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„La vejez es un tirano que prohibe, bajo pena de muerte, todos los placeres de la juventud.“
„Sustituir el amor propio por el amor a los demás es cambiar un tirano insufrible por un buen amigo.“
„¿Napoleón emperador? Es un hombre como los demás -dijo Beethoven a su discípulo -. ¡Ahora va a pisotear todos los derechos humanos, sólo se guiará por su ambición, querrá ponerse por encima de todos, y se convertirá en un tirano!“
„… es un hecho comprobado que el pueblo ha logrado cambiar muchas veces de tirano, más nunca suprimirlo;…“
„El árbol de la libertad debe ser vigorizado de vez en cuando con la sangre de patriotas y tiranos: es su fertilizante natural.“
„Un príncipe cuyo carácter está marcado por todos los actos que definen a un tirano no es apto para ser el gobernador de un pueblo libre.“
„Ser tirano no es ser, es dejar de ser y hacer que dejen de ser todos.“
„La paciencia es virtud vencedora, y hace a los reyes poderosos y justos. La impaciencia es vicio del demonio, seminario de los más horribles y artífice de los tiranos.“
„Incluso la peor de las situaciones, si en tal nos hallamos, se descompone en elementos simples entre los cuales habrá algunos a los que asirse, como las ramas de un arbusto que creciese en la costa, para oponer resistencia a los remolinos que nos tiran hacia el fondo. Esa grieta, ese islote y esa rama nos mantienen en la superficie de la existencia.“
„Tengo treinta años y todavía me siento como una niña pequeña. Todavía miro alrededor para ver qué hacen los demás y así asegurarme de que no soy completamente distinta; todavía miro alrededor en busca de ayuda, de un codazo amistoso y un consejo dicho en voz baja. Pero al parecer no atraigo la atención de nadie. Nadie más parece estar mirando alrededor preguntándose qué hacer. ¿Por qué será que me siento como si fuese la única persona que está confundida y preocupada por las decisiones que he tomado y el futuro que me aguarda? Mire donde mire, sóloveo personas que tiran adelante. Quizá tendría que seguir su ejemplo.“
„El derecho de rebelión es sagrado porque su ejercicio es indispensable para romper los obstáculos que se oponen al derecho de vivir. Rebeldía, grita la mariposa al romper el capullo que la aprisiona; rebeldía, grita la yema al desgarrar la recia corteza que le cierra el paso; rebeldía, grita el grano en el surco al agrietar la tierra para recibir los rayos del sol; rebeldía, grita el tierno ser humano al desgarrar las entrañas maternas; rebeldía, grita el pueblo cuando se pone de pie para aplastar a tiranos y explotadores. La rebeldía es la vida; la sumisión es la muerte.“
„En California no tiran la basura: la convierten en programas de televisión.“
„El pacifismo lo predican los poderosos porque asegura la permanencia de los tiranos en el poder.“
„Aquí pocas veces nos gobernó la razón. Solemos quemarla, fusilarla, meterla en la cárcel u obligarla al exilio. Casi siempre nos gobernaron las vísceras, el fanatismo, la incultura, los confesores del rey y de la reina, los sinvergüenzas, los criminales y los cobardes. Con la colaboración entusiasta o indiferente, cómplice por activa o pasiva, de sucesivas generaciones de ovejas encantadas de serlo. No es casual que todos nuestros tiranos, real o metafóricamente, mueran en la cama.“
„Ahí les tienen —ríe Bringas, cáustico—: resignados a lo poco que tienen, se arrodillan, rezan y besan la mano de curas y príncipes porque sus padres, tan idiotas como ellos, les enseñaron a hacerlo… No son los tiranos los que hacen esclavos. Son los esclavos los que hacen a los tiranos.“
„Hoy digo Bringas algo en lo que convengo: no son los tiranos lo que hacen a los esclavos, sino éstos quienes hacen a los tiranos.- Con un agravante, querido amigo… En los tiempos de oscuridad, la ignorancia del hombre era disculpable. En un siglo ilustrado como éste, resulta imperdonable.“
„Nos acostumbramos a la tracción a sangre de los chicos y las mujeres en las noches del centro cargando lo que otros tiran.“
„13) Desde que empecé estas notas sin texto oigo como rumor de fondo algo que escribiera Jaime Gil de Biedma sobre el no escribir. Sin duda, sus palabras aportan mayor complejidad al laberíntico tema del No: «Quizá hubiera que decir algo más sobre eso, sobre el no escribir. Mucha gente me lo pregunta, yo me lo pregunto. Y preguntarme por qué no escribo, inevitablemente desemboca en otra inquisición mucho más azorante: ¿por qué escribí? Al fin y al cabo lo normal es leer. Mis respuestas favoritas son dos. Una, que mi poesía consistió -sin yo saberlo- en una tentativa de inventarme una identidad; inventada ya, y asumida, no me ocurre más aquello de apostarme entero en cada poema que me ponía a escribir, que era lo que me apasionaba. Otra, que todo fue una equivocación: yo creía que quería ser poeta, pero en el fondo quería ser poema. Y en parte, en mala parte, lo he conseguido; como cualquier poema medianamente bien hecho, ahora carezco de libertad interior, soy todo necesidad y sumisión interna a ese atormentado tirano, a ese Big Brother insomne, omnisciente y ubicuo: Yo. Mitad Calibán, mitad Narciso, le temo sobre todo cuando le escucho interrogarme junto a un balcón abierto: «¿Qué hace un muchacho de 1950 como tú en un año indiferente como éste?» All the rest is silence.“
„Cuando los tiranos parecen besar ha llegado el momento de echarse a temblar.“
„«¡Oh, mentes candorosas!»Para que no se olvide el tema capital,por doquier hemos visto sin haberlo buscado,de lo excelso a lo bajo de la escala fatal,el tedioso espectáculo del inmortal pecado:»la mujer, vil esclava, estulta y orgullosa,que adorándose ríe y se adora bestial;el hombre, ávido déspota de alma licenciosa,esclavo de la esclava y afluente de albañal;»el verdugo gozoso, el mártir sollozante;el festín que sazona el alma y la perfuma;veneno del poder del tirano exultante,y el pueblo, fiel al látigo que lo humilla y abruma;»religiones que se asemejan a la nuestra,odas en pos del cielo; la pura Santidad,tal en lecho de pluma un gazmoño se muestra,buscando en el cilicio la voluptuosidad;»la Humanidad locuaz, que en su genio porfíay loca, hoy como antes, con la luz por testigo,grita a Dios, en su colérica agonía:“Oh tú, mi semejante, maestro, ¡te maldigo!”.“
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