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Relacionado con: ventana
„Y has ido a la parte de atrás y has visto la ventana rota, ¿y entonces…? -He gritado: <<¿Hay alguien ahí?>>, señor. -¿En serio? ¿Y qué habrías hecho si una voz hubiera dicho: <>?“
„la vida se puede contemplar mucho mejor desde una sola ventana.“
„La vida es más interesante mirando desde una ventana. Estaba dentro y fuera simultáneamente, encantado y repelido por la exhaustiva variedad de la vida“
„A la vida se la observa mejor desde una sola ventana.“
„La familiaridad excesiva puede destruir la cristalización. Una encantadora muchacha de desciséis años cobraba profundo afecto a un apuesto joven de la misma edad, quien convirtió en práctica pasar bajo su ventana cada tarde al anochecer. La madre de ella lo invitó a pasar una semana con la familia en el campo. Fue un remedio audaz, lo admito, pero la chica de disposición romántica, y el joven un completo zopenco; tres días después, ella lo despreciaba.“
„Lo vi haciendo planes, lo vi bebiendo apoyado en la ventana, lo vi recibiendo a Cesárea Tinajero que venía con una carta de recomendación de Manuel, lo vi leyendo un librito de Tablada, tal vez aquel en donde José Juan dice: «bajo el celeste pavor/ delira por la unica estrella/ el cántico del ruiseñor». Que es como decir, muchachos, les dije, que veía los esfuerzos y los sueños, todos confundidos en un mismo fracaso y ese fracaso se llamaba alegría. – R. Bolaño“
„«No soy un nacionalista exacerbado, sin embargo siento un amor auténtico por mi país. Chile, Chile. ¿Cómo has podido cambiar tanto?, le decía a veces, asomado a mi ventana abierta, mirando el reverbero de Santiago en la lejanía. ¿Qué te han hecho? ¿Se han vuelto locos los chilenos? ¿Quién tiene la culpa? Y otras veces, mientras caminaba por los pasillos del colegio o por los pasillos del periódico, le decía: ¿Hasta cuándo piensas seguir así, Chile? ¿Es que te vas a convertir en otra cosa? ¿En un monstruo que ya nadie reconocerá?».“
„Porque soy del tamaño de lo que veo y no del tamaño de mi altura». Frases como estas, que parecen crecer sin voluntad que las hubiera dicho, me limpian de toda la metafísica que añado a mi vida. Después de leerlas, me acerco a mi ventana sobre la calle estrecha, observo el vasto cielo y los muchos astros y soy libre con un esplendor alado cuya vibración me estremece el cuerpo entero.“
„No he hecho más que soñar. Ése ha sido y sigue siendo, incluso, el sentido de mi vida. Nunca he tenido otra preocupación verdadera que no fuese mi vida interior. Los mayores dolores de mi vida se desvanecen cuando, al abrir la ventana hacia la calle de mis sueños, consigo enajenarme en la visión de su movimiento.“
„Durante seis años dejé de pagar mis impuestos como votante. Por este hecho pasé una noche en la cárcel y mientras miraba las paredes de piedra sólida, la puerta de madera y de hierro y las ventanas cruzadas por barras de acero, no pude dejar de impresionarme por la estupidez de esa institución que me trataba como si fuera un paquete de carne, sangre y huesos que debía ser encerrado bajo llaves… En momento alguno me sentí confinado, y aquellos muros me parecieron un gran mal gasto de piedras y mortero… En cada amenaza y en cada cumplido saltaba el desatino; pues creían que mi mayor deseo era el hallarme del otro lado del muro. Y no podía dejar de sonreírme al ver con qué diligencia y cuidado me cerraban la puerta cuando me enfrascaba en mis meditaciones, que los seguían afuera sin problema ni dificultad, no siendo sino ellos todo lo que allí era peligroso. Vi que el Estado era de pocas luces y que no era capaz de distinguir amigo de enemigo, de manera que le perdí el resto del respeto que aún me quedaba y le compadecí». (Estuvo preso por un día el 22 de julio de 1846).“
