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„Que no lo oiga el diablo, señor ministro, El Diablo tiene tan buen oído que no necesita que se le digan las cosas en voz alta, Entonces que dios nos valga, No vale la pena, ése es sordo de nacimiento.“
„Es inútil, como decía en otra ocasión: no nos salvaremos con proyectos, ni con cambios de ministros; y expresándose en una frase vulgar: Esto no tiene vuelta.“
„No puedo olvidar que el Premio Nobel de la Paz no fue sólo algo que tiene lugar, sino que es una comisión – una comisión para trabajar más duro de lo que nunca antes había trabajado para la hermandad del hombre. Es un llamado que me lleva más allá de lealtades nacionales. Pero incluso si no estuviera presente, aun así tendrá que vivir con el sentido de mi compromiso con el ministerio de Jesucristo. Para mí, la relación de este ministerio para la realización de la paz es tan obvia que a veces me sorprendo de los que me preguntan por qué estoy hablando en contra de la guerra. ¿Podrá ser que ellos no sepan que las Buenas Nuevas estan destinadas a todos los hombres; para comunistas y capitalistas, para sus hijos y los nuestros, para blancos y negros, para revolucionarios y conservadores?. ¿Han olvidado que mi ministerio es en obediencia a Aquél que amó a sus enemigos tan completamente que murió por ellos? ¿Qué, entonces, puedo decirle a Vietcong, a Castro, o Mao, como un fiel ministro de Jesucristo? ¿Puedo amenazarlos con la muerte, o no debo mas bien compartir con ellos mi vida?“
„De allí donde Cefeo hace esgrima en solitario cae el Sofisma, la Ignorancia de prava disposición, la necia Fe con sus siervas, ministras y acompañantes.“
„Si mientras se dicen ministros de uno que resucita muertos y sana enfermos, son ellos quienes (peores que todos los otros a quienes nutre la tierra) estropean a los sanos y matan a los vivos, no tanto con el fuego y con el hierro como con su perniciosa lengua.“
„Bondad en el padre, piedad filial en el hijo;gentileza en el hermano mayor, humildad y respeto en el menor;comportamiento justo en el esposo, obediencia en la esposa;consideración humana en los mayores, respeto en los menores;benevolencia en los gobernantes, lealtad en los ministros y los súbditos.“
„Más específicamente, si tienes una cita importante y de pronto te encuentras en la mitad de un embotellamiento, puedes insultar al ministro del transporte, patear el carro, maldecir el día de tu nacimiento, pelear con una señora que mira absorta desde el carro vecino, pitar el claxon como un desaforado, o por el contrario, recostarte, colocar tu música favorita, sacar los pies por la ventanilla y entregarte a los designios de Dios con beneficio de inventario. La primera estrategia segrega adrenalina y cortisona en cantidades industriales, además de hacerte ver como un idiota; la segunda te regala años de vida y, de paso, le agrega un toque de distinción a tu personalidad, que nunca sobra.“
„España es un país en el que por razones históricas, han influido tres factores: los reyes imbéciles, los ministros corruptos y los curas fanáticos. Son los tres elementos que han marcado la historia de España en los últimos seis siglos y esos elementos siguen estando. Los reyes ya no son imbéciles, pero siguen los curas fanáticos y los ministros son corruptos (cuando digo ministros, me refiero a políticos en general, la gente que tiene poder). España es un país muy desgraciado en ese sentido. Todo eso ha inoculado en el español un «cainismo», una desazón personal y política de la que no se recupera.“
„Napoleón nos hizo polvo. En España había un movimiento al que se llamaba «afrancesado» y que reunía a gente como Moratín y Goya, culta, con ideas renovadoras, y la invasión provocó su aplastamiento. Hay que decirlo: buena parte de la culpa la tuvimos los españoles, porque no se trata sólo de que llegara un rey malo que arrasó las libertades alcanzadas en la Constitución de 1812; sino de que los españoles también las tiramos por la ventana. Éste era un país tan miserable, tan cobarde, tan inculto, que cuando recibió una constitución avanzadísima, concebida en el papel por gente de bien y que le daba libertad, en vez de levantarse en su apoyo, se une al carro del despotismo y secunda a Fernando VII en la persecución del espíritu liberal. […] Hay una excusa y es que la gente era analfabeta. Nadie le había enseñado a pensar, estaba en manos de curas fanáticos, de reyes incapaces y de ministros corruptos. Igual se apuñalaba franceses que liberales y luego ibas a misa y te absolvían. Pero ya no es así, la educación es universal y gratuita, existe internet, hay libros de bolsillo, el que quiera puede acceder a la cultura. Hoy es inculto el que quiere. El campesino que pegaba fuego a la iglesia de su pueblo y mataba al cacique en el año 36 quizá tenía una explicación histórica. Ya no; el que hace caso omiso al progreso y la solidaridad es por cobardía, por apoltronamiento y por bajeza moral. Cuando gritamos «¡Vivan las cadenas!» es porque queremos tenerlas. En España nos sigue dando miedo la libertad responsable, aunque la otra nos encanta… Poder mearnos en la esquina nos pone.“
„Sólo hay algo a lo que los hombres con cargos públicos, del rey al ministro, dice, temen más que la educación de sus súbditos: la pluma de los buenos escritores.“
