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Relacionado con: silencio
„Ojalá fuésemos tan iluminados al punto de escuchar el silencio! Pero aun somos hombres y no sabemos ni siquiera escuchar nuestro propio susurro.“
„Supuso que no habría ninguna ley que prohibiera a un dragón respirar en silencio.“
„Todo es silencio en las salas de los muertos. Todo es olvido en las salas de piedra de los muertos. Contemplad las escaleras que se alzan en las tinieblas; contemplad las salas de la ruina: Éstas son las salas de los muertos, donde hilan las arañas y los grandes circuitos enmudecen uno a uno.“
„La Torre fija en la retinade su ojo mental como un negro friso, y, de pronto, silencio;desaparecida la silueta, desaparecidos incluso los latidos de su propio corazón, mientras el caballetecedía más y más, iniciando su lenta danza final hacia las profundidades, desprendidos sus soportes,agarrada la mano al rocoso e iluminado borde de la condenación; y, tras él, el chico hablando desde muypor debajo, demasiado por debajo, interrumpió el horrible silencio.—Váyase, pues. Existen otrosmundos aparte de éste.“
„Wow. ¿Dónde habéis estado vosotros dos toda mi vida?—Caminando contigo de la mano. ¿No te diste cuenta?Nick se quedó en silencio al percatarse de la verdad de esa declaración. Había caminado de la mano con Dolor y Sufrimiento ya desde su nacimiento.“
„Lloraba en silencio por ella misma, porque había algo profundamente herido en su interior. Yo ignoraba qué era, ni me atrevía a preguntárselo. Me limitaba a decir lo que podía para calmar su dolor y la ayudaba a cerrar los ojos para rehuir la realidad.“
„El silencio más obvio era una calma inmensa y resonante, constituido por las cosas que faltaban“
„Illien. Me gusta esa idea —dijo mi madre—. Vendrían reyes de muy lejos a oír tocar a mi pequeño Kvothe.—Su música pararía las riñas de taberna y las guerras de fronteras —dijo Ben sonriendo.—Mujeres salvajes —añadió mi padre, entusiasmado— posarían los pechos en su cabeza.Hubo un silencio atónito. Entonces mi madre dijo, despacio y con tono amenazante:—Querrás decir «Bestias salvajes posarían la cabeza en su regazo».—Ah, ¿sí?“
„Hay silencios que ni las palabras pueden ahuyentar.“
„Luego toqué la canción que se esconde en el centro de mí. Esa música sin letra que recorre los rincones secretos de mi corazón. La toqué con cuidado, desgranando las notas lenta y suvamente en el oscuro silencio nocturno. Me gustaría poder decir que es una canción alegre, que es dulce y animada, pero no lo es.“
„He oído lo que los poetas escriben sobre las mujeres. Componen rimas y rapsodias, y mienten. He visto a marineros en la orilla contemplando en silencio la lenta ondulación del mar. He visto a viejos soldados con el corazón de cuero que derramaban lágrimas al ver los colores de su rey ondeando al viento.Creedme: esos hombres no saben nada del amor.No lo encontraréis en las palabras de los poetas ni en la mirada anhelante de los marineros. Si queréis saber algo del amor, miradle las manos a un músico de troupe cuando toca un instrumento. Los músicos de troupe sí saben.“
„Volvía a ser de noche. En la posada Roca de Guía reinaba el silencio, un silencio triple.El primer silencio era una calma hueca y resonante, constituida por las cosas que faltaban. Si hubiera habido caballos en los establos, estos habrían piafado y mascado y lo habrían hecho pedazos. Si hubiera habido gente en la posada, aunque solo fuera un puñado de huéspedes que pasaran allí la noche, su agitada respiración y sus ronquidos habrían derretido el silencio como una cálida brisa primaveral. Si hubiera habido música… pero no, claro que no había música. De hecho, no había ninguna de esas cosas, y por eso persistía el silencio.En la posada Roca de Guía, un hombre yacía acurrucado en su mullida y aromática cama. Esperaba el sueño con los ojos abiertos en la oscuridad, inmóvil. Eso añadía un pequeño y asustado silencio al otro silencio, hueco y mayor. Componían una especie de aleación, una segunda voz.El tercer silencio no era fácil reconocerlo. Si pasabas una hora