„Ash —dijo, su voz entusiasta—, ¿puedes hacer algo por mí?—Cualquier cosa, Sota. Dilo y es tuyo.—Hazme hermosa.El giró su rostro hacia él y le dio un beso en los labios que prendió fuego a su sangre.Retirándose él le sonrió.—Ya está. Eres la mujer más bella del mundo.Tory se giró hacia el espejo, muriéndose por ver como lucía.Cuando se vio a sí misma, frunció el ceño.No había cambiado.—¡Ash!—¿Qué? — le pregunto inocentemente, tirando de su espalda contra su pecho a fin de quepueda mirarla en el espejo.—No hiciste nada.Su mirada se encontró con la suya y la sinceridad en esos remolinantes ojos de plata laquemaron.—Tú eres la mujer más bella del mundo, Soteria. Esta es la mujer de la que me enamoré y nohay nada acerca de ti que yo cambiaría.Recostándose sobre él, se inclinó para tocar su mejilla.—¿De verdad?—Por supuesto. Y espero que algún día, tengamos una casa llena de niños que luzcan comotú.“

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