„Le ruego que dejemos a Dios y a sus ministros a un lado. —Ah, eso quisiera yo. Porque cambiar el signo de los tiempos no es asunto de Dios, sino de los hombres. De“
„Me hubiera gustado ser francés hace unas semanas, el día que entró en vigor la ley prohibiendo el uso del velo en los colegios públicos de allí. En un ejercicio admirable de civismo republicano, los dirigentes musulmanes franceses dijeron a sus correligionarios que, incluso pareciéndoles mal la ley, aquello era Francia, que las leyes estaban para cumplirlas, y que quien se beneficia de una sociedad libre y democrática debe acatar las reglas que permiten a esa sociedad seguir siendo libre y democrática. Así, todo transcurrió con normalidad. Al llegar al cole las chicas se quitaban el velo, o no entraban. Y oigan. No hubo un incidente, ni una declaración pública adversa. Políticos, imanes, alumnos. Ese día, todos de acuerdo: Francia. Y ahora imaginen lo que habría ocurrido aquí en el caso –si hubiese habido cojones para aprobar esa ley, que lo dudo– de prohibirse el velo en las escuelas públicas españolas. Cada autonomía, cada municipio y cada colegio aplicando la norma a su aire, unos sí, otros no, gobierno y oposición mentándose los muertos, policías ante los colegios, demagogia, mala fe, insultos a las niñas con velo, insultos a las niñas sin velo, manifestaciones de padres, de alumnos, de sindicatos y de oenegés lo mismo a favor que en contra, el Pepé clamando Santiago y cierra España, el Pesoe con ochenta y seis posturas distintas según el sitio y la hora del día, los obispos preguntando qué hay de lo mío, ministros, consejeros y presidentes autonómicos compitiendo en decir imbecilidades, Llamazares largando simplezas sobre el federalismo intrínseco del Islam, Maragall afirmando la existencia de un Mahoma catalán soberanista, Ibarretxe diferenciando entre musulmanes a secas y musulmanes y musulmanas vascos y vascas, y los programas rosa de la tele, por supuesto, analizando intelectualmente el asunto.“
„Sigo creyendo que en el concilio de Trento España se equivocó de camino: mientras la Europa moderna apostaba por un Dios práctico, emprendedor, aquí fuimos rehenes de otro Dios reaccionario y siniestro, que nos hizo caminar en dirección opuesta al futuro mientras sus ministros proponían quemar, fusilar, prohibir, desterrar costumbres, libros, ideas y hombres. Mientras saboteaban constituciones, bendecían a generales carlistas o levantaban el brazo junto a caudillos paseados bajo palio. Y ahí siguen. Mezclando a Dios con las cosas de comer. Disputando arrogantes y pertinaces, a estas alturas de España, cualquier conquista del sentido común, la libertad y la vida.“
„España es uno de los países más afortunados del mundo, y al mismo tiempo el más estúpido. Aquí vivimos como en ningún otro lugar de Europa, y la prueba es que los guiris saben dónde calentarse los huesos. Lo tenemos todo, pero nos gusta reventarlo. Hablo de ustedes y de mí. Nuestra envilecida y analfabeta clase política, nuestros caciques territoriales, nuestros obispos siniestros, nuestra infame educación, nuestras ministras idiotas del miembro y de la miembra, son reflejo de la sociedad que los elige, los aplaude, los disfruta y los soporta.“
„[Sobre los nacionalismos periféricos] «El precio a pagar, argumentan los gánsteres que se frotan las manos dispuestos a beneficiarse de la subasta. Y mientras, los aprendices de brujo, enredados en un cóctel de probetas y líquidos de cuyos efectos no tienen la menor idea –entre otras cosas porque no han leído un libro de Historia en su puta vida–, proponen sustituir quinientos años de unidad y otros dos mil quinientos de memoria bíblica, grecolatina, árabe, mediterránea y europea, la España perfectamente definida y real, por una cultureta descafeinada y mierdecilla, por lo socialmente correcto que permite arañar votos de buen rollito, por la soplapollez de diseño que tanto llena la boca, en foros multiculturales y otras demagogias, a tanto ministro y a tanta ministra.“
„España empezó a intentar su ingreso en Europa con Franco. Estaba yo de profesor en Salamanca. Tierno Galván se había inventado el funcionalismo europeo, que iba por otro lado, aunque era paralelo enteramente a la perspectiva europea del ministro de Asuntos Exteriores Fernando María Castiella. Europa es una especie de «trust» formado sobre todo por Alemania, Francia y el Benelux.“
„Los ministros del Evangelio deben ser personas capaces de caldear el corazón de las personas, de caminar con ellas en la noche, de saber dialogar e incluso descender a su noche y su oscuridad sin perderse. El pueblo de Dios necesita pastores y no funcionarios clérigos de despacho.“
„La primera reforma debe ser la de las actitudes. Los ministros del Evangelio deben dialogar.“
„Mientras que, en los Estados gobernados por un príncipe asistido por siervos, el príncipe goza de mayor autoridad: porque en toda la provincia no se reconoce soberano sine a él, y si se obedece a otro, a quien además no se tienen particular amor, sólo se lo hace per tratarse de un ministro y magistrado del principe.“
„¿Quién puede llamar ortodoxo a un ministro de la Iglesia que es acusador, criminal y homicida?“
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