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Relacionado con: café
„La mujer es como una buena taza de café: la primera vez que se toma, no deja dormir.“
„Philippe Pozzo, tetrapléjico desde 1993 por un accidente de parapente e inspirador de la exitosa película francesa Intocable, que «lo bueno es el café de la mañana cuando te levantas. No podemos olvidar el café de la mañana; si no, vamos por mal camino». Claro que sí, el café de la mañana le da la bienvenida al día y ese acto inaugural de algo tan trascendente como la vida cotidiana debería ser nuestro primer episodio consciente de optimismo, de fe en que lo que resta del día merece la pena.“
„Gracias a ti, Enero. He tenido este mes de vacaciones. He caminado por la nieve sobre la hierba y he descubierto nuevas tiendas de café y me he echado a reír histéricamente con mis amigos sobre cosas que probablemente no eran técnicamente divertidas. He escrito canciones en servilletas y me he sentado en una mesa gigante con toda mi familia en el cumpleaños de mi madre, todos nosotros en un mismo lugar por primera vez en mucho tiempo. He aceptado lo que me ha sucedido y lo he procesado en mi plena capacidad, celebrando de la manera que merece ser celebrado».»He hecho música nueva. He dejado pasar los recuerdos y he ido de aquí para allá con mi productor sin nada más en mi agenda que sólo apreciar lo que en cierto modo ha cambiado mi vida. Así que os doy las gracias por darme tanto que agradecer este mes de enero. Os lo agradezco tan profundamente como me es posible expresarlo.“
„Hacia fines de la década de 1990, en medio del boom tecnológico, solía pasar mucho tiempo en un café del barrio teatral de San Francisco… Allí tuve ocasión de observar una y otra vez la misma escena. Mami sorbiendo su café. Los chicos picoteando sus galletas, con los pies colgando de las sillas. Y ahí está Papi, levemente apartado de la mesa, hablando por su celular… Se trataba supuestamente de una “revolución en las comunicaciones”, y sin embargo allí, en el epicentro tecnológico, los miembros de esa familia evitaban mirarse a los ojos. [8] Dos“
„He dicho alguna vez, con escándalo acaso de ciertos pedantes, que la verdadera universidad popular española han sido el café y la plaza pública.“
„La vida está hecha de tiempo. Los días se miden en horas, los salarios se miden en función de esas horas, nuestros conocimientos se miden en años. Robamos unos minutos a nuestras jornadas para tomar un café. Volvemos corriendo a nuestros puestos, miramos el reloj, vivimos de cita en cita. Y, sin embargo, el tiempo termina agotándose y en el fondo de tu alma te preguntas si esos segundos, minutos, horas, días, semanas, meses, años y décadas se están empleando de la mejor manera posible.“
„LA TAZA DE CAFÉ Puede que ya conozcas esta escena. Ya estás en una relación, y una persona soltera y atractiva del sexo opuesto te pide que tomes un café con ella. La idea te entusiasma. ¿Es que acaso existe tal cosa como una simple taza de café? Revísate. ¿Qué estás buscando? ¿Qué pasa en tu relación para que estés por ahí con otra persona «tomando un café»? ¿Puedes verme oculto en esta escena? ¿Qué carencia estoy activando en ti? ¿Qué te estoy proporcionando, además de un café? ¿Qué te hace sentir bien del hecho que alguien te invite a salir? No es la cafeína. ¿Es recibir atención de otra persona? ¿Soy yo? Toma en cuenta lo siguiente: si creas una abertura para mí, entraré; y probablemente no te guste el lugar al que te llevaré. A veces, las decisiones que parecen más inofensivas llevan implícitas consecuencias que cambiarán tu vida. Así que prepárate como corresponde.“
„Literatos de mostrador. Inventores de barrio, profetas de parroquia, políticos de café y filósofos de centros recreativos serán la carne de cañón de nuestra sociedad.“
„Cuando volví a verlo, cuando iniciamos esta segunda amistad que espero no terminará ya nunca, dejé de pensar en toda forma de ataque. Quedó resuelto que no le hablaría jamás de Inés ni del pasado y que, en silencio, yo mantendría todo aquello viviente dentro de mí. Nada más que esto hago, casi todas las tardes, frente a Roberto y las caras familiares del café. Mi odio se conservará cálido y nuevo mientras pueda seguir viviendo y escuchando a Roberto; nadie sabe de mi venganza, pero la vivo, gozosa y enfurecida, un día y otro. Hablo con él, sonrío, fumo, tomo café. Todo el tiempo pensando en Bob, en su pureza, su fe, en la audacia de sus pasados sueños. Pensando en el Bob que amaba la música, en el Bob que planeaba ennoblecer la vida de los hombres construyendo una ciudad de enceguecedora belleza para cinco millones de habitantes, a lo largo de la costa del río; el Bob que no podía mentir nunca; el Bob que proclamaba la lucha de los jóvenes contra los viejos, el Bob dueño del futuro y del mundo. Pensando minucioso y plácido en todo eso frente al hombre de dedos sucios de tabaco llamado Roberto, que lleva una vida grotesca, trabajando en cualquier hedionda oficina, casado con una mujer a quien nombra “mi señora”; el hombre que se pasa estos largos domingos hundido en el asiento del café, examinando diarios y jugando a las carreras por teléfono.Nadie amó a mujer alguna con la fuerza con que yo amo su ruindad, su definitiva manera de estar hundido en la sucia vida de los hombres. Nadie se arrobó de amor como yo lo hago ante sus fugaces sobresaltos, los proyectos sin convicción que un destruido y lejano Bob le dicta algunas veces y que sólo sirven para que mida con exactitud hasta donde está emporcado para siempre.No sé si nunca en el pasado he dado la bienvenida a Inés con tanta alegría y amor como diariamente le doy la bienvenida a Bob al tenebroso y maloliente mundo de los adultos. Es todavía un recién llegado y de vez en cuando sufre sus crisis de nostalgia. Lo he visto lloroso y borracho, insultándose y jurando el inminente regreso a los días de Bob. Puedo asegurar que entonces mi corazón desborda de amor y se hace sensible y cariñoso como el de una madre. En el fondo sé que no se irá nunca porque no tiene sitio donde ir; pero me hago delicado y paciente y trato de conformarlo. Como ese puñado de tierra natal, o esas fotografías de calles y monumentos, o las canciones que gustan traer consigo los inmigrantes, voy construyendo para él planes, creencias y mañanas distintos que tienen luz y el sabor del país de juventud de donde él llegó hace un tiempo. Y él acepta; protesta siempre para que yo redoble mis promesas, pero termina por decir que sí, acaba por muequear una sonrisa creyendo que algún día habrá de regresar al mundo de las horas de Bob y queda en paz en medio de sus treinta años, moviéndose sin disgusto ni tropiezo entre los cadáveres pavorosos de las antiguas ambiciones, las formas repulsivas de los sueños que se fueron gastando bajo la presión distraída y constante de tantos miles de pies inevitables.“
„Quién sabe si terminar un libro de cuentos no sea como vaciar de golpe un cubo en el Café Kubista. Ver vaciarse todo y conocer su contenido, saber perfectamente de qué se ha llenado todo.“
„Stepán Arkádich había podido permanecer sereno pensando en su mujer, había podido esperar que todo se arreglara, como decía Matvièi, había podido leer el diario tranquilamente y tomar su café, pero cuando vio aquel semblante descompuesto por el sufrimiento, cuando oyó aquel grito desesperado y rendido frente al destino, se le paró la respiración como si algo le obstruyera la garganta y sus ojos se llenaron de lágrimas.“
„Si no hay café para todos, no habrá para nadie.“
„Este país fue fundado por un grupo de propietarios de esclavos que querían ser libres. ¿Estoy en lo cierto? ¡Un grupo de propietarios de esclavos querían ser libres! Así que mataron a un montón de gente blanca inglesa para así poder seguir poseyendo a su gente afroamericana (piel negra), así ellos podrían borrar por completo al resto de la gente india (piel roja), para así poder moverse al oeste y robar el resto de la tierra de la gente mexicana (piel café), dándoles un espacio donde poder salir y tirarle armas nucleares a la gente japonesa (piel amarilla). ¿Saben cuál debería ser el lema de este país? ‘Dennos un color y lo borraremos’.“
„El café debe ser caliente como el infierno, negro como el diablo, puro como el ángel y dulce como el amor.“
„Sabía que debía estarle agradecida a la señora Guinea, sólo que no podía sentir nada. Si la señora Guinea me hubiera dado un pasaje a Europa, o un viaje alrededor del mundo, no hubiera habido la menor diferencia para mí, porque donde quiera que estuviera sentada -en la cubierta de un barco o en la terraza de un café en París o en Bangkok- estaría sentada bajo la misma campana de cristal, agitándome en mi propio aire viciado.“
„Sí quiero saber, si tú también recuerdas algo de aquel café, que espero a veces sin entender, por qué“
„El momento del café es fantástico. Para mí es todo un ritual.“
„Intento no producirme mucho por la mañana. Me miro y digo: «Pero bueno, es lo que hay». Igual con el café con leche mejoro un montón, porque tengo muy mal humor por la mañana.“
„¿Sabes lo indefenso que te sientes cuando tienes una taza de café en la mano y empiezas a estornudar?“
„Pero vamos a comer primero -dijo. Y así, con batiente de puertas, empezó un exquisito vaivén silencioso de doncellas con delantales y cofias blancas, doncellas no por necesidad sino porque forman parte del misterio o mejor del gran engaño que las damas de Mayfair practican de una y media a dos cuando, con un gesto de la mano, cesa el tráfico y surge en su lugar esta profunda mentira, la comida en primer lugar, que nadie paga; y luego la mesa que parece cubrirse como por voluntad propia de vidrio y de plata, de manteles individuales, de cuencos de fruta roja, de filetes de rodaballo cubiertos de salsa oscura, de pollos troceados nadando en sus cazuelas; el fuego arde todo color y fiesta y con el vino y el café (que nadie ha pagado) nacen visiones alegres en ojos preocupados; ojos ante los que ahora la vida es musical y misteriosa; ojos encendidos ahora para observar animados los claveles rojos que Lady Bruton (cuyos gestos eran siempre duros) había depositado junto a su plato, de forma que Hugh Whitbread, en paz con el universo entero y al mismo tiempo completamente seguro de su categoría, dejó su tenedor y dijo: -¿No crees que resultarían encantadores sobre tu encaje?“
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