines, el amor. Sólo quedaron los almendros polvorientos, las calles reverberantes, las casas de madera y techos de cinc oxidado con sus gentes taciturnas, devastadas por los recuerdos.“ — Gabriel García Márquez „Tengo hambre de tu boca, de tu voz, de tu peloy por las calles voy sin nutrirme, callado,no me sostiene el pan, el alba me desquicia,busco el sonido líquido de tus pies en el día.Estoy hambriento de tu risa resbalada,de tus manos color de furioso granero,tengo hambre de la pálida piedra de tus uñas,quiero comer tu piel como una intacta almendra.Quiero comer el rayo quemado en tu hermosura,la nariz soberana del arrogante rostro,quiero comer la sombra fugaz de tus pestañasy hambriento vengo y voy olfateando el crepúsculobuscándote, buscando tu corazón calientecomo un puma en la soledad de Quitratúe“ — Pablo Neruda „En las noches de invierno, mientras hervía la sopa en la chimenea, añoraba el calor de su trastienda, el zumbido del sol en los almendros polvorientos, el pito del tren en el sopor de la siesta, lo mismo que añoraba en Macondo la sopa del invierno de la chimenea, los pregones del vendedor de café y las alondras fugaces de la primavera. Aturdido por dos nostalgias enfrentadas como dos espejos, perdió su maravilloso sentido de la irrealidad, hasta que terminó por recomendarles a todos que se fueran de Macondo, que olvidaron cuanto él les había enseñado del mundo y del corazón humano, que se cagaran de Horacio y que en cualquier lugar en que estuvieran recordaran siempre que el pasado era mentira, que la memoria no tenía caminos de regreso, que toda primavera antigua era irrecuperable, y que el amor más desatinado y tenaz era de todos modos una verdad efímera.“ — Gabriel García Márquez