„La señora Magloire le llamaba siempre Vuestra Grandeza, un día se levantó de su sillón y fue a la biblioteca a buscar un libro. Estaba éste en una de las tablas más altas del estante, y como el obispo era de corta estatura, no pudo alcanzarlo. Señora Magloire, dijo, traedme una silla, porque mi Grandeza no lo alcanza a esa tabla.“

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