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„Quien no se sacrifica de alguna manera no es ni puede ser nacionalista ni patriota. Quien no acepta la idea de justicia para las masas populares y se opone a que la Patria busque para sostenerse los hombros de todo el pueblo no es ni puede ser patriota.“
„El socialismo representa una trayectoria de gobierno fracasada en todos los países. Por dos razones: una, que su táctica conduce a todo menos a un régimen socialista; otra, y para nosotros la más esencial, que la eficacia económica que puede conseguir un régimen antiburgués la logran entusiasmos de tipo nacional, que suplantan la discordia de clases con una integración de elementos productores. Es el caso de las economías de Estado, a que se acercan con rara similitud el régimen bolchevista de Rusia y el fascista de Italia.“
„La economía industrial de los últimos cien años ha creado poderes e injusticias sociales frente a las que el Estado liberal se encuentra inerme. El nuevo Estado no puede abandonar su economía a los simples pactos y contrataciones que las fuerzas económicas libren entre sí.“
„No hay ni puede haber tragedia comparable a la de un pueblo que asiste a la desaparición histórica de su propia Patria. Y porque la balcanización de España supondría la esclavitud política y económica del pueblo por los vecinos más fuertes.“
„La generación maldita que nos antecede ha cultivado los valores antiheroicos y derrotistas. Ha sido infiel a la sangre hispana, inclinándose ante el extranjero con servidumbre. ¡Esto no puede ser, y no será! Hoy hay que emplear el heroísmo dentro de casa. ¡Nada de alianzas con los viejos traidores! El nervio político de las juventudes no puede aceptar los dilemas cómodos que se le ofrecen. La revolución ha de ser más honda, de contenidos y estructuras, no de superficies. Los viejos pacifistas y ramplones quieren detenerlo todo con el tope de los tópicos. ¡Fuera con ellos! Volvamos a la autenticidad hispana, a los imperativos hispanos. A un lado, el español nuevo con la responsabilidad nueva. A otro, el español viejo con la vieja responsabilidad de sus plañidos y sus lágrimas.“
„Los caminitos blancos se cruzan y se alejan, buscando los dispersos caseríos del valle y de la sierra. Caminos de los campos… ¡Ay, ya no puedo caminar con ella!“
„Tu deseo sea de ver a Dios; tu temor, si le has de perder; tu dolor, que no le gozas, y tu gozo, de lo que te puede llevar allá, y vivirás con gran paz.“
„Porque labios libertinos o venales le habían murmurado frases semejantes, no creía sino débilmente en el candor de las mismas; había que rebajar, pensaba él, los discursos exagerados que ocultan afectos mediocres; como si la plenitud del alma no se desbordara a veces por las metáforas más vacías, puesto que nadie puede jamás dar la exacta medida de sus necesidades, ni de sus conceptos, ni de sus dolores, y la palabra humana es como un caldero cascado en el que tocamos melodías para hacer bailar a los osos, cuando quisiéramos conmover a las estrellas.“
„De niño me gustaba todo lo que puede verse; de adolescente, todo lo que puede sentirse; de adulto, ya no me gusta nada.“
„Su corazón, como la gente que no puede soportar más que una cierta dosis de música, se adormecía de indiferencia en el estrépito de un amor cuyas delicadezas ya no distinguía.“
„Mi impresión es que el siglo XX fue el siglo de la esperanza, donde había revoluciones por hacer, había cambios por intentar, victorias por conseguir, luchas por librar, pero esa esperanza fue derrotada. La segunda mitad del siglo XX y el principio del siglo XXI, ha sido la derrota de las grandes ideas que podrían haber trazado un horizonte más digno para la sociedad. Hemos perdido la batalla, somos siervos de un sistema que nos controla y nos asfixia, por eso me temo que ahora cuando hablan de movimiento, revolución, de sublevaciones, el asunto es que ya no es posible hacer una sublevación ideológica. No hay ninguna ideología que mueva a los oprimidos, a los pobres, a los parias de la tierra. La revolución de ahora solo puede ser la de la desesperación, la del rencor, la del ajustar cuentas. De darse una será mucho más brutal, porque no aspira a cambiar la sociedad, sino que aspira a vengarse.“
„La soberbia es, sin duda, el mayor pecado del hombre actual. Antes, el hombre podía ser soberbio, pero no era estúpido. Ahora, el hombre tiene la soberbia de la ignorancia, la peor de todas. La arrogancia del hombre moderno es inaudita. Por eso, esa cara de pasmo que se le ve a un padre en el telediario cuando saca en brazos a su hijo aplastado por el terremoto, y le notas esa expresión de incredulidad, «¿cómo ha podido pasar esto?». Después de estar tantos años allí y vuelves, como cuando yo volvía de Beirut, por ejemplo, y paseaba por las calles de aquí y veía las caras de la gente, me preguntaba: ¿pero no se dan cuenta? ¡Lo normal no es esto, lo normal es aquello! Y no hablo de pesimismo, sino de asumir las reglas del juego. Mi nueva novela es, precisamente, la historia de alguien que ha estado ahí, en el horror, y regresa y se pregunta dónde puede encontrar el consuelo.“
„Es un error grave pedir a los novelistas que asuman compromisos públicos. Rechazo cuando me piden vincular mi trabajo, mi vida, mi pensamiento con la realidad inmediata. Puedo hablar de ella, pero nada me obliga ni a serle fiel. Yo soy un novelista de infantería, normal. En cambio, José Saramago -que es muy amigo mío y le respeto- sí tiene un compromiso político que le trasciende y lo proclama; y por ello, una obligación moral con ese compromiso.“