„De Emanuel Swedenborg, al que Kant llamó “visionario”, cuenta Borges que “hablaba con los ángeles por las calles de Londres”. Aunque fue un científico notable (hizo los planos de un avión y un submarino, descubrió el funcionamiento de las glándulas endocrinas, lanzó la hipótesis de la formación nebulosa del Sistema Solar, etcétera…), su verdadera especialidad fue el Mas Allá, la posvida en el Cielo y el Infierno. Explicó que al comienzo los condenados no son conscientes de su muerte y creen que continúan en su esfera cotidiana: les rodean los muebles y utensilios familiares, los paisajes conocidos. Poco a poco, van produciéndose desapariciones —la butaca favorita, el piano, una ventana, las flores del jardín…— y luego surgen en lugar de lo desvanecido formas equivocadas o amenazadoras. Por fin se dan cuenta de que no están en casa sino en el Infierno y empieza su eterna condena.Creo poder confirmar esta tesis de Swedenborg. Hace tiempo que las cosas de mi mundo se van difuminando, pierden sustancia. Los libros siguen presentes y tentadores, pero al abrirlos algo ha drenado su savia hasta dejarlos huecos, exánimes. Las películas nuevas son peores que las antiguas, las antiguas peores de lo que las recordaba: sentado ante el televisor con desasosiego ya no siento la expectativa feliz porque ahora nadie apoya sus pies en mi regazo. Se fue el disfrute… Y los sitios que recorrimos juntos están hoy cubiertos de sudarios, como esas sábanas que tapan las formas incómodas de los muebles en una casa abandonada. Los platos más sabrosos, crujientes, aromáticos… comienzan a deleitarme la boca pero luego adquieren insipidez y amargura de ceniza. Llega el infierno y se revela mi condena, la más atroz: creer que estoy vivo y que es ella la que ha muerto. Hoy hace ya dos años.“
„Ademas, ¿sabemos acaso lo que es la verdad? si yo le digo que aquel trozo de ventana es azul, digo una verdad. Pero es una verdad parcial, y por lo tanto una especie de mentira.“
„Nieva sobre Edimburgo el 16 de abril de 1874. Un frío gélido azota la ciudad. Los viejos especulan que podría tratarse del día más frío de la historia. Diríase que el sol ha desaparecido para siempre. El viento es cortante; los copos de nieve son más ligeros que el aire.¡Blanco! ¡Blanco! ¡Blanco!Explosión sorda. No se ve más que eso. Las casas parecen locomotoras de vapor, sus chimeneas desprenden un humo grisáceo que hace crepitar el cielo de acero. Las pequeñas callejuelas de Edimburgo se metamorfosean. Las fuentes se transforman en jarrones helados que sujetan ramilletes de hielo. El viejo río se ha disfrazado de lago de azúcar glaseado y se extiende hasta el mar. Las olas resuenan como cristales rotos. La escarcha cae cubriendo de lentejuelas a los gatos. Los árboles parecen grandes hadas que visten camisón blanco, estiran sus ramas, bostezan a la luna y observan cómo derrapan los coches de caballos sobre los adoquines. El frío es tan intenso que los pájaros se congelan en pleno vuelo antes de caer estrellados contra el suelo. El sonido que emiten al fallecer es dulce, a pesar de que se trata del ruido de la muerte. Es el día más frío de la historia. Y hoy es el día de mi nacimiento. […]Fuera nieva con auténtica ferocidad. La hiedra plateada trepa hasta esconderse bajo los tejados. Las rosas translúcidas se inclinan hacia las ventanas, sonrojando las avenidas, los gatos se transforman en gárgolas, con las garras afiladas. En el río, los peces se detienen con una mueca de sorpresa. Todo el mundo está encantado por la mano de un soplador de vidrio que congela la ciudad, expirando un frío que mordisquea las orejas. En escasos segundos, los pocos valientes que salen al exterior se encuentran paralizados, como si un dios cualquiera acabara de tomarles una foto. Los transeúntes, llevados por el impulso de su trote, se deslizan por el hielo a modo de baile. Son figuras hermosas, cada una en su estilo, ángeles retorcidos con bufandas suspendidas en el aire, bailarinas de caja de música en sus compases finales, perdiendo velocidad al ritmo de su ultimísimo suspiro.Por todas partes, paseantes congelados o en proceso de estarlo se quedan atrapados. Solo los relojes siguen haciendo batir el corazón de la ciudad como si nada ocurriera.“
