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Relacionado con: triunfo
„En política solo triunfa quien pone la vela donde sopla el aire; jamás quien pretende que sople el aire donde pone la vela.“
„al final a uno lo derrotan siempre. Creo que la derrota es algo inherente a la condición humana, al hecho de vivir y de pelear. Por mucho que venzas, siempre al final hay alguien que te derrota, siempre hay un Rocroi, por mucho que triunfes siempre hay un iceberg esperando al Titanic.“
„Si la cuestión es que cuando no honras tu memoria, y los muertos forman parte de ella, estás deshonrándote a ti mismo. Pero claro, tú pones la televisión y ves lo que se ve, y te preguntas si de verdad nos importa algo Gálvez, Blas de Lezo, los tercios, Rocroi… En la vida que llevamos, en nuestras perspectivas del mundo actual, todo eso no tiene utilidad, ningún atractivo, no. ¿Qué nos importa Blas de Lezo? ¿Qué ganamos con saber quién fue? La vida que se nos está proponiendo como futuro no tiene nada que ver con esas otras vidas. Ese ejemplo no vale, ahora vale el futbolista que triunfa, la top model que consigue hacerse millonaria, el actor de cine, el cantante… ésos son los ejemplos que nos valen porque son los que la sociedad nos pone como objetivos que hay que imitar. Pero las virtudes de Blas de Lezo, el heroísmo de un tío que está cargando con la Caballería al paso en el río Igan el día de Annual, Gálvez atravesando solo con su bergantín el paso de agua de Pensacola… son ejemplos que no tienen utilidad práctica para el hombre moderno, solamente la tiene para algunos marginales que van–o vamos–quedando y que todavía comparten viejos códigos de comportamiento. Pero para el español moderno, es hasta molesto, hasta incómodo que le recuerdes que hubo un Blas de Lezo, y no les gusta que lo hagas, porque eres un aguafiestas y un facha, un gruñón.“
„Si pretendemos el triunfo en la gran contienda ideológica de esta época, es preciso, sobre todo, que nos percatemos exactamente de cual es nuestro credo.“
„Seguimos siendo libres en la medida en que efectivamente lo somos porque ciertos prejuicios tradicionales, a pesar de estar en rápido proceso de disolución, han impedido que la lógica subyacente a los cambios que se han producido dejara sentir su influencia en otros campos más amplios. (…) La definitiva victoria del totalitarismo no sería sino el triunfo final de las ideas que ya dominan la esfera intelectual sobre una resistencia meramente tradicionalista.“
„El hombre bien preparado para la lucha ya ha conseguido medio triunfo.“
„El triunfo de los dictadores es consecuencia de tres fracasos: de la filosofía, de la religión, del capitalismo democrático.“
„Mi confianza en el triunfo final de lo que creo, es completa.“
„En una revolución se triunfa o se muere, si es verdadera.“
„Ten fe ciega no en tu capacidad para el triunfo, sino en el ardor con que lo deseas. Ama a tu arte como a tu novia, dándole todo tu corazón.“
„Es la hora del triunfo de Cristo, por María.“
„El mundo de hoy es el mundo que desearon; la vida, el objetivo de su odio. Dejadles con esa muerte a la que adoran. En nombre de vuestra magnífica devoción a esta tierra, dejadles; no empleéis la grandeza de vuestra alma en conseguir triunfo de su mal. ¿Me oyes… amor mío?“
„Existe en el mundo un mal indefinible y tú lo sabes. De nada sirve profundizar en los detalles. Debes trabajar un poco más. Tan sólo un poco más. Pero no permitas que eso triunfe.“
„lo correcto siempre funciona y siempre triunfa.“
„Dicho sea de paso, el éxito es una cosa bastante fea. Su falso parecido con el mérito engaña a los hombres de tal modo que para la multitud, el triunfo tiene casi el mismo rostro que la superioridad.“
