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Relacionado con: hora
„Quien trabaja lo hace con la esperanza de ganar con ello un día la liberación de su vida, de poder en su hora dejar de trabajar y… comenzar de verdad a vivir.“
„Da grima escuchar las inepcias que a toda hora se dicen.“
„Es la hora del triunfo de Cristo, por María.“
„Hay naturalezas puramente contemplativas, impropias totalmente para la acción, que, sin embargo, merced a un impulso misterioso y desconocido, actúan en ocasiones con rapidez de que se hubieran creído incapaces.El que, temeroso de que el portero le dé una noticia triste, se pasa una hora rondando su puerta sin atreverse a volver a casa; el que conserva quince días una carta sin abrirla o no se resigna hasta pasados seis meses a dar un paso necesario desde un año antes, llegan a sentirse alguna vez precipitados bruscamente a la acción por una fuerza irresistible, como la flecha de un arco. El moralista y el médico, que pretenden saberlo todo, no pueden explicarse de dónde les viene a las almas perezosas y voluptuosas tan súbita y loca energía, y cómo, incapaces de llevar a término lo más sencillo y necesario, hallan en determinado momento un valor de lujo para ejecutar los actos más absurdos y aun los más peligrosos.Un amigo mío, el más inofensivo soñador que haya existido jamás, prendió una vez fuego a un bosque, para ver, según decía, si el fuego se propagaba con tanta facilidad como suele afirmarse. Diez veces seguidas fracasó el experimento; pero a la undécima hubo de salir demasiado bien.Otro encenderá un cigarro junto a un barril de pólvora, para ver, para saber, para tentar al destino, para forzarse a una prueba de energía, para dárselas de jugador, para conocer los placeres de la ansiedad, por nada, por capricho, por falta de quehacer.Es una especie de energía que mana del aburrimiento y de la divagación; y aquéllos en quien tan francamente se manifiesta suelen ser, como dije, las criaturas más indolentes, las más soñadoras.“
„Oh, tú, el más sabio y bello de los ángeles,Dios traicionado por el destino y de alabanzas privado,¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!Oh, Príncipe del exilio, a quien se ha agraviado,y que, vencido, siempre más poderoso vuelves a levantarte,¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!Tú que todo lo sabes, gran Rey de las cosas subterráneas,tú, familiar sanador de las angustias humanas,¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!Tú que, hasta a los leprosos y los parias malditos,enseñas mediante el amor el sabor del Paraíso,¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!Oh tú que de la Muerte, esa amante vieja y poderosa,engendras la Esperanza, esa adorable loca,¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!Tú que das al condenado esa mirada en torno al cadalsoque, arrogante y serena, a todo un pueblo condena,¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!Tú que sabes en qué rincón de las tierras ansiosasel celosos Dios ocultó sus piedras preciosas,¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!Tú cuya clara mirada conoce los profundos arsenalesen donde duerme amortajado el pueblo de los metales,¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!Tú cuya extendida mano oculta los precipiciosal sonámbulo que vaga al borde de los edificios,¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!Tú que, mágicamente, haces flexibles los viejos huesosdel borracho rezagado al que los caballos atropellaron,¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!Tú que, para consolar al frágil que sufre,nos enseñas a mezclar el salitre y el azufre,¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!Tú que pones tu marca, oh cómplice sutil,en la frente del Creso despiadado y vil,¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!Tú que pones en el corazón de las muchachasel culto a las heridas y el amor a los harapos,¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!Báculo del desterrado, lámpara del inventor,confesor del ahorcado y del conspirador,¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!Padre adoptivo de aquellos a quienes, en su negra cólera,Dios padre del Paraíso terrenal expulsó,¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!¡Gloria y alabanza a ti, Satán, en las alturasdel Cielo, donde reinas, y en las profundidadesdel Infierno, donde, vencido, en silencio sueñas!¡Haz que mi alma un día, bajo el árbol de la Ciencia,cerca de ti descanse, en la hora en que sobre tu frentecomo un Templo nuevo sus ramas se extiendan!“
