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Relacionado con: perros
„No es suficiente enseñar a los hombres una especialidad. Con ello se convierten en máquinas utilizables pero no en individuos válidos. Tiene que recibir un sentimiento vivo de lo bello y lo moralmente bueno. En caso contrario se parece más a un perro bien amaestrado que a un entre armónicamente desarrollado.“
„Alberto pensó súbitamente, en el bautizo de los perros. Por primera vez, después de tres años, sentía esa sensación de impotencia y humillación radical que había descubierto al ingresar al colegio. Sin embargo, ahora era todavía peor: al menos, el bautizo se compartía.“
„Con ese Julio Cortázar era posible ser amigo pero imposible intimar. La distancia que él sabía imponer, gracias a un sistema de cortesías y de reglas a las que había que someterse para conservar su amistad era uno de los encantos del personaje: lo nimbaba de cierto misterio, daba a su vida una dimensión secreta que parecía ser la fuente de ese fondo inquietante, irracional y violento, que transparecía a veces en sus textos, aún los más mataperros y risueños. Era un hombre eminentemente privado, con un mundo interior construido y preservado como una obra de arte al que probablemente sólo Aurora tenía acceso, y para el que nada, fuera de literatura, parecía importar, acaso existir“
„¡Ay, si hoy viviera Cuervo y oyera en lo que se convirtió esto! ¡Wow! «Wow» es la interjección de asombro que está hoy de moda. La tomaron del inglés. Suena como un perro ladrando. Hasta las interjecciones están anglizadas. Nos putiaron el idioma.“
„Por ella, en recuerdo de sus cuentos de brujas que tan feliz me hicieron, puse a mi perra bruja…. Me la regalo un amigo, Miguel Ángel, y me jodió la vida porque lo que tenía que ser para siempre resultó efímero. Buda ya lo dijo: el que tiene tres amores, tendrá tres dolores; el que tiene dos, dos; y el que tiene uno, uno. Mejor no tener ninguno.“
„Somos como los perros, los gatos, las vacas, las ratas… Lo que nos separa de ellos y de los restantes mamíferos frente a las coincidencias es insignificante. Hasta tenemos sus mismas enfermedades. Las ratas nos contagian la peste, pero del mismo modo nosotros se las contagiamos a ellas. Y a los perros les da diabetes, como a nosotros, y sobre todo si les sacamos el páncreas para ver si sí les da. Y les da cáncer, como a nosotros. Y envejecen, como nosotros. Y se mueren, como nosotros. ¿A qué entonces la pretensión bíblica de que el hombre es el rey de la creación? Acaso porque sólo el hombre ha desarrollado el lenguaje hablado, el de las palabras, en el que radica su portentosa capacidad de mentir.“
„Cuando el Estado desapareció del campo, de los pueblos, de las ciudades, en tiempos de Gaviria, de Samper y de Pastrana, ellos fueron los que evitaron que Colombia se convirtiera en otra Cuba, en otra cárcel inmensa bajo un solo tirano. Prefiero un bobo cuatrienal a un tirano eterno.» Al parecer a ud le satisfacen más los perros que los seres humanos, pero recuerde todo lo que se haga contra el uno o el otro es indignante. Los paramilitares son exterminadores de seres humanos, así lo han confesado.“
„¿Sabes que en las calles no hay nadiey adentro de las casas tampoco?Sólo hay ojos en las ventanas.Si no tienes dònde dormirtoca una puerta y te abrirán,te abrirán hasta cierto puntoy verás que hace frío adentro,que aquella casa está vacía,y no quiere nada contigo,no valen nada tus historias,y si insistes con tu ternurate muerden el perro y el gato.“
„Yo no me calloPerdone el ciudadano esperanzadomi recuerdo de acciones miserables,que levantan los hombres del pasado.Yo predico un amor inexorable.Y no me importa perro ni persona:sólo el pueblo es en mí considerable:sólo la Patria a mí me condiciona.Pueblo y Patria manejan mi cuidado:Patria y pueblo destinan mis deberesy si logran matar lo levantadopor el pueblo, es mi Patria la que muere.Es ése mi temor y mi agonía.Por eso en el combate nadie espereque se quede sin voz mi poesía.“
„Yo soy un hombre que ocupa camisetas ahora, pero los ‘wifebeaters’ no pasan de moda. No tanto como mantener perras fanfarroneando.“
„Perro con hueso en la boca, ni muerde ni ladra.“
„En ese momento el perro le respondió a su amo con un gruñido. ¡Por fin! ¡Cuánto habían tenido que esperar! ¡Karenin tiene ganas de jugar! ¡Karenin aún tiene ganas de vivir!Aquel gruñido era la sonrisa de Karenin y ellos querían que la sonrisa durase el mayor tiempo posible.[…]Volvieron a mirarlo y a pensar que Karenin reía y que mientras riera seguiría teniendo un motivo para vivir, aunque estuviera condenado a muerte.“
