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Relacionado con: telos
„Una vez fuimos a Tel Aviv a pasar la fiesta de Pésaj y, por la mañana temprano, cuando todos aún dormían, me vestí y me fui a jugar solo a una placita donde había un banco o dos, un columpio, una zona infantil y tres o cuatro árboles jóvenes donde ya cantaban los pájaros. Al cabo de unos meses, en Año Nuevo, volvimos a ir a Tel Aviv y la plaza ya no estaba allí. La habían trasladado, con los pequeños árboles, el columpio, el banco, los pájaros y la zona infantil, al otro lado de la calle. Me quedé desconcertado: no comprendía por qué Ben Gurión y las autoridades competentes permitían hacer algo así.“
„Las leyes son semejantes a las telas de araña: contienen lo débil y lo ligero, y son deshechas y traspasadas por lo fuerte y lo poderoso.“
„Esos medios alternativos, o como se llamen, o comunitarios, son vitales hoy en día, porque la información masiva que nos llega por los grandes medios es totalmente alienante. Son mentiras cada día, ejemplos tengo miles. Pero na’ más que ver en Europa cómo los grandes medios de comunicación (hasta los que se dicen de izquierda) hablan de Cuba o hablan de Venezuela, es escandaloso. No es periodismo, es Propaganda. No es justo, entonces menos mal que hay todas esas televisiones, o teles, o radios, o fanzines que intentan difundir una visión diferente.“
„¿Sabes como ve CUATRO el Rey Booker? Poniendo cuatro teles, una encima de otra.“
„Juan Barreto dejó de ser un hippy insolvente y pasó a ser un hippy de salón, al que su talento para inmortalizar en las telas a potrancas, yeguas, reproductores y corredores («bichos de los que yo era completamente ignorante») fue abriendo poco a poco las puertas de las casas de los dueños y criadores de caballos de Newmarket.“
„Me río de una honradez sospechosa que tantas veces sirvió para la desgracia propia o ajena, mientras por debajo las traiciones y las deshonestidades tejían sus telas de araña sin que pudiera impedirlo, simplemente consintiendo que otros, delante de mi, fueran traidores o deshonestos sin que yo hiciera nada por impedirlo, doblemente culpable.“
„La mayoría de las personas son otras personas. Sus pensamientos son las opiniones de otro, su vida un remedo, sus pasiones una cita. Cristo no fue sólo el Individualista supremo, sino el primero de la Historia. Se ha querido hacer de él un vulgar Filántropo, como los espantosos filántropos del siglo diecinueve, o se le ha colocado como Altruista al lado de los acientíficos y los sentimentales. Pero en realidad no fue ni lo uno ni lo otro. Tiene compasión, naturalmente, de los pobres, de los que están encerrados en las cárceles, de los humildes, de los desdichados, pero tiene mucha más compasión de los ricos, de los hedonistas duros, de los que dilapidan su libertad en hacerse esclavos de las cosas, de los que visten telas suaves y viven en las casas de los reyes. La Riqueza y el Placer le parecían tragedias realmente mayores que la Pobreza y el Dolor. Y en cuanto al Altruismo, ¿quién supo mejor que él que es la vocación y no la volición lo que nos determina, y que no se pueden recoger uvas de los espinos ni higos de los cardos? Vivir para los demás como objetivo concreto y deliberado no fue su credo. No fue la base de su credo. Cuando dice: « Perdonad a vuestros enemigos», no lo dice por el bien del enemigo sino por el bien de uno mismo, y porque el Amor es más bello que el Odio. Cuando ruega al joven al que amó con verle: «Vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres », no es en el estado de los pobres en lo que está pensando, sino en el alma del joven, el alma gentil que la riqueza estaba desfigurando. En su visión de la vida coincide con el artista que sabe que por la ley inevitable del propio perfeccionamiento el poeta ha de cantar, y el escultor pensar en bronce, y el pintor hacer del mundo espejo de sus estados de ánimo, tan seguro y tan cierto como que el majuelo ha de florecer en primavera, y el trigo llamear de oro al tiempo de la siega, y la Luna en sus ordenadas andanzas cambiar de escudo en hoz y de hoz en escudo.“