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„«Observo mis pensamientos y tomo únicamente en consideración aquellos que me infundan poder».“
„Esa época de tomar alucinógenos ya la pasé. Yo fumo y tomo, que es mi necesidad. No soy borracho, soy alcohólico. Acá al lado hay dos bares y vienen empleados estatales. Todos los borrachines paran en el segundo bar. Cuando llegue acá todo el mundo me miraba mal. Después salí en Clarín creo y entonces un día unos tipos que yo siempre veía me llaman y me dicen `vení, sentate` y yo les dije: `La primera cosa que quiero decir es que… vos sos alcohólico (señalando a cada uno) y vos sos alcohólico y vos sos… y yo también soy alcohólico`.“
„Esa época de tomar alucinógenos ya la pasé. Yo fumo y tomo, que es mi necesidad. No soy borracho, soy alcohólico. Acá al lado hay dos bares y vienen empleados estatales. Todos los borrachines paran en el segundo bar. Cuando llegue acá todo el mundo me miraba mal. Después salí en Clarín creo y entonces un día unos tipos que yo siempre veía me llaman y me dicen `vení, sentate` y yo les dije: `La primera cosa que quiero decir es que… vos sos alcohólico (señalando a cada uno) y vos sos alcohólico y vos sos… y yo también soy alcohólico`.» «yo me di cuenta de que era alcohólico cuando me levantaba a la mañana y necesitaba un vaso de vino… Ahí sos un drogadicto… pero el alcohol es pesado, yo no sabía que era así… si sos alcohólico, no borracho, vas viendo cosas que nunca habías visto antes, como en la gente, en las situaciones. Todos los grandes filósofos fueron alcohólicos. Yo no le hago la apología al alcoholismo, porque es horrible. Yo voy a dejar de tomar. Dentro de poco a retirar algo de mi guita de SADAIC y me voy a meter en un lugar… qué sé yo… en Formosa. Internarme en un lugar en Formosa… la provincia desconocida… No conozco una sola persona que me haya dicho `fui a Formosa`. Yo amo a Formosa. Nunca fui y quiero ir.“
„Contrario a la expectativa. Un hombre sabio, la maravilla de su época, le enseñaba a sus discípulos a través de lo que parecía ser una inagotable fuente de sabiduría. Él atribuía todo su conocimiento a un grueso tomo que estaba guardado en un lugar privilegiado de su habitación. El sabio no le permitía a nadie abrir el volumen. Cuando murió, aquellos que siempre lo habían seguido, considerándose como sus herederos y ansiosos por poseer lo que contenía, corrieron tras el libro para abrirlo. Quedaron sorprendidos, confundidos y decepcionados cuando hallaron que lo escrito ocupaba apenas una hoja. Quedaron aún más desconcertados y luego irritados cuando intentaron penetrar en el significado de la frase que sus ojos habían encontrado. Era: “Cuando te des cuenta de la diferencia entre el contenedor y el contenido, tendrás el conocimiento.“
„Cuando volví a verlo, cuando iniciamos esta segunda amistad que espero no terminará ya nunca, dejé de pensar en toda forma de ataque. Quedó resuelto que no le hablaría jamás de Inés ni del pasado y que, en silencio, yo mantendría todo aquello viviente dentro de mí. Nada más que esto hago, casi todas las tardes, frente a Roberto y las caras familiares del café. Mi odio se conservará cálido y nuevo mientras pueda seguir viviendo y escuchando a Roberto; nadie sabe de mi venganza, pero la vivo, gozosa y enfurecida, un día y otro. Hablo con él, sonrío, fumo, tomo café. Todo el tiempo pensando en Bob, en su pureza, su fe, en la audacia de sus pasados sueños. Pensando en el Bob que amaba la música, en el Bob que planeaba ennoblecer la vida de los hombres construyendo una ciudad de enceguecedora belleza para cinco millones de habitantes, a lo largo de la costa del río; el Bob que no podía mentir nunca; el Bob que proclamaba la lucha de los jóvenes contra los viejos, el Bob dueño del futuro y del mundo. Pensando minucioso y plácido en todo eso frente al hombre de dedos sucios de tabaco llamado Roberto, que lleva una vida grotesca, trabajando en cualquier hedionda oficina, casado con una mujer a quien nombra “mi señora”; el hombre que se pasa estos largos domingos hundido en el asiento del café, examinando diarios y jugando a las carreras por