„Cuando Karenin vio por primera vez a Mefisto, se excitó y estuvo largo rato dando vueltas a su alrededor y olfateándolo. Pero pronto se hizo amigo de él y prefería su compañía a la de los otros perros del pueblo, a los que despreciaba porque estaban atados a sus casetas y ladraban estúpidamente, sin descanso y sin motivo. Karenin comprendió de manera adecuada el valor de lo exclusivo y podría afirmar que estaba orgulloso de su amistad con el cerdo“
„Sigo teniendo ante mis ojos a Teresa, sentada en un tocón, acariciando la cabeza de Karenin y pensando en la debacle de la humanidad. En ese momento recuerdo otra imagen: Nietzsche sale de su hotel en Turín. Ve frente a él un caballo y al cochero que lo castiga con el látigo. Nietzsche va hacia el caballo y, ante los ojos del cochero, se abraza a su cuello y llora.Esto sucedió en 1889, cuando Nietzsche se había alejado ya de la gente. Dicho de otro modo: fue precisamente entonces cuando apareció su enfermedad mental. Pero precisamente por eso me parece que su gesto tiene un sentido más amplio. Nietzsche fue a pedirle disculpas al caballo por Descartes. Su locura (es decir, su ruptura con la humanidad) empieza en el momento en que llora por el caballo.Y ése es el Nietzsche que yo quiero, igual que quiero a Teresa, sobre cuyas rodillas descansa la cabeza de un perro mortalmente enfermo. Los veo a los dos juntos: ambos se apartan de la carretera por la que la humanidad, «ama y propietaria de la naturaleza», marcha hacia adelante.“
„Mirá Agustín, con las amenazas pasa como con los perros bravos: si les tenés miedo, se te echan encima. Si en camio los afrontás con serenidad, entonces te respetan.“
„Me parece contra natura que un hombre se entienda mejor con su perro que con su esposa, que lo enseñe a comer y descomer a sus horas, a contestar preguntas y compartir sus penas.“
„Una noche se embadurnaron de pies a cabeza con melocotones en almíbar, se lamieron como perros y se amaron como locos en el piso del corredor, y fueron despertados por un torrente de hormigas carniceras que se disponían a devorarlos vivos“
„Lo tocó murmurando la letra, con el violín bañado en lágrimas, y con una inspiración tan intensa que a los primeros compases empezaron a ladrar los perros de la calle, y luego los de la ciudad, pero después se fueron callando poco a poco por el hechizo de la música, y el valse terminó con un silencio sobrenatural. El balcón no se abrió, ni nadie se asomó a la calle, ni siquiera el sereno que casi siempre acudía con su candil tratando de medrar con las migajas de las serenatas. El acto fue un conjuro de alivio para Florentino Ariza, pues cuando guardó el violin en el estuche y se alejó por las calles muertas sin mirar hacia atrás, no sentía ya que iba la mañana siguinte, sino que se había ido desde hacía muchos años con la disposición irrevocable de no volver jamás.“
„No le dijo a nadie que se iba, no se despidió de nadie, con el hermetismo férreo con que sólo le reveló a la madre el secreto de su pasión reprimida, pero a la víspera del viaje cometió a conciencia una locura última del corazón que bien pudo costarle la vida. Se puso a la medianoche su traje de domingo, y tocó a solas bajo el balcón de Fermina Daza el valse de amor que había compuesto para ella, que sólo ellos dos conocían y que fue durante tres años el emblema de su complicidad contrariada. Lo tocó murmurando la letra, con el violín bañado en lágrimas, y con una inspiración tan intensa que a los primeros compases empezaron a ladrar los perros de la calle, y luego los de la ciudad, pero después se fueron callando poco a poco por el hechizo de la música, y el valse terminó con un silencio sobrenatural. El balcón no se abrió, ni nadie se asomó a la calle, ni siquiera el sereno que casi siempre acudía con su candil tratando de medrar con las migajas de las serenatas. El acto fue un conjuro de alivio para Florentino Ariza, pues cuando guardó el violín en el estuche y se alejó por las calles muertas sin mirar hacia atrás, no sentía ya que se iba la mañana siguiente, sino que se había ido desde hacía muchos años con la disposición irrevocable de no volver jamás..“
„«En este perro mundo —pensó—, cuando te haces viejo y te duele hasta el sentido común, un mendrugo de amabilidad, o de lástima, es un manjar de dioses.»“
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