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Relacionado con: suerte
„No, por Dios. Con un poco de suerte, lo hará como tú. Como dice Cary, no todo se le puede dar bien o, de lo contrario, tendremos que empezar a odiarlo.“
„El saber no era bueno para las gentes vulgares y quizá podía descontentarles con la suerte de Dios les había señalado en este mundo, y Dios no tolera que nadie esté descontento de sus planes. Teníamos“
„Debe señalarse que los principios religiosos sufren una suerte de flujo y reflujo en la mente humana y que los hombres tienen una tendencia natural a elevarse de la idolatría al monoteísmo y a recaer de nuevo del monoteísmo en la idolatría.“
„Yo no soy moderno. Yo soy yo, me entendés. Tengo treinta y cuatro años ¡que moderno! No me pinto, no tengo pelos, no sé… no me veo. Yo soy yo, soy de verdad arriba del escenario y, por suerte, tengo buenos músicos que pueden respaldar un poco mi energía… mi inventiva. Al principio yo era uno de los músicos. Acá hay muy buenos instrumentistas pero no saben hacer temas. Yo soy el nexo. Ahora con Sumo trabajamos en estudio: va uno u otro, después voy yo y le pongo algo encima y después todo eso se escucha cuando estamos todos en el sótano, que es nuestro, y ahí ensayamos y es donde sacamos cosas, lo mejor de todo lo que hicimos. Pero nosotros no ensayamos casi nunca. La ultima vez que ensayamos fue antes de Obras… No necesitamos ensayar. Tenemos un repertorio como de cuarenta temas que podemos tocar sin ensayar.“
„Pues bien, no es posible dar un principado a todos, no es posible que todos tengan la misma suerte, pero sí es posible que a todos se les ofrezca por igual.“
„Es inútil. El vacío auténtico, como un blindaje, acoraza su vida. Se detiene junto a una silla, la toma por el respaldar, hace ruido con ella golpeando las patas contra el piso; pero este ruido es insuficiente para desteñir el vacío teñido de gris. Deliberadamente hace pasar ante sus ojos paisajes anteriores, recuerdos, sucesos; pero su deseo no puede engarfiar en ellos, resbalan como los dedos de un hombre extenuado por los golpes de agua, en la superficie de una bola de piedra. Los brazos se le caen a lo largo del cuerpo, la mandíbula se le afloja. Es inútil cuanto haga para sentir remordimiento o para encontrar paz. Igual que las fieras enjauladas, va y viene por su cubil frente a la indestructible reja de su incoherencia. Necesita obrar, mas no sabe en qué dirección. Piensa que si tuviera la suerte de encontrarse en el centro de una rueda formada por hombres desdichados, en el pastizal de una llanura o en el sombrío declive de una montaña, él les contaría su tragedia. Soplaría el viento doblando los espinos, pero él hablaría sin reparar en las estrellas que empezaban a ser visibles en lo negro. Está seguro que aquel círculo de vagabundos comprendería su desgracia; pero allí, en el corazón de una ciudad, en una pieza perfectamente cúbica y sometida a disposiciones del digesto municipal, es absurdo pensar en una confesión. ¿Y si lo viera a un sacerdote y se confiara a él? Mas, ¿qué puede decirle un señor afeitado, con sotana y un inmenso aburrimiento empotrado en el caletre? Está perdido, ésa es la verdad; perdido para sí mismo.“
„Existe una suerte de denominador común entre todas las grandes civilizaciones y culturas clásicas: para quienes vivían en ellas, todas eran inmortales.“
„[…]¡La vida, como el tren, hija mía sigue adelante! ¡Y es una suerte que sea así“
„Las mujeres tienen suerte, aunque el noventa y nueve por ciento no lo sabe. ¿A qué edad se lanzó Santa Teresa a reformar monasterios? A los cincuenta. Y podría citar muchos casos más. De los veinte a los cuarenta las mujeres se hallan absortas biológicamente… y con toda razón. Se preocupan de los niños, los maridos, los amantes… Las relaciones personales. O subliman todas estas cosas y se lanzan a una carrera, de forma típicamente femenina y emocional. Pero la segunda floración natural es de la mente y el espíritu y su edad cuando una alcanza la madurez. Según van envejeciendo, las mujeres se interesan más en cosas impersonales. Los intereses masculinos se reducen, los de las mujeres se amplían. A los sesenta un hombre se repite, por lo general, como un gramófono. A la misma edad, una mujer, si tiene cierto individualismo, es un ser interesante.“