teléfono.Nadie amó a mujer alguna con la fuerza con que yo amo su ruindad, su definitiva manera de estar hundido en la sucia vida de los hombres. Nadie se arrobó de amor como yo lo hago ante sus fugaces sobresaltos, los proyectos sin convicción que un destruido y lejano Bob le dicta algunas veces y que sólo sirven para que mida con exactitud hasta donde está emporcado para siempre.No sé si nunca en el pasado he dado la bienvenida a Inés con tanta alegría y amor como diariamente le doy la bienvenida a Bob al tenebroso y maloliente mundo de los adultos. Es todavía un recién llegado y de vez en cuando sufre sus crisis de nostalgia. Lo he visto lloroso y borracho, insultándose y jurando el inminente regreso a los días de Bob. Puedo asegurar que entonces mi corazón desborda de amor y se hace sensible y cariñoso como el de una madre. En el fondo sé que no se irá nunca porque no tiene sitio donde ir; pero me hago delicado y paciente y trato de conformarlo. Como ese puñado de tierra natal, o esas fotografías de calles y monumentos, o las canciones que gustan traer consigo los inmigrantes, voy construyendo para él planes, creencias y mañanas distintos que tienen luz y el sabor del país de juventud de donde él llegó hace un tiempo. Y él acepta; protesta siempre para que yo redoble mis promesas, pero termina por decir que sí, acaba por muequear una sonrisa creyendo que algún día habrá de regresar al mundo de las horas de Bob y queda en paz en medio de sus treinta años, moviéndose sin disgusto ni tropiezo entre los cadáveres pavorosos de las antiguas ambiciones, las formas repulsivas de los sueños que se fueron gastando bajo la presión distraída y constante de tantos miles de pies inevitables.“
„Fui y seré me ponen triste…; tomo un gramo (de soma) y sólo soy.“
„Dirán que por no ser yo un hombre de letras, no puedo expresar bien lo que deseo tratar. Pero ellos no saben que mis cosas han de ser tomadas, más que de las palabras ajenas, de la experiencia, que es la maestra de quien bien escribe, y como tal la tomo como maestra, y en todos los casos la alegaré.“
„Realmente, si quiero resumir mi actitud hacia la cuestión de Dios, es esta: Por todo lo que sé, la definición de Dios es “lo que la mente humana no puede entender”. Siendo una racionalista, de mente literal, y creyendo que es una obligación moral el creer realmente lo que uno dice, tomo literalmente la palabra a los que dan esta definición, estoy de acuerdo con ellos y les obedezco: No lo entiendo.“
„De lo que tomo, tomo de más o de menos, no tomo lo justo. Lo justo no me sirve.“
„A la vista de mis servicios en África, tengo la posibilidad de morir mediante veneno. Esos dos generales lo han traído con ellos. Es mortal en tres segundos. Si tomo el veneno, no se seguirá ninguno de los procedimientos habituales contra mi familia; es decir, contra vosotros. También dejarán en paz a mi estado mayor.“
„Soy muy abstracta en los sueños: hablo con sillas, con mesas…estoy medio pirada. Tampoco me los tomo muy en serio.“
„Ya ves, Klara -dije-, tú crees que todas las mentiras son iguales y parece como si tuvieras razón. Pero no la tienes. Yo puedo inventar cualquier cosa, reírme de la gente, idear historias y gamberradas, pero no tengo la sensación de ser un mentiroso ni me remuerde la conciencia; cuando digo esas mentiras, si quieres llamarlas así, soy yo mismo, tal como soy; al decir una de esas mentiras no estoy fingiendo, sino que en realidad digo la verdad. Pero hay cosas sobre las cuales no puedo mentir. Hay cosas que he conseguido comprender, cuyo sentido he descifrado, cosas a las que quiero y que tomo en serio. Y entonces no se puede bromear. Si mintiese sobre ellas, me avergonzaría de mí mismo y eso no puedo hacerlo, no me lo pidas porque no lo haré.“
„Y así es como funciona el mundo que nos rodea. Si insistiese en decirle la verdad a la cara, eso significaría que me lo tomo en serio. Y tomarse en serio algo tan poco serio significa perder la seriedad. Yo, hermano, tengo que mentir si no quiero tomarme en serio a los locos y convertirme yo mismo en uno de los locos.“
