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Relacionado con: horror
„Ya me va bien —me dije,haciéndole mimos a Hamid—, al final, lo quecuenta son estas muchachas tan competentes que nose han encontrado ni una de las dificultades con lasque yo he tenido que vérmelas. Tienen unosmodales, unas voces, unas exigencias, unaspretensiones, una conciencia de sí mismas que yoni siquiera hoy me atrevo a permitirme. Otros,otras no tienen esa suerte. En los países con ciertobienestar ha predominado una medianía que ocultalos horrores del resto del mundo. Cuando de esoshorrores se desprende una violencia que llegahasta el interior de nuestras ciudades y nuestrascostumbres nos sobresaltamos, nos alarmamos“
„A menudo me he interrogado sobre la razón y el sentido de mis rabietas. Creo que se explican en parte por una vitalidad fogosa y por un extremismo al cual nunca he renunciado del todo. Llevaba mis repugnancias hasta el vómito, mis deseos hasta la obsesión; un abismo separaba las cosas que me gustaban de las que no me gustaban. No podía aceptar con indiferencia la caída que me precipitaba de la plenitud al vacío, de la beatitud al horror; si la consideraba fatal, me resignaba; nunca me enojé contra un objeto. Pero me negaba a ceder a esa fuerza impalpable: las palabras; lo que mesublevaba es que una frase lanzada al descuido: «Debes hacerlo… no debes hacerlo», arruinara en un instante mis empresas y mis alegrías. Loarbitrario de las órdenes y de las prohibiciones contra las que chocaba denunciaba su inconsistencia; ayer pelé un durazno: ¿por qué no esa ciruela?, ¿por qué dejar mis juegos justo en este minuto? En todas partes encontraba obligaciones, en ninguna parte su necesidad. En el corazón de la ley que me abrumaba con el implacable rigor de las piedras, yo entreveíauna ausencia vertiginosa: me sumergía en ese abismo, la boca desgarrada por gritos. Aferrándome al suelo, pataleando, oponía mi peso de carne al aéreo poder que me tiranizaba; lo obligaba a materializarse; me encerraban en un cuarto oscuro entre escobas y plumeros; entonces podía golpear con los pies y las manos en muros verdaderos, en vez de debatirme contra inasibles voluntades. Yo sabía que esa lucha era vana; desde el momento en que mamá me había sacado de las manos la ciruela sangrienta, en que Louise había guardado en su bolsa mi pala y mis moldes, yo estaba vencida; pero no me rendía. Cumplía el trabajo de la derrota. Mis sobresaltos, las lágrimas que me cegaban, quebraban el tiempo, borraban el espacio, abolían a la vez el objeto de mi deseo y los obstáculos que me separaban de él. Me hundía en la noche de la impotencia; ya nada quedaba salvo mi presencia desnuda y ellaexplotaba en largos aullidos.“
„No había día del juicio, no había una explicación final, no había ningún momento luminoso en el cual todos los terribles errores cometidos fueran corregidos y todos los horrores fueran compensados.Las brujas quemadas en la hoguera no serían vengadas jamás.¡Nadie iba a decirnos nunca nada!“
„Una vida entre los libros posee una calma y una paz muy grandes. Si bien es cierto que nos sentimos abrumados por un hambre terrible de algo menos tenue, nos ahorramos el remordimiento y el horror y la tortura y el enloquecedor veneno del arrepentimiento.“
„El hombre que se dejaba vencer por la ausencia de futuro ocupaba su mente con pensamientos retrospectivos. Ya me he referido a la tendencia a refugiarse en el pasado para apaciguar el horror del presente haciéndolo menos real. Pero“
„Quiero que te muestres señor de la Vejez, a la que harás volver frecuentemente la vista atrás y si no ha dejado vestigios dignos la volverás molesta, triste, temerosa del juicio cercano de la próxima estación que la lleva al inexorable tribunal de Radamanto y harás así que sienta los horrores de la muerte antes de que ésta venga.“
„Pensó en la incomprensible secuencia de cambios y azares que componen una vida, en todas las bellezas y horrores y absurdos cuya conjunción crea el esquema, imposible de interpretar, pero divinamente significativo, del destino humano.“
„Todo había ocurrido con la catastrófica rapidez de un sueño… y con el irreal horror de una pesadilla.“
„La soberbia es, sin duda, el mayor pecado del hombre actual. Antes, el hombre podía ser soberbio, pero no era estúpido. Ahora, el hombre tiene la soberbia de la ignorancia, la peor de todas. La arrogancia del hombre moderno es inaudita. Por eso, esa cara de pasmo que se le ve a un padre en el telediario cuando saca en brazos a su hijo aplastado por el terremoto, y le notas esa expresión de incredulidad, «¿cómo ha podido pasar esto?». Después de estar tantos años allí y vuelves, como cuando yo volvía de Beirut, por ejemplo, y paseaba por las calles de aquí y veía las caras de la gente, me preguntaba: ¿pero no se dan cuenta? ¡Lo normal no es esto, lo normal es aquello! Y no hablo de pesimismo, sino de asumir las reglas del juego. Mi nueva novela es, precisamente, la historia de alguien que ha estado ahí, en el horror, y regresa y se pregunta dónde puede encontrar el consuelo.“
„El problema al que me refiero es que no aceptamos que existe esa segunda parte, que la naturaleza algún día será naturaleza. Como dice Heine, un día el dios se despereza, estira los brazos y nos golpea. Viene el tsunami y el hombre se queda, no ante el horror, sino ante la realidad…Antes, el hombre sabía que la naturaleza tiene sus leyes. Ahora lo ignoramos y no queremos pagar el precio cuando llega el maremoto y la naturaleza dice «aquí estoy.“