„Mi lengua es una lengua viva. Utilizo frases hechas, lengua coloquial, juegos de palabras, que no necesariamente funcionan en otras lenguas… La suerte de los poetas en el exterior depende de los traductores.“
„El hombre que dijo «preferiría ser afortunado que bueno», tenía una profunda perspectiva de la vida. La gente teme reconocer qué parte tan grande de la vida depende de la suerte. Da miedo pensar que sea tanto sobre lo que no tenemos control. Hay momentos en un partido de tenis en el que la pelota alcanza a pegar en la red y por una décima de segundo puede seguir su trayectoria o bien caer hacia atrás. Con un poco de suerte sigue su trayectoria y ganas. O tal vez no y pierdes.“
„Infinidad de personas en el mundo se han quedado atrapadas en nichos emocionales a la espera de que su suerte cambie, sin ver que son ellas mismas quienes deben hacer su revolución afectiva. Cada quien reinventa el amor a su manera y de acuerdo con sus necesidades y creencias básicas, cada quien lo construye o lo destruye, lo disfruta“
„Nunca pensé que sería una estrella. Me encantaba actuar y me divertía mucho y no quiero olvidar esa sensación. Nunca he hecho cosas pensando en el dinero. Siempre he intentado hacer cosas que me gustan y que me gustaría ver. Creo que la suerte también tiene que ver en esto. Tienes que estar en el lugar adecuado en el momento preciso.“
„El orden es la servidumbre, embotamiento de la inteligencia, el envilecimiento de la raza humana, mantenido por el hierro, por el látigo y el fuego; es la muerte contínua por el grisú, sepultando a miles de desventurados mineros, destrozados, convertidos en piltrafas por la rapacidad de los patrones o ametrallados, acribillados a bayonetazos, si intentan quejarse de su suerte negra. El orden, en fin, es el lago de sangre en que ahogaron a la Comune de París; es la muerte de treinta mil hombres, mujeres y niños, destrozados por las bombas y la metralla, enterrados con el blanco sudario de cal viva en las calles de París; es el destino de la juventud rusa condenada a pudrirse en las cárceles y a ser sepultada en las nieves de la Siberia, y los mejores, los más enérgicamente puros, los más heroicos, a morir ahorcados por la cuerda del verdugo. ¡He ahí el orden!.“
„La suerte favorece sólo a la mente preparada.“
„Una de aquellas sonrisas hechas de esa lucidez y esa mirada penetrante que en las mujeres constituye exclusivo patrimonio; fruto de siglos y siglos de ver, en silencio, a los hombres cometiendo toda suerte de estupideces“
„No todos los pueblos son igual de razonables para elegir su conveniencia o su destiño, ni igual de cínicos para justificarse después ante la Historia o ante sí mismos. En cuanto a nosotros, fuimos hombres de nuestro siglo: no escogimos nacer y vivir en aquella España, a menudo miserable y a veces magnífica, que nos tocó en suerte; pero fue la nuestra.“
„la suerte de contar entre las piernas con algo que ofrecer: el recurso eterno de las mujeres en todas las miserias y todas las guerras, desde que el mundo tenía memoria. Los“
„Fue un hombre con mala suerte, de ésos que nacen con la marca de la derrota y nunca logran quitársela de encima.“
„«Cuando Héctor o Aquiles no tienen la suerte de morir en Troya, se convierten en Ulises intentando regresar a Ítaca bajo un cielo sin dioses, y llamándose Nadie para sobrevivir en la cueva del cíclope. Cualquier imbécil puede ser Héctor o Aquiles. Lo difícil es ser Ulises con una Troya ardiendo en la memoria. Ése es el héroe que me interesa, y con él escribo novelas. Quizá porque a mi edad soy más Ulises que Aquiles y yo también tengo sangre en las uñas y alguna Troya ardiendo a las espaldas. En realidad, todas mis novelas hablan sobre lo mismo: sobre ese Ulises, hombre o mujer, moviéndose por territorio hostil. Por territorio enemigo».“
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