Juegos
Todos los emojis
Citas
Blog
Página de inicio
»
prohibición
Relacionado con: prohibición
„A menudo me he interrogado sobre la razón y el sentido de mis rabietas. Creo que se explican en parte por una vitalidad fogosa y por un extremismo al cual nunca he renunciado del todo. Llevaba mis repugnancias hasta el vómito, mis deseos hasta la obsesión; un abismo separaba las cosas que me gustaban de las que no me gustaban. No podía aceptar con indiferencia la caída que me precipitaba de la plenitud al vacío, de la beatitud al horror; si la consideraba fatal, me resignaba; nunca me enojé contra un objeto. Pero me negaba a ceder a esa fuerza impalpable: las palabras; lo que mesublevaba es que una frase lanzada al descuido: «Debes hacerlo… no debes hacerlo», arruinara en un instante mis empresas y mis alegrías. Loarbitrario de las órdenes y de las prohibiciones contra las que chocaba denunciaba su inconsistencia; ayer pelé un durazno: ¿por qué no esa ciruela?, ¿por qué dejar mis juegos justo en este minuto? En todas partes encontraba obligaciones, en ninguna parte su necesidad. En el corazón de la ley que me abrumaba con el implacable rigor de las piedras, yo entreveíauna ausencia vertiginosa: me sumergía en ese abismo, la boca desgarrada por gritos. Aferrándome al suelo, pataleando, oponía mi peso de carne al aéreo poder que me tiranizaba; lo obligaba a materializarse; me encerraban en un cuarto oscuro entre escobas y plumeros; entonces podía golpear con los pies y las manos en muros verdaderos, en vez de debatirme contra inasibles voluntades. Yo sabía que esa lucha era vana; desde el momento en que mamá me había sacado de las manos la ciruela sangrienta, en que Louise había guardado en su bolsa mi pala y mis moldes, yo estaba vencida; pero no me rendía. Cumplía el trabajo de la derrota. Mis sobresaltos, las lágrimas que me cegaban, quebraban el tiempo, borraban el espacio, abolían a la vez el objeto de mi deseo y los obstáculos que me separaban de él. Me hundía en la noche de la impotencia; ya nada quedaba salvo mi presencia desnuda y ellaexplotaba en largos aullidos.“
„Lo siniestro de la censura literaria en Inglaterra es que en su mayor parte es voluntaria. Las ideas impopulares pueden silenciarse, y los hechos inconvenientes mantenerse en la oscuridad, sin necesidad de prohibición oficial.“
„No es extraño que esos pobres premodernos estuviesen locos y fueran miserables y desgraciados. Su mundo no les permitía llevar fácilmente las cosas; no les permitía ser juiciosos, virtuosos, felices. Con madres y amantes, con prohibiciones para las que no estaban condicionados, con las tentaciones y los remordimientos solitarios, con todas sus enfermedades y su aislante dolor, por fuerza sentían intensamente las cosas. Y sintiéndolas así ¿Cómo podrían lograr ser unos seres estables?“
„Esta prohibición de verla era para él como un derecho a amarla.“
„Esa propensión de nuestros contemporáneos a acudir al estado en cuanto tropiezan con algo que les desagrada, así como su humilde sometimiento a las prohibiciones administrativas, aunque éstas les priven de cosas que les agradan, demuestra cuán enraizado tenemos aún en nosotros el espíritu servil.“
„Muchos psiquiatras piensan como Huxley: esas sustancias (alucinógenas) no son más sino menos peligrosas que el alcohol. No es necesario aceptar totalmente esta opinión, aunque a mí me parece que no está muy alejada de la verdad, para reconocer que las autoridades las prohíben no tanto en nombre de la salud publica como de la moral social. Son un desafío a las ideas de actividad, utilidad, progreso, trabajo y demás nociones que justifican nuestro diario ir y venir. El alcoholismo es una infracción a las reglas sociales; todos lo toleran porque es una violación que las confirma. Su caso es análogo al de la prostitución: ni el borracho ni la prostituta y su cliente ponen en duda las reglas que quebrantan. Sus actos son un disturbio, una alteración del orden, no una crítica. En cambio, el recurso a los alucinógenos implica una negación de los valores sociales. Puede entenderse ahora la verdadera razón de la condenación y de su severidad: la autoridad no obra como si reprimiese una práctica reprobable o un delito sino una disidencia. Puesto que es una disidencia que se propaga, la prohibición asume la forma de un combate contra un contagio del espíritu, contra una opinión. La autoridad manifiesta un celo ideológico: persigue una herejía, no un crimen.“
„La prohibición sazona los manjares.“
„Yo no pretendo que el ser humano deje de pecar. Errare humanum est. El error, el pecado, están en el ser mismo del hombre.- ¿Vos querés decir el pecado original?- Eso mismo, vos me comprendés. Pero reconocé que es muy diferente pecar sin sentido de culpa, casi gozozamente, como lo hace el ateo, y pecar, como podemos hacer vos y yo, sintiéndonos cristianamente culpables ante Dios.- Te diré más; yo creo que el sentido de culpa le agrega otro sabor al pecado. Exactamente, otro sabor. ¡Qué cosa aburrida debe ser pecar cuando se es ateo! Realizar lo pecaminoso sin que nadie te pida cuentas.- Horrible. Lo pienso y se me encoje el corazón.- Por eso las grandes obras de arte se han construido siempre alrededor del pecado.-Lo cual, en el fondo, significa construirlas alrededor de Dios.- Naturalmente, porque sin Dios el pecado no existe. Y se han construido alrededor del pecado, porque el pecado está prohibido y tiene castigo, y eso es lo estético: el conflicto entre la prohibición y la culpa. mejor dicho, el arte es la chispa de frotar la prohibición con el castigo- Te salió redondo.- ¿Verdad que sí? Se me ocurrió ahora, mientras te hablaba…“
„Yo, Miguel Littín, hijo de Hernán y Cristina, director de cine y uno de los cinco mil chilenos con prohibición absoluta de regresar, estaba de nuevo en mi país después de doce años de exilio, aunque todavía exiliado dentro de mí mismo: llevaba una identidad falsa, un pasaporte falso, y hasta una esposa falsa. Mi cara y mi apariencia estaban tan cambiadas por la ropa y el maquillaje que ni mi propia madre había de reconocerme a plena luz unos días después.“
„Debajo de la enfermedad, está la prohibición de hacer algo que deseamos o la orden de hacer algo que no deseamos.“
„Tenemos que ser muy conscientes de que debajo de cada enfermedad hay una prohibición. Una prohibición que viene de una superstición.“
„Debajo de la enfermedad, está la prohibición de hacer algo que deseamos o la orden de hacer algo que no deseamos. Toda curación exige la desobediencia a esta prohibición o esa orden. Y para desobedecer es necesario perder el miedo infantil a dejar de ser amado; es decir, abandonado.“
„Las prohibiciones morales no pueden ejercerse más que en épocas en las que la razón se halla sometida.“
„Heredé de mis antepasados las ansias de huir. Dicen que mi sangre es europea. Yo siento que cada glóbulo procede de un punto distinto. De cada nación, de cada provincia, de cada isla, golfo, accidente, archipiélago, oasis. De cada trozo de tierra o de mar han usurpado algo y así me formaron, condenándome a la eterna búsqueda de un lugar de origen. Con los labios expresamente dibujados para exhalar quejas. Con la frente estrujada por todas las dudas. Con la malicia instintiva de la prohibición. Heredé el paso vacilante con objeto de no estatizarme nunca con firmeza en lugar alguno. ¡En todo y en nada! ¡En nada y en todo!“