„El hombre antiguo, y no hablo del hombre de hace dos mil años, hablo de nuestros bisabuelos, sabía que muchos niños morían al nacer, y a veces también sus madres; que había pestes y guerras y virus… El hombre antiguo conocía el sufrimiento, y eso lo hacía mejor. Cosas como la caridad, la compasión, la generosidad, existían porque el hombre que sufre puede ser solidario, sabe que el sufrimiento le puede tocar a cualquiera. Ahora, como creemos que el dolor es para los otros, nadie se preocupa hasta que le toca. Resumiendo: cuando sabes que no hay solución, cuando no te crees eso que dice la gente ahora de «esto no puede ser, esto tiene que terminar…», cuando sabes que el horror puede durar lo que dure, cuando recuerdas que Sarajevo puede durar siete años, que el sida aparece y no hay modo de frenarlo, y que lleva ya muchos años y puede seguir muchísimos más… Cuando compruebas que no hay solución o que si la hay no está al alcance de los hombres, entonces te enfrentas con otro hecho, que la única solución es el consuelo. La `filosofía´. Por eso no nos queda otra que ir a los clásicos, a la Antigüedad, a los viejos maestros, que no solucionan, pero te confortan.“
„Odio a los cristianos que se han dejado matar en los circos romanos sin pelear. La lucha justifica la existencia del hombre. Un hombre que no lucha no es un hombre. Uno adquiere su dignidad enfrentándose a la enfermedad, al horror, a la soledad, a la estupidez. El hombre tiene la obligación moral de pelear contra todas las cosas negativas con las que la vida le rodea. La vida me ha hecho abandonar muchas cosas salvo el respecto por el valor. Entiendo por valor esa facultad humana de poder decir no, de negarse a rendirse, de luchar hasta el final por las convicciones. Luchar igualmente, sabiendo que en tu fusil ya no quedan cartuchos. La única verdadera virtud es el combate por la dignidad.“
„En un mundo donde el horror se vende como arte, donde el arte nace ya con la pretensión de ser fotografiado, donde convivir con las imágenes del sufrimiento no tiene relación con la conciencia ni con la compasión, las fotos de guerra no sirven para nada.“
„Una cosa es la disciplina y otra cosa es la soberanía. No es que la guerra sea la continuación de la política por otros medios, sino que la política es la guerra librada por otros medios. La ley no nace de la naturaleza, junto a los manantiales que frecuentan los primeros pastores; la ley nace de las batallas reales, de las victorias, las masacres, las conquistas que tienen su fecha y sus héroes de horror.“
„¿Conoces como yo la amargura sabrosay haces decir de ti: «¡Qué hombre singular!»?Yo iba a morir. Mezclábanse en mi alma amorosael horror y el deseo: un mal particular;angustia y esperanza, sin actitud facciosa.Cuando el reloj de arena se empezaba a vaciarcrecía mi tortura punzante y deleitosa;mi corazón huía del mundo familiar.Yo era como un niño ávido de espectáculosque odia el telón lo mismo que se odian los obstáculos…y al fin mostrase, fría, la realidad común:había muerto sin susto, y la terrible aurorame envolvía. «Y ¿qué? —dije—, ¿Ha llegado la hora?».El telón se había alzado y yo esperaba aún.“
„si juran estar motivados por amor, y sin embargo no se disuaden ante las pilas de cadáveres humanos, es porque la verdad acerca de sus almas es peor que la obscena excusa que tú les has aceptado: la excusa de que el fin justifica los medios y que los horrores que practican son medios para fines más nobles. La verdad es que esos horrores son sus fines.“
„Para el salvaje, el mundo es un lugar de prodigios ininteligibles, donde todo es posible para la materia inanimada y nada es posible para él. Su mundo no es lo desconocido, sino un horror irracional: lo desconocible. Cree que los objetos físicos están dotados de una misteriosa voluntad, movidos por caprichos sin causa, imposibles de predecir, mientras él no es más que un peón impotente, a merced de fuerzas situadas fuera de su control.“
„¿Cuál es la experiencia más horrible que pueda imaginar? Para mí es dejarme inerme en una celda sellada, con algún raro animal de rapiña o con un maniático que ha tenido alguna enfermedad que le haya comido el cerebro. No tendria mas que la voz; la voz y el pensamiento. Usted le gritaía a esa criatura explicandole por qué no lo debería tocar, y tendria las palabras mas elocuentes, las irrebatibles, y se habría convertido en el recipientede la pura verdad. Y veria ojos vivos vigilándolo, sabria que la cosa no le puede oír, que no puede ser alcanzada, no puede ser alcanzada de ninguna manera, pero respira y ensta en movimiento, allí delante de usted, con un propósito. Eso es horror.“
„Lo había arrojado prácticamente de su despacho, permaneciendo sentada, presa de incrédulo horror, pensando en que la frase más venenosa que hubiera oído jamás había sido pronunciada como quien declara un principio de integridad moral.“
„Solo con ver a alguien que lleva un parche en el ojo, ya te entran ganas de mirar. Para ver si es de mentira. O para ver el horror que hay debajo.“
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