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Relacionado con: segunda
„Me gusta vivir, respirar mejor que trabajar … mi arte es el de vivir. Cada segundo, cada respiración es un trabajo que no está inscrito en ninguna parte, que no es ni visual ni cerebral, es una especie de euforia constante.“
„¿Quiere usted casarse conmigo? ¿Le dejó mucho dinero su difunto marido? Conteste primero a la segunda pregunta.“
„Conde de Montecristo: «El primer sentimiento fue el de la repugnancia, el segundo fue el de la indiferencia, y el tercero la curiosidad.»“
„Cuando Lila me refirió aquello, dijo también que lo que ella llamaba desbordamiento, pese a habérsele manifestado de forma clara únicamente en esa ocasión, no le resultaba del todo nuevo. Por ejemplo, a menudo había tenido la sensación de instalarse por unas pocas fracciones de segundo en una persona, una cosa, un número o una sílaba, violando sus contornos. Y el día en que su padre la había lanzado por la ventana, mientras volaba en dirección al asfalto, había tenido la certeza absoluta de que unos animalitos rojizos, muy amistosos, se dedicaban a disolver la composición de la calle para transformarla en una materia lisa y blanda. Pero aquella noche de año nuevo fue la primera vez en que notó que unos entes desconocidos rompían el perfil del mundo para revelar su naturaleza espantosa. Aquello la había conmocionado.“
„Pues todos los filósofos dicen al unísono que el todo es una noción segunda y que no es una cosa en la naturaleza, fuera del entendimiento.“
„El segundo atributo, que nosotros llamamos propio, es la providencia. Para nosotros no es otra cosa que el conato, que encontramos en la naturaleza total y en las cosas particulares, y que tiende a mantener y conservar su propio ser.“
„«Cada segundo que inviertes pensando en los sueños de otro, te estás apartando de los tuyos.»“
„Newton se ocupa de la manzana que cae; Dom Pérignon, de la vid que sale de la tierra. El primero encierra el cosmos en fórmulas; el segundo, en botellas. El“
„Me encantan. Sobre todo en el escenario, porque creo que es bastante divertido cuando la luces están sobre mí y mi vestuario, y por una milésima de segundo, ciego a la gente.”.“
„El peor momento fue cuando estaba a punto de cantar, y me atraganté. Tenía un cosquilleo en la garganta y empecé a toser, no pude sacar las palabras. Duró como treinta segundos, pero lo superé, y por suerte a la gente no pareció importarle.“
„¿Sabes cuál es la mayor victoria de una gata sobre un tejado de zinc caliente? Resistir en él todo el tiempo que le sea posible, hasta el último segundo.“
„Fuerza divina es la vida, y cuando un hombre es constante y no se dilapida en múltiples deseos, vicios y pasiones, tal fuerza parece milagrosa en sus resultados. Todos nosotros tenemos la fuerza divina: llama vacilante en todos, a causa de falta de unidad en los deseos y de agotamiento en los vicios. El triunfo es de quien desea una sola cosa y está resuelto a pagar el precio de ella, a dar la vida, sin vacilar un segundo.“
„Lo primero es conocerse, y lo segundo, cultivarse. Nuestra individualidad es nuestro huerto, y la personalidad es nuestro fruto. Individualidad es la obra posible que está en cada hombre en forma de instintos, facilidades, habilidades, tendencias; todo ello proviene de la raza, el medio, la sociedad. Individualidad es lo que está encerrado en nosotros y que puede manifestarse o no, así como en la envoltura del capullo está la semilla, el árbol y los frutos.“
„éste es un mundo duro, hecho para las personas duras, un mundo de individuos que sólo pueden confiar en su propia astucia, decididos a ser más listos que sus enemigos y a superarlos. Al encontrarse con un desconocido, se requiere en primer lugar vigilancia, en segundo lugar vigilancia y en tercer lugar vigilancia. Reunirse, estar juntos y trabajar en equipos tiene sentido en tanto y en cuanto los demás contribuyan a que uno se salga con la suya. No hay razón para que el compañerismo persista luego de que los otros ya no reportan más beneficio, o reportan menos que el que reportaría deshacerse del compromiso y cancelar toda obligación hacia ellos.“
„Pero hay otra clase de felicidad, la que todos hemos estado anhelando y buscando. Esta segunda clase de felicidad es paz y gozo internos y duraderos que sobreviven a cualquier circunstancia.“
„Viviendo cada segundo la primera vez, sabiendo que me quisiste y todo aquello que me diste“
„Es lo mejor, para todos los hombres y mujeres, no nacer; y lo segundo después de esto —la primera cosa que pueden conseguir los hombres— es, una vez nacidos, morir tan rápido como se pueda.“
„El nacionalismo es algo intrínsecamente malo por dos motivos. Primero por creer que unas personas son, por su pertenencia a un grupo, mejores que otras. Segundo, porque cuando el problema es el otro, la solución implícita de este problema siempre será el otro.“
„Así, mis viajes cobraron una segunda dimensión: viajé simultáneamente en el tiempo a la Grecia antigua, a Persia, a la tierra de los escitas) y en el espacio (mi labor cotidiana en Africa, en Asia, en América Latina). El pasado se incorporaba al presente, confluyendo los dos tiempos en el ininterrumpido flujo de la historia“
„Déjame ponerte otro ejemplo de un incidente concreto, uno que me resulta más próximo. Cuando mi esposa tenía ocho años y oía el sonido de las campanillas del camión de los helados bajando por la calle, corría hacia su madre y le pedía una moneda de veinticinco centavos. Su madre contestaba: «Lo siento, cariño, yo no tengo dinero. Ve a pedírselo a papá. Es papá el que tiene todo el dinero». Entonces mi esposa iba a pedírselo a su padre. Éste le daba la moneda, ella iba a comprarse el helado de cucurucho y tan campante. Una semana tras otra se repetía el mismo suceso. Así pues, ¿qué aprendió mi esposa sobre el dinero? En primer lugar, que son los hombres los que tienen todo el dinero. De modo que, una vez que estuvimos casados, ¿qué crees que esperaba de mí? Exacto: dinero. Y ¿sabes qué?, ¡ya no pedía monedas de veinticinco centavos! En cierto modo, se había licenciado. En segundo lugar, aprendió que las mujeres no tienen dinero. Si su madre (la deidad) no lo tenía, era obvio que así es como debería ser ella. Y para validar ese modo de ser se deshacía de forma inconsciente de todo su dinero. Además, lo hacía con absoluta precisión: si le dabas 100 dólares se gastaba 100 dólares; si le dabas 200, se gastaba 200; si le dabas 500, se gastaba 500, y si le dabas 1000, se gastaba 1000. Luego se apuntó a uno de mis cursos y aprendió todo acerca del arte del «apalancamiento» financiero. Entonces le di 2000 dólares, ¡y se gastó 10.000! Traté de explicarle: «No, cariño, «apalancamiento» significa que somos nosotros los que se supone que debemos obtener los 10.000 dólares, no gastarlos». Indudablemente había algo que no estaba asimilando.“
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