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Relacionado con: domingo
„Mi país favorito es América. Amo ir ahí! Voy al lago local cerca de donde trabajo los Domingos. Se llama Berry Hill.“
„¿Pero ahora se le ocurre comprar perro, señorito?- No lo he comprado, Domingo; este perro no es esclavo, sino que es libre; lo he encontrado.- Vamos, si, es expósito.- Todos somos expósitos, Domingo“
„Yo hice la primera comunión, todo el catequismo, pero después… tuve que ir a la confesión y entonces… yo no tenía nada para confesar, no sé… y tuve que pensar… o sea, me habían dicho cómo eran los pecados… pecados veniales, de esos, pensamientos impuros… pero yo tenía once años, qué sé yo… No tenia pecados… y dije: `Una vez, que robe dos soldaditos a un amigo mío. ` Esa fue mi primera confesión… Y el cura que me mira serio y me pregunta: `¿Y que más? ` y yo: `No sé, padre`. Y esa fue mi primera y ultima confesión, porque no fui más. Mis padres me mandaban a la iglesia y ellos no iban. Y entonces pensé, ¿cuál es? Váyanse a la mierda. Yo tengo que ir ahí todos los domingos en vez de estar cazando lagartijas con mi honda.“
„Granja de Animales, Granja de Animales ¡Nunca por mí sufrirás males! Y esto se cantó todos los domingos por la mañana después de izar la bandera. Pero, de algún modo, a los animales les pareció que ni la letra ni la música estaban a la altura de “Bestias de Inglaterra”.“
„Cuando volví a verlo, cuando iniciamos esta segunda amistad que espero no terminará ya nunca, dejé de pensar en toda forma de ataque. Quedó resuelto que no le hablaría jamás de Inés ni del pasado y que, en silencio, yo mantendría todo aquello viviente dentro de mí. Nada más que esto hago, casi todas las tardes, frente a Roberto y las caras familiares del café. Mi odio se conservará cálido y nuevo mientras pueda seguir viviendo y escuchando a Roberto; nadie sabe de mi venganza, pero la vivo, gozosa y enfurecida, un día y otro. Hablo con él, sonrío, fumo, tomo café. Todo el tiempo pensando en Bob, en su pureza, su fe, en la audacia de sus pasados sueños. Pensando en el Bob que amaba la música, en el Bob que planeaba ennoblecer la vida de los hombres construyendo una ciudad de enceguecedora belleza para cinco millones de habitantes, a lo largo de la costa del río; el Bob que no podía mentir nunca; el Bob que proclamaba la lucha de los jóvenes contra los viejos, el Bob dueño del futuro y del mundo. Pensando minucioso y plácido en todo eso frente al hombre de dedos sucios de tabaco llamado Roberto, que lleva una vida grotesca, trabajando en cualquier hedionda oficina, casado con una mujer a quien nombra “mi señora”; el hombre que se pasa estos largos domingos hundido en el asiento del café, examinando diarios y jugando a las carreras por teléfono.Nadie amó a mujer alguna con la fuerza con que yo amo su ruindad, su definitiva manera de estar hundido en la sucia vida de los hombres. Nadie se arrobó de amor como yo lo hago ante sus fugaces sobresaltos, los proyectos sin convicción que un destruido y lejano Bob le dicta algunas veces y que sólo sirven para que mida con exactitud hasta donde está emporcado para siempre.No sé si nunca en el pasado he dado la bienvenida a Inés con tanta alegría y amor como diariamente le doy la bienvenida a Bob al tenebroso y maloliente mundo de los adultos. Es todavía un recién llegado y de vez en cuando sufre sus crisis de nostalgia. Lo he visto lloroso y borracho, insultándose y jurando el inminente regreso a los días de Bob. Puedo asegurar que entonces mi corazón desborda de amor y se hace sensible y cariñoso como el de una madre. En el fondo sé que no se irá nunca porque no tiene sitio donde ir; pero me hago delicado y paciente y trato de conformarlo. Como ese puñado de tierra natal, o esas fotografías de calles y monumentos, o las canciones que gustan traer consigo los inmigrantes, voy construyendo para él planes, creencias y mañanas distintos que tienen luz y el sabor del país de juventud de donde él llegó hace un tiempo. Y él acepta; protesta siempre para que yo redoble mis promesas, pero termina por decir que sí, acaba por muequear una sonrisa creyendo que algún día habrá de regresar al mundo de las horas de Bob y queda en paz en medio de sus treinta años, moviéndose sin disgusto ni tropiezo entre los cadáveres pavorosos de las antiguas ambiciones, las formas repulsivas de los sueños que se fueron gastando bajo la presión distraída y constante de tantos miles de pies inevitables.“
„Sin duda el hombre ha de ocuparse necesariamente de lo finito; pero hay una necesidad superior, que es la que el hombre tenga un domingo en la vida, para elevarse sobre los quehaceres de los días ordinarios, ocuparse de la verdad y traerla a la conciencia.“
„Los diarios publican títulos del tipo «Oasis y la droga: el shock». Francamente, ¿por qué un shock? Sería mucho más sorprendente que de golpe se nos diera por ir a la iglesia todos los domingos. «Oasis y la iglesia: el shock!»“
„No sólo no existe Dios, sino que a ver cómo encuentras un electricista en domingo.“