„¿Sabes que en las calles no hay nadiey adentro de las casas tampoco?Sólo hay ojos en las ventanas.Si no tienes dònde dormirtoca una puerta y te abrirán,te abrirán hasta cierto puntoy verás que hace frío adentro,que aquella casa está vacía,y no quiere nada contigo,no valen nada tus historias,y si insistes con tu ternurate muerden el perro y el gato.“
„De tanto amor mi vida se tiñó de violetay fui de rumbo en rumbo como las aves ciegashasta llegar a tu ventana, amiga mía:tú sentiste un rumor de corazón quebradoy allí de las tinieblas me levanté a tu pecho,sin ser y sin saber fui a la torre de trigo,surgí para vivir entre tus manos,me levanté del mar a tu alegría.“
„Walking AroundSucede que me canso de ser hombre.Sucede que entro en las sastrerías y en los cinesmarchito, impenetrable, como un cisne de fieltronavegando en un agua de origen y ceniza.El olor de las pelquerías me hace llorar a gritos.Sólo quiero un descanso de piedras o de lana,sólo quiero no ver establecimientos ni jardines,ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores.Sucede que me canso de mis pies y mis uñasy mi pelo y mi sombra.Sucede que me canso de ser hombre.Sin embargo sería deliciosoasustar a un notario con un lirio cortadoo dar muerte a une monja con un golpe de oreja.Sería belloir por las calles con un cuchillo verdey dando gritos hasta morir de frío.No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas,vacilante, extendido, tiritando de sueño,hacia abajo, en las tripas mojadas de la tierra,absorbiendo y pensando, comiendo cada día.No quiero para mí tantas desgracias.No quiero continuar de raíz y de tumba,de subterráneo solo, de bodega con muertosateridos, muriéndome de pena.Por eso el día lunes arde como el petróleocuando me ve llegar con mi cara de cárcel,y aúlla en su transcurso como una rueda herida,y da pasos de sangre caliente hacia la noche.Y me empuja a ciertos rincones, a ciertas casas húmedas,a hospitales donde los huesos salen por la ventana,a ciertas zapaterías con olor a vinagre,a calles espantosas como grietas.Hay pájaros de color de azufre y horribles intestinoscolgando de las puertas de las casas que odio,hay dentaduras olvidadas en una cafetera,hay espejosque debieran haber llorado de vergüenza y espanto,hay paraguas en todas partes, y venenos, y ombligos.Yo paseo con calma, con ojos, con zapatos,con furia, con olvido,paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia,y patios donde hay ropas colgadas de un alambre:calzoncillos, toallas y camisas que lloranlentas lágrimas sucias.“
„Busca ventanas y no espejos para inspirarte“
„A veces me siento junto a la ventana, viendo al mundo pasar de mí. A veces pienso que no hay nada por lo que vivir y me hundo y lloro. A veces creo que estoy loco, estoy loco, oh muy loco ¿Qué hago aquí, estoy perdiendo el tiempo? Pero entonces miro a mi niña; de pronto no estoy tan loco. Todo cobra sentido cuando la miro a los ojos.“
„Desde el dormitorio, ella me llamó. Se había levantado, así, envuelta en la frazada, y estaba junto a la ventana, mirando llover. Me acerqué, yo también miré cómo llovía, no dijimos nada por un rato. De pronto tuve conciencia de que ese momento, de que esa rebanada de cotidianidad, era el grado máximo de bienestar, era la Dicha. Nunca había sido tan plenamente feliz como en ese momento, pero tenía la hiriente sensación de que nunca mas volvería a serlo, por lo menos en ese grado, con esa intensidad.“
„Cuando estés de noche en tu habitación, aun cuando tengas las puertas y las ventanas cerradas y apagada la luz, no digas que estás solo: nunca se está solo.“
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