„Mi opinión puede resumirse si digo que, ahora que viene el Bicentenario de la Independencia Americana, creo que hay poco que celebrar allí. Aquella independencia nunca fue de los pobres ni los explotados, que siguieron siéndolo y lo siguen siendo todavía, sino de las clases criollas dirigentes que se separaron de la metrópoli para no pagar impuestos y regir sus propios destinos. El pueblo sólo fue carne de cañón, pretexto para los demagogos, y no hizo sino cambiar de amos.“
„Napoleón nos hizo polvo. En España había un movimiento al que se llamaba «afrancesado» y que reunía a gente como Moratín y Goya, culta, con ideas renovadoras, y la invasión provocó su aplastamiento. Hay que decirlo: buena parte de la culpa la tuvimos los españoles, porque no se trata sólo de que llegara un rey malo que arrasó las libertades alcanzadas en la Constitución de 1812; sino de que los españoles también las tiramos por la ventana. Éste era un país tan miserable, tan cobarde, tan inculto, que cuando recibió una constitución avanzadísima, concebida en el papel por gente de bien y que le daba libertad, en vez de levantarse en su apoyo, se une al carro del despotismo y secunda a Fernando VII en la persecución del espíritu liberal. […] Hay una excusa y es que la gente era analfabeta. Nadie le había enseñado a pensar, estaba en manos de curas fanáticos, de reyes incapaces y de ministros corruptos. Igual se apuñalaba franceses que liberales y luego ibas a misa y te absolvían. Pero ya no es así, la educación es universal y gratuita, existe internet, hay libros de bolsillo, el que quiera puede acceder a la cultura. Hoy es inculto el que quiere. El campesino que pegaba fuego a la iglesia de su pueblo y mataba al cacique en el año 36 quizá tenía una explicación histórica. Ya no; el que hace caso omiso al progreso y la solidaridad es por cobardía, por apoltronamiento y por bajeza moral. Cuando gritamos «¡Vivan las cadenas!» es porque queremos tenerlas. En España nos sigue dando miedo la libertad responsable, aunque la otra nos encanta… Poder mearnos en la esquina nos pone.“
„Uno puede desayunarse cada mañana viendo en los periódicos y la tele cómo gudaris y otros paladines catalaúnicos, celtas, euskaldunes, andalusíes o de donde sean, incluso cretinos bocazas peinados de través como el coqueto y casposo Iñaki Anasagasti, meten el dedo, removiéndolo, en cuanto ojo encuentran a mano, con tal de joder un poquito más, o se limpian las babas con cualquier bandera que no sea la de su parcelita. Pero que a los demás no se nos ocurra, por Dios, hablar de Historia, ni de España, ni de nada, ni siquiera en términos generales, que no coincida exactamente con lo expuesto en el escaparate de su negocio. Hasta ahí podíamos llegar. (…) Veinticinco siglos de memoria documentada, bibliotecas, viejas piedras y paisajes no tienen la menor importancia frente a la historia local reescrita por mercenarios de pesebre, que es la única que les importa. Mal acostumbrados por gobernantes expertos en succionar entrepiernas a cambio de votos –desde el amigo Aznar al pacífico Zapatero–, a los patriotas de cercanías les sienta fatal que alguien les lleve la contraria a estas alturas del desmadre, cuando gracias a la cobardía, la incultura y la estupidez de la infame clase política española todo parece estar, por fin, al alcance de su mano. Quisieran esos pseudohistoriadores de tebeo que, cada vez que llega una de sus cartas refutando con argumentos de hace tres días lo que gente docta e inteligente tardó siglos en acumular, probar y fijar, yo me levante de la mesa, vaya a mi biblioteca, y ante los veinte mil libros que hay en ella, ante las catedrales, los castillos, los acueductos romanos, las iglesias visigodas y los museos, ante los documentos históricos conservados en los archivos de toda España y de medio mundo, diga: «Mentís como bellacos. Acaba de poneros patas arriba mi primo Astérix con dos recortes de periódico, cuatro cañonazos de Felipe V y las obras completas de Sabino Arana». Encima, oigan, algunos amenazan con no leerme nunca más, o juran que no volverán a hacerlo en el futuro. Para castigarme por españolista, por facha y por cabrón. Y qué quieren que les diga. Que sin lectores así puedo pasarme perfectamente. Que vayan y lean a su puta madre.“
„Todo el mundo -incluso los japoneses y, si me apuran, los norteamericanos- tiene derecho a viajar y a la cultura, suponiendo que viajar pueda todavía considerarse cultura. […] Mas convendrán conmigo en que asomarse a una ventana del hotel Daniel de Venecia y encontrar los canales literalmente atestados por miles de japoneses en góndola, o vivir en el Crillón de París rodeado de fulanos de Arkansas que hablan por la nariz, llevan gorras de béisbol y preguntan dónde está la fontana de Trevi, le quita el encanto a cualquier cosa“
„cualquier hombre cabal puede escoger la forma y el lugar donde morir, pero nadie elige las cosas que recuerda.“
„por mucho que nuble, la sombra siempre termina despuntando cosida a los pies de uno. Y nadie puede escapar de su propia sombra.“
„Cuerpo a cuerpo he de matalle donde Sevilla lo vea, en la plaza o en la calle; que al que mata y no pelea nadie puede disculpalle; y gana más el que muere a traición, que el que le mata.“
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