„Por primera vez tomo conciencia de mi desamparo, por primera vez me digo, y se lo digo, que con ella puedo ser mucho y que sin ella no seré nada.“
„blandiendo una sonrisa enigmática que probablemente había tomado prestada de algún tomo de Alejandro Dumas. Las“
„Cada libro, cada tomo que ves, tiene alma. El alma de quien lo escribió, y el alma de quienes lo leyeron y vivieron y soñaron con él. Cada vez que un libro cambia de manos, cada vez que alguien desliza la mirada por sus páginas, su espíritu crece y se hace fuerte.“
„Allá en el fondo está la muerte, pero no tenga miedo. Sujete el reloj con una mano, tomo con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo, y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan.“
„Me tomo el vestuario en serio. ¿Por qué molestarse en usar algo que solo llevarás a medias?“
„Necesitamos música, y necesitamos de la Buena. Lo tomo muy seriamente.“
„Mátenme al alba. Con cuchillos [ilegible] y con cuchillas oxidadas. Estaré en cuclillas esperando. Salva tu amor. No lo salves. Desafección y mierda violenta que aprendió a expresarse en nuestros días mediante fórmulas atroces como «hacer el amor» y «asumir la responsabilidad» y «negar el pasado» y «el hombre es lo que se hace». No hay más que la memoria, maravilla sin igual, horror sin semejanza. Hace mucho que me entregué a las sombras. Y no me contenta mi destino sombrío, mi destino asombrado. Me han asolado, me han agostado. Libérame de ti pues te amo y no estás. No me hables. No te apostes en mis rincones preferidos. Estás aquí. Me deliras. Me cortas las cintas de colores que me aliaban a las niñas que fui. Me abandonas loca furiosa, comiendo sombras furiosamente, girando convulsa con las manos espantadas, revolcándome en tu huida hasta los atroces orgasmos y gritos de bestia asesinada. Pero te amo. A ti te asumo, ante ti sin pasado ni relojes ni sonidos. Sucia y susurrante, leve, ingrávida, llena de sangre y de sustancias sexuales, húmeda, mojada, reventando de calor, de sangre que pide. Me dañas la columna vertebral, tantos días despeñada sobre tu cuerpo imaginado. Me dañas la cabeza que di contra las paredes porque no sabía qué hacer salvo esto: que debía golpearme y castigarme ya que tú no venías. Con tu sonrisa de paraíso exactamente situado en el tiempo y en el espacio. Con tus ojos que sonríen antes que tus labios. En tus ojos encuentro mi persona súbitamente reconstruida. En tus ojos se acumulan mis fragmentos que se unen apenas me miras. En tus ojos vivo una vida de aire puro, de respiración fiel. En tus ojos no necesito del conocimiento, no necesito del lenguaje. En tus ojos me siento y sonrío y hay una niña azul en el jardín de un castillo. Ahora que no estás me atrae la caída, la mierda, lo abyecto, lo denigrante. Salgo a la calle y siento la suciedad, la ruina. Entro en los bares más siniestros y tomo un vino como sangre coagulada, como menstruación, y me rodean brujas negras, perros sarnosos, viejos mutilados y jóvenes putos de ambos sexos. Yo bebo y me miro en el espejo lleno de mierda de moscas. Después no me veo más. Después hablo en no sé cuál idioma. Hablo con estos desechos que no me echan, ellos me aceptan, me incorporan, me reconocen. Recito poemas. Discuto cuestiones inverosímiles. Acaricio a los perros y me chupo las manos. Sonrío a los mutilados. Me dejo tocar, palpar, manos en mi cuerpo adolescente que tanto te gustaba por ser ceñido y firme y suave. («La lisura de tu vientre, tus caderas de efebo solar, tu cintura hecha a la medida de mis manos cerrándose, tus pechos de niña salvaje que los deja desnudos aun cuando llueve, tu sexo y tus gritos rítmicos, que deshacían la ciudad y me llevaban a una selva musical en donde todo confabulaba para que los cuerpos se reconozcan y se amen con sonidos de leves tambores incesantes. Esas noches en que hacíamos el amor debajo de las grandes palabras que perdían su sentido, porque no había más que nuestros cuerpos rítmicos y esenciales… Y ahora llueve y tengo náuseas y vomito casi todo el día y siempre que hay un olor espantoso en la calle, un olor a paquete olvidado, a muerto olvidado. Y tengo miedo. Eso quería decir: que no estás y tengo miedo.»)“