„La vida empezó a hacerse dura para Marius. Comerse la ropa y el reloj no significaba nada. Se vio reducido a esa situación inexplicable que se llama comerse los codos, algo terrible que se traduce en días sin pan, noches sin sueños y sin luz, hogar sin fuego, semanas sin trabajo, porvenir sin esperanza; la levita rota en los codos, el sombrero viejo y raído, que hace reír a las jóvenes; la puerta cerrada de noche, porque no se paga a la patrona; la insolencia del portero y del bodegonero, la burla de los vecinos, las humillaciones, la dignidad ultrajada; el trabajo de cualquier clase, aceptado; los disgustos, la amargura, el abatimiento. Marius aprendió a devorarlo todo, y a no tener para devorar más que estas cosas. En ese momento de la existencia en que el hombre tiene necesidad de orgullo, porque tiene necesidad de amor, se vio despreciado, porque iba mal vestido, y se sintió ridículo, porque era pobre. A la edad en que la juventud hincha el corazón con imperial altivez, posó más de una vez los ojos en las botas agujereadas y conoció las injustas afrentas, el punzante bochorno de la miseria. Admirable y terrible prueba, de la cual los débiles salen infames y los fuertes, sublimes. Crisol donde el destino arroja a un hombre muchas veces, cuando quiere hacer de él un ser despreciable o un semidiós.Porque hay muchas acciones grandes en estas pequeñas luchas. El valor tenaz e ignorado, que se defiende palmo a palmo en la sombra, contra la fatal invasión de las necesidades y de la ignominia. Nobles y misteriosos triunfos que ninguna mirada ve, que ninguna fama recompensa, que ningún aplauso saluda. La vida, la desgracia, el aislamiento, el abandono, y la pobreza son campos de batalla que tienen sus héroes, héroes oscuros, es verdad, pero a veces más grandes que los héroes ilustres.Hay naturalezas firmes y raras, que han sido creadas así; la miseria, casi siempre madrastra, es algunas veces madre, la desnudez engendra en ocasiones el vigor del alma y del corazón; la miseria suele ser nodriza de la grandeza; la desgracia es una buena leche para los magnánimos.“
„Nada tan estúpido como vencer; el verdadero triunfo está en convencer.“
„(…) Vivimos en una sociedad sombría. Lograr el éxito, ésta es la enseñanza que, gota a gota, cae de la corrupción a plomo sobre nosotros.Digamos, sin embargo, que eso que se llama éxito es algo bastante feo. Su falso parecido con el mérito engaña a los hombres. Para la muchedumbre, el triunfo tiene casi el mismo aspecto que la supremacía. El éxito, este artificio del talento, tiene una víctima a quien engañar: la historia. Juvenal y Tácito son los únicos que protestan. En nuestros días, ha entrado como sirviente en casa del éxito una filosofía casi oficial, que lleva la librea de su amo y le rinde homenaje en la antecámara. Hay que tener éxito: ésa es la teoría. La prosperidad supone capacidad. Ganen la lotería y ya serán capaces. El que triunfa es objeto de veneración. Todo consiste en nacer de pie. Tengan suerte, lo demás ya llegará; sean felices, y los considerarán grandes. Fuera de cinco o seis excepciones importantes, que constituyen la luz de un siglo, la admiración contemporánea no es más que miopía. Lo dorado es considerado oro. No importa ser un cualquiera, si se llega el primero. El vulgo es un viejo Narciso que se adora a sí mismo y que celebra todo lo vulgar. Esa facultad enorme, por la cual el hombre se convierte en Moisés, Esquilo, Dante, Migue Ángel o Napoleón, la multitud la concede por unanimidad y por aclamación a quien logra su objetivo, sea quien fuere. Que un notario se transforme en diputado; que un falso Corneille haga el Tiridate; que un eunuco llegue a poseer un harén; que un militar adocenado gane por casualidad la batalla decisiva de una época; que un boticario invente las suelas de cartón para el ejército del Sambre-et-Meuse y obtenga, con aquel cartón vendido como cuero, una renta de cuatrocientos mil francos; que un buhonero contraiga matrimonio con la usura, y tenga de ella por hijos siete y ocho millones, de los cuales él es el padre y ella, la madre; que un predicador llegue a obispo por la gracia de ser gangoso; que un intendente de buena casa, al dejar el servicio, sea tan rico que lo nombren ministro de Hacienda; no importa: los hombres llaman a eso Genio, tal como Belleza a la figura de Mousqueton, y Majestad al talante de Claudio, confundiendo así con las constelaciones del abismo las huellas estrelladas que dejan en el lodo blando las patas de los gansos.“
„Para comprender el estado de la humanidad puede que baste con saber que la mayoría de los grandes triunfos y grandes catástrofes de la historia no se deben a que las personas son buenas en esencia o malas en esencia, sino a que las personas son en esencia personas.“
„La alegría del triunfo jamás podrá ser experimentada si no existiera la lucha que es la que determina la oportunidad de vencer.“
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