escuchando, quizá empezaras a notarlo en las gruesas paredes de piedra de la vacía taberna y en el metal, gris y mate, de la espada que colgaba detrás de la barra. Estaba en la débil luz de la vela que alumbraba una habitación del piso de arriba con sombras danzarinas. Estaba en el desorden de unas hojas arrugadas que se habían quedado encima de un escritorio. Y estaba en las manos del hombre allí sentado, ignorando deliberadamente las hojas que había escrito y que había tirado mucho tiempo atrás.El hombre tenía el pelo rojo como el fuego. Sus ojos eran oscuros y distantes, y se movía con la sutil certeza de quienes saben muchas cosas.La posada Roca de Guía era suya, y también era suyo el tercer silencio. Así debía ser, pues ese era el mayor de los tres silencios, y envolvía a los otros dos. Era profundo y ancho como el final del otoño. Era grande y pesado como una gran roca alisada por la erosión de las aguas de un río. Era un sonido paciente e impasible como el de las flores cortadas; el silencio de un hombre que espera la muerte.“
„… y cuando la campana de la torre da la hora, esta no rompe el silencio sino que lo sostiene.“
„Una mano pequeña y fría me acarició la mejilla.—No pasa nada —dijo Auri en voz baja—. Ven aquí.Empecé a llorar en silencio, y ella deshizo con cuidado el apretado nudo de mi cuerpo hasta que mi cabeza reposó en su regazo. Empezó a murmurar, apartándome el cabello de la frente; yo notaba el frío de sus manos contra la ardiente piel de mi cara.—Ya lo sé —dijo con tristeza—. A veces es muy duro, ¿verdad?Me acarició el cabello con ternura, y mi llanto se intensificó. No recordaba la última vez que alguien me había tocado con cariño.—Ya lo sé —repitió—. Tienes una piedra en el corazón, y hay días en que pesa tanto que no se puede hacer nada. Pero no deberías pasarlo solo. Deberías haberme avisado. Yo lo entiendo.Contraje todo el cuerpo y de pronto volví a notar aquel sabor a ciruela.—La echo de menos —dije sin darme cuenta. Antes de que pudiera agregar algo más, apreté los dientes y sacudí la cabeza con furia, como un caballo que intenta liberarse de las riendas.—Puedes decirlo —dijo Auri con ternura.Volví a sacudir la cabeza, noté sabor a ciruela, y de pronto las palabras empezaron a brotar de mis labios.—Decía que aprendí a cantar antes que a hablar. Decía que cuando yo era un crío ella tarareaba mientras me tenía en brazos. No me cantaba una canción; solo era una tercera descendente. Un sonido tranquilizador. Y un día me estaba paseando alrededor del campamento y oyó que yo le devolvía el eco. Dos octavas más arriba. Una tercera aguda y diminuta. Decía que aquella fue mi primera canción.—Nos la cantábamos el uno al otro. Durante años. —Se me hizo un nudo en la garganta y apreté los dientes.—Puedes decirlo —dijo Auri en voz baja—. No pasa nada si lo dices.—Nunca volveré a verla —conseguí decir. Y me puse a llorar a lágrima viva.—No pasa nada —dijo Auri—. Estoy aquí. Estás a salvo.“
„Era un sonido paciente e impasible como el de las flores cartadas; el silencio de un hombre que espera la muerte.“
„Ahora que no estás el silencio es un ruido que lastima tremendamente mis oídos.“
„…: el silencio que los jóvenes han de guardar ante personas de más edad; cómo han de hacer que se sienten y levantarse ellos en su presencia; el respeto de los propios padres; y también el modo de cortarse el pelo, de vestir y calzar, el pergeño general del cuerpo y, en fin, todo cuanto hay de semejante a esto. ¿No te parece?“
„En las largas horas de silencio se me atropellan los recuerdos, todo me ha sucedido en el mismo instante, como si mi vida entera fuera una sola imagen ininteligible.“
„Si pudiera permanecer inmóvil, sin hablar ni pensar, sin suplicar, llorar, recordar o esperar, si pudiera sumergirme en el silencio más completo, tal vez entonces podría oírte, hija.“
„Mi vida ha consistido en desafiar la autoridad, lo que me enseñaron de pequeña. La vida es puro ruido entre dos silencios abismales. Silencio antes de nacer, silencio después de la muerte.“
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