„¿Conoces como yo la amargura sabrosay haces decir de ti: «¡Qué hombre singular!»?Yo iba a morir. Mezclábanse en mi alma amorosael horror y el deseo: un mal particular;angustia y esperanza, sin actitud facciosa.Cuando el reloj de arena se empezaba a vaciarcrecía mi tortura punzante y deleitosa;mi corazón huía del mundo familiar.Yo era como un niño ávido de espectáculosque odia el telón lo mismo que se odian los obstáculos…y al fin mostrase, fría, la realidad común:había muerto sin susto, y la terrible aurorame envolvía. «Y ¿qué? —dije—, ¿Ha llegado la hora?».El telón se había alzado y yo esperaba aún.“
„A la hora de predicar con el ejemplo, es aconsejable predicar algo que nos guste.“
„El arte da al hombre la experiencia de vivir en un mundo donde las cosas son como deberían ser. Esta experiencia es de crucial importancia para él: Es su salvavidas psicológico. Dado que la ambición del hombre no tiene límite, dado que su búsqueda y logro de valores es un proceso que dura toda la vida -y cuanto más elevados los valores, más dura es la lucha-, el hombre necesita un momento, una hora, cierto período de tiempo en el cual pueda experimentar el sentido de su tarea terminada, el sentido de vivir en un Universo donde sus valores hayan sido exitosamente realizados. Es como un descanso, un momento de repostar combustible mental hacia nuevos logros. El Arte le da este combustible, un momento de alegría metafísica, un momento de amor por la existencia. Como un faro, alzado sobre los oscuros cruces de caminos del mundo, diciendo «Esto es posible.“
„En ciertas estaciones me retiro a un islote, de una hora de circuito y de una elevación prodigiosa, que en crestas acolumnadas se levanta sobre el profundo del mar Mediterráneo. Vase la barca y yo me quedo allí solo por unos días, para unirme con Dios y su Iglesia, en fe, esperanza y amor.“
„A partir de determinada hora de la madrugada, sabes que cualquier tipo que te cruces en un retrete es un golfo, y eso es muy excitante.“
„Le parecía que él mismo era recibido en esta hora en el círculo de los que buscan la verdad.“
„Meditar una hora, entrar un rato dentro de sí e inquirir hasta que punto tienen uno parte y corresponde al desorden del mundo, eso no lo quiere nadie.“
„Señorita Cripslock, señorita Cripslock… esta mañana me he levantado sin otra idea en la cabeza que adelantar papeleo de la Oficina de Correos y a lo mejor resolver el problema del dichoso sello Especial Verde Col de veinticinco peniques. Ya sabe, el que da una col si se planta. ¿Cómo puede esperar que tenga ideada una nueva iniciativa fiscal para la hora de la merienda?“
„El pueblo llano, tras soportar los impuestos excesivos de un rey más estúpido y antipático que los demás, decidió que aquello ya era demasiado, y que ya era hora de acabar con el trasnochado concepto de la monarquía y sustituirlo por lo que resultaron ser una serie de tiranos déspotas que los cargaban con idénticos impuestos, pero al menos no tenían la desfachatez de decir que los dioses les habían dado ese derecho, con lo cual todo el mundo se quedó mucho más satisfecho; o“
„rara vez el hombre digno de ser amado coincide con la hora de amar. Raramente dice la naturaleza «¡Mira!» al pobre ser humano en el instante en que hacerlo así puede conducirle a la felicidad; y pocas veces responde «Aquí» al grito de «¿Dónde?», hasta que ese juego del escondite degenera en un pasatiempo pesado y tedioso.“
„Asistan con gran puntualidad a la hora marcada a sus respectivas clases. Y en estas ármense de gran dulzura y paciencia.“
„Hay algo desmoralizante en observar a dos personas que se excitan más y más locamente entre sí, especialmente cuando la única persona que sobre en la habitación es uno mismo.Es como contemplar París desde el vagón de cola de un expreso que marcha en dirección contraria: a cada instante la ciudad se hace más y más pequeña, sólo que es uno quien se siente cada vez más y más pequeño y más y más solitario, alejándose a toda velocidad de aquellas luces y de aquella agitación, alejándose a cerca de un millón de kilómetros por hora.“
„Tenía una cara triste y deliciosa, con detalles luminosos —los ojos luminosos y la luz apasionada de la boca— y había en su voz una emoción que los hombres que la habían querido no podían olvidar: una vehemencia cantarina, un «óyeme» susurrado, la promesa de que acababa de vivir momentos felices y vibrantes y que momentos felices y vibrantes esperaban en la próxima hora.“
„En el crepúsculo encantado de la metrópolis a veces sentía una fascinante soledad, y la sentía en otros: pobres y jóvenes oficinistas que rondaban los escaparates hasta que llegaba la hora de su solitaria cena en un restaurante; jóvenes oficinistas al anochecer, desperdiciando los momentos más intensos de la noche y de la vida.“
„Nunca creí que fueran necesarias tantas risotadas para sobrevivir a la tristeza. No es que esté uno contento con ser infeliz, sino que nadie puede serlo a toda hora.“
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