„Con la pena extrema uno también puede sentirse bien. Lo peor, tal como pensaba Máximo, son los estados intermedios, los entreactos, el aburrimiento, los domingos que se eternizan.“
„a mi no me aburrirá un domingo“
„Primero mi querido Leonel, queridos dominicanos, tengan mucho cuidado, si el presidente Uribe cree que hay otro Raúl Reyes en Santo Domingo viene y les bombardea“
„Extraño como un pato en el Manzanares,torpe como un suicida sin vocación,absurdo como un belga por soleares,vacío como una isla sin Robinson,oscuro como un túnel sin tren expreso,negro como los ángeles de Machín,febril como la carta de amor de un preso…,Así estoy yo, así estoy yo, sin ti.Perdido como un quinto en día de permiso,como un santo sin paraíso,como el ojo del maniquí,huraño como un dandy con lamparones,como un barco sin polizones…,así estoy yo, así estoy yo, sin ti.Más triste que un toreroal otro lado del telón de acero.Así estoy yo, así estoy yo, sin ti.Vencido como un viejo que pierde al tute,lascivo como el beso del coronel,furtivo como el Lute cuando era el Lute,inquieto como un párroco en un burdel,errante como un taxi por el desierto,quemado como el cielo de Chernovil,solo como un poeta en el aeropuerto…,así estoy yo, así estoy yo, sin ti.Inútil como un sello por triplicado,como el semen de los ahorcados,como el libro del porvenir,violento como un niño sin cumpleaños,como el perfume del desengaño…,así estoy yo, así estoy yo, sin ti.Más triste que un toreroal otro lado del telón de acero.Así estoy yo, así estoy yo, sin ti.Amargo como el vino del exiliado,como el domingo del jubilado,como una boda por lo civil,macabro como el vientre de los misiles,como un pájaro en un desfile…,así estoy yo, así estoy yo, sin ti.Más triste que un toreroal otro lado del telón de acero.Así estoy yo, así estoy yo, sin ti.“
„Songoro deja tomar desayuno a los demás, sobretodo en domingo, sino te mando a Stalin“
„Viendo llover, nos quedamos dormidos; viendo llover el cielo azul de un domingo“
„Hay mil podando las ramas del mal por uno que golpea en la raíz, y puede que aquel que otorgue la mayor cantidad de tiempo y de dinero a los necesitados sea el que más haga con su modo de vida para producir la miseria que trata de aliviar en vano. Sería como el piadoso dueño de esclavos que dedica las ganancias del décimo esclavo a comprar la libertad de un domingo para los demás. Algunos muestran su amabilidad con los pobres empleándolos en sus cocinas. ¿No serían más amables si se emplearan allí a sí mismos? Os jactáis de gastar la décima parte de vuestros ingresos en la caridad; tal vez deberíais gastar las nueve décimas partes y acabar con ella. La sociedad recupera entonces sólo una décima parte de la propiedad. ¿Se debe a la generosidad del que la posee o a la negligencia de los oficiales de justicia?“
„Evocaba el sol, la luz blanca que bañaba todo el año las calles de la ciudad y las conservaba tibias, acogedoras, la excitación de los domingos, los paseos a Eten, la arena amarilla que abrasaba, el purísimo cielo azul. Levantaba la vista: nubes grises por todos partes, ni un punto claro. Regresaba a su casa, caminando despacio, arrastrando los pies como viejo.“
„Todos los días antes de la cena y antes de ir a los servicios de los domingos, mi abuela leía la Biblia para mí, y mi abuelo oraba. Incluso teníamos devocionales antes de ir a recoger algodón en los campos. La oración y la Biblia, se convirtieron en una parte de mis pensamientos cotidianos y creencias. Aprendí a poner mi confianza en Dios y a buscarlo con toda mi fuerza.“
„Nos habíamos dicho nuestro amor con la mirada, pero se nos olvidó decirnos el teléfono. Mi amor desesperado la buscó por todo el barrio. Nunca la encontró. En vano esperé verla aparecer en misa de siete, de ocho, de nueve, de diez, de once, de doce. Un domingo, otro, otro…Nunca apareció. Mi vida ahora, lo sé bien, habría sido muy otra de haberla encontrado: tan distinta como el destino de Europa si Napoleón no hubiera perdido en Waterloo. Pero perdió.“
„¡Ah con esas viejas de la crema y nata de la sociedad colombiana que van a misa los domingos y comulgan y después salen a exhibirse sin ningún pudor en las corridas de toros! Me merecen infinitamente más respeto las putas ¡Ah con estos Uribes, Ardilas Lulles, Boteros, López, esa clase dirigente colombiana, el ejemplo que nos dan! ¿Qué diferencia hay entre ellos y los asesinos de las FARC que cargan burros con dinamita para lanzarlos contra el ejército? No sabría precisarlo. Yo, si les digo la verdad, paisanos, entre hijueputas e hijueputas no distingo. Se me nubla la cabeza.“
„Yo nací en la religión de Cristo, con la venda en los ojos. En la religión de quien no tuvo una sola palabra de amor para los animales. En vano la buscarán en los Evangelios, que tanto predican en este país de vivos tantos vivos que viven de ellos. Y sin embargo Cristo nació entre animales: en un pesebre, flanqueado por una mula y un buey. Y el Domingo de Ramos entró en triunfo a Jerusalén montado en un borriquito. Pero no quiso a la mula ni al buey ni al borriquito, no le dio el alma para ello.“
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