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agudo
Relacionado con: agudo
„había hecho ese movimiento cuando oyó la risa aguda y burlona de“
„Mis recuerdos son demasiado claros, demasiado agudos; las cosas debieran gastarse en los bordes y lo irresoluto debería suavizarse. De ese modo, hay escenas tan cerca de mi corazón como fotos en un marco; sin embargo, son retratos monstruosos que ningún artista ni ninguna cámara jamás lograrán.“
„Pensé: «Quiero morir. Quiero morir más que nunca. No hay posibilidad ahora de una recuperación. No importa qué tipo de cosas haga, no importa lo que haga, seguramente será un fracaso, solo un recubrimiento final aplicado a mi vergüenza. Ese sueño de ir en bicicleta para ver una cascada enmarcada en hojas de verano, no era para mí. Todo lo que puede pasar ahora es que un pecado desagradable y humillante se acumule en otro, y mis sufrimientos se vuelvan más agudos. Quiero morirme. Debo morir, Vivir es la fuente del pecado.“
„Le sorprendía que momentos de aguda crisis no debemos luchar contra un enemigo exterior sino contra nuestro propio cuerpo.“
„Y después el sollozo. Otra vez el llanto suave pero agudo, y la pena haciendo retroceder su cuerpo.—Han matado a tu padre.—¿Y a ti quién te mató, madre?“
„Hay que evitar siempre el ángulo agudo.“
„Herida Duelo Vasoconstricción → Incredulidad Dolor agudo → Regresión Sangrado → Furia Coágulo → Culpa Retracción del coágulo → Desolación Reconstrucción tisular → Identificación y Fecundidad Cicatriz → Aceptación“
„La revolución política, es decir, la expulsión de la dinastía y la restauración de las libertades públicas, ha resuelto un problema específico de importancia capital, ¡quien lo duda!, pero no ha hecho más que plantear y enunciar aquellos otros problemas que han de transformar el Estado y la sociedad españoles hasta la raíz. Estos problemas, a mi corto entender, son principalmente tres: el problema de las autonomías locales, el problema social en su forma más urgente y aguda, que es la reforma de la propiedad, y este que llaman problema religioso, y que es en rigor la implantación del laicismo del Estado con todas sus inevitables y rigurosas consecuencias. […]Cada una de estas cuestiones, Sres. Diputados, tiene una premisa inexcusable, imborrable en la conciencia pública, y al venir aquí, al tomar hechura y contextura parlamentaria, es cuando surge el problema político. Yo no me refiero a las dos primeras, me refiero a esto que llaman problema religioso. La premisa de este problema, hoy político, la formulo yo de esta manera: España ha dejado de ser católica; el problema político consiguiente es organizar el Estado en forma tal que quede adecuado a esta fase nueva e histórica el pueblo español. Yo no puedo admitir, Sres. Diputados, que a esto se le llame problema religioso. El auténtico problema religioso no puede exceder de los límites de la conciencia personal, porque es en la conciencia personal donde se formula y se responde la pregunta sobre el misterio de nuestro destino. Este es un problema político, de constitución del Estado, y es ahora precisamente cuando este problema pierde hasta las semejas de religión, de religiosidad, porque nuestro Estado, a diferencia del Estado antiguo, que tomaba sobre sí la curatela de las conciencias y daba medios de impulsar a las almas, incluso contra su voluntad, por el camino de su salvación, excluye toda preocupación ultraterrena y todo cuidado de la fidelidad, y quita a la Iglesia aquel famoso brazo secular que tantos y tan grandes servicios le prestó. Se trata simplemente de organizar el Estado español con sujeción a las premisas que acabo de establecer.“
„El silencio es la réplica más aguda.“
„El bolígrafo es más poderoso que la espada si la espada es corta y el bolígrafo es agudo.“
„en el momento agudo de la pasión eres inmortal.“
„Porque la característica esencial de lo que llamamos locura es la soledad, pero una soledad monumental. Una soledad tan grande que no cabe dentro de la palabra soledad y que uno no puede ni llegar a imaginar si no ha estado ahí. Es sentir que te has desconectado del mundo, que no te van a poder entender, que no tienes #Palabras para expresarte. Es como hablar un lenguaje que nadie más conoce. Es ser un astronauta flotando a la deriva en la vastedad negra y vacía del espacio exterior. De ese tamaño de soledad estoy hablando. Y resulta que en el verdadero dolor, en el dolor-alud, sucede algo semejante. Aunque la sensación de desconexión no sea tan extrema, tampoco puedes compartir ni explicar tu sufrimiento. Ya lo dice la sabiduría popular: Fulanito se volvió loco de dolor. La pena aguda es una enajenación. Te callas y te encierras.“
„Jace pensó en Alec herido en su regazo, en Max quieto y blanco en el piso del Hall de los Acuerdos; pensó en Valentine, sus brazos alrededor de Jace mientras la sangre de Jace empapaba la arena debajo de ellos. Y por último pensaba en Clary: su aguda valentía que lo mantuvo a salvo, su ingenio más agudo que lo mantenía cuerdo, la constancia de su amor.“
„Ser amado por Susan ha de equivaler a ser atravesado por el agudo pico de un pájaro, a ser clavado en la puerta del granero. Sin embargo, momentos hay en que quisiera ser atravesado por un pico, ser clavado en la puerta de un granero, de una vez para siempre, claramente.“
„La manera como se cuenta la Historia contemporánea se asemeja a ungran concierto en el que se presentaran seguidos los ciento treinta y ocho opusde Beethoven, pero tocando tan sólo los ocho primeros tiempos de cada uno deellos. Si volviera a hacerse el mismo concierto diez años después, sólo setocaría, de cada pieza, la primera nota, siendo, pues, ciento treinta y ocho notasdurante todo el concierto, presentadas como una única melodía. Y, veinte añosdespués, toda la música de Beethoven quedaría resumida en una únicalarguísima nota aguda que se asemejaría a la que oyó, infinita y muy alta, elprimer día de su sordera.“
„Un pájaro extraviado apareció en el patio y estuvo como media hora dando saltitos de inválido por entre los nardos. Cantó una nota progresiva, subiendo cada vez una octava, hasta cuando se hizo tan aguda que fue necesario imaginarla.“
„Una mano pequeña y fría me acarició la mejilla.—No pasa nada —dijo Auri en voz baja—. Ven aquí.Empecé a llorar en silencio, y ella deshizo con cuidado el apretado nudo de mi cuerpo hasta que mi cabeza reposó en su regazo. Empezó a murmurar, apartándome el cabello de la frente; yo notaba el frío de sus manos contra la ardiente piel de mi cara.—Ya lo sé —dijo con tristeza—. A veces es muy duro, ¿verdad?Me acarició el cabello con ternura, y mi llanto se intensificó. No recordaba la última vez que alguien me había tocado con cariño.—Ya lo sé —repitió—. Tienes una piedra en el corazón, y hay días en que pesa tanto que no se puede hacer nada. Pero no deberías pasarlo solo. Deberías haberme avisado. Yo lo entiendo.Contraje todo el cuerpo y de pronto volví a notar aquel sabor a ciruela.—La echo de menos —dije sin darme cuenta. Antes de que pudiera agregar algo más, apreté los dientes y sacudí la cabeza con furia, como un caballo que intenta liberarse de las riendas.—Puedes decirlo —dijo Auri con ternura.Volví a sacudir la cabeza, noté sabor a ciruela, y de pronto las palabras empezaron a brotar de mis labios.—Decía que aprendí a cantar antes que a hablar. Decía que cuando yo era un crío ella tarareaba mientras me tenía en brazos. No me cantaba una canción; solo era una tercera descendente. Un sonido tranquilizador. Y un día me estaba paseando alrededor del campamento y oyó que yo le devolvía el eco. Dos octavas más arriba. Una tercera aguda y diminuta. Decía que aquella fue mi primera canción.—Nos la cantábamos el uno al otro. Durante años. —Se me hizo un nudo en la garganta y apreté los dientes.—Puedes decirlo —dijo Auri en voz baja—. No pasa nada si lo dices.—Nunca volveré a verla —conseguí decir. Y me puse a llorar a lágrima viva.—No pasa nada —dijo Auri—. Estoy aquí. Estás a salvo.“
„Apareció entonces un hombre delgado de chaleco pulido tocando el violín en la esquina. Debo explicar que a este hombre lo vi una vez al anochecer cuando yo era niño en Recife y el sonido extenuado y agudo subrayaba con una línea dorada el misterio de la calle oscura. Junto al hombre escuálido había una latita de zinc donde hacían un ruido seco las monedas de los que oían con gratitud porque él les sollozaba la vida. Sólo ahora entiendo y sólo ahora brotó en mí el sentido secreto: el violín es un aviso. Sé que cuando yo muera voy a oír el violín del hombre y pediré música, música, música.“
„Si tú alguna vez, y esa vez puede estar cerca, observas el poder del amor en un rostro juvenil, verás las heridas invisibles que dejan sus agudas flechas“
„Si los dolores verdaderamente agudos pueden ser templados por algún goce, sólo puede templarlos el goce de acallar el grito de dolor de los demás. Y si algo los exacerba y los hace terribles, es seguramente la convicción de nuestra impotencia para calmar los